Desde dentro del Consorcio de Seguros: un ente único que digiere 15.000 siniestros diarios
«No lo habíamos visto nunca», dice sobre la DANA el director de Operaciones, quien tiene sobre el terreno a más de 800 peritos
El 70-80% de los vehículos serán declarados en pérdida total
El Consorcio de Seguros ya ha recibido 116.000 solicitudes de indemnización por la DANA
A más de 300 kilómetros de la catástrofe, en un edificio en el paseo de la Castellana de Madrid y con la tranquilidad de la experiencia se gestiona una parte fundamental de la respuesta ante el desastre natural de la DANA en el arco del Mediterráneo ... . Un bloque de oficinas que apenas destaca en el bullicio capitalino pero en el que llevan más de diez días trabajando día y noche para intentar que quien lo ha perdido todo pueda recuperar su vida cuanto antes. Es la sede del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS).
El Consorcio, dependiente del Ministerio de Economía, es el encargado de gestionar, tramitar e indemnizar los destrozos y fallecimientos a causa del desastre a los afectados que tienen un seguro en vigor. Un ente público único en el mundo que solo suele entrar en funcionamiento en la cobertura de los riesgos extraordinarios.
Todo empieza el día 29 de octubre, aunque el Consorcio ya lleva desde días anteriores en alerta porque la DANA estaba causando algunos siniestros en Andalucía. «Ya estábamos activados a un nivel de alerta importante y teníamos muchos recursos activados», dice Urko Elosegi, analista y subdirector de Estudios y Relaciones Internacionales del CCS. El mismo 29 se desata el desastre especialmente en la Comunidad Valenciana y ya ese mismo día se declaran los dos primeros siniestros.
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El 30 de octubre todo salta por los aires. Es en ese momento cuando ven la dimensión de esto y aprecian que se ha activado el programa europeo de observación de la Tierra, Copernicus. Este programa se activa para tratar de «delimitar el ámbito en el que ha sucedido el evento y tratar de proveer información por medios indirectos, medios de teledetección vía satélite, a través de sus satélites como Sentinel, que tiene una cantidad de capturas muy frecuente». Ya en ese momento ven que la información que se está generando en Copernicus tiene como usuario autorizado el Centro Nacional de Emergencias, el CNEM, de Protección Civil de España.
«En esos primeros momentos nos sirve Copernicus para hacer una primera aproximación de los kilómetros cuadrados», afirma Elosegi. El programa va facilitando capas de información que van mejorando con el paso de las horas hasta que se concreta el área inundada y el trazado en un evento explosivo como este. Pero, aun así, en el Consorcio tienen claro que incluso Copernicus se había quedado corto en la identificación del desastre.
siniestros de media al día están recibiendo en el Consorcio de Compensación de Seguros. A cierre de esta edición se superaban los 138.000 expedientes declarados.
El momento en el que llegan en masa las reclamaciones es cuando se activa de verdad todo el procedimiento en el CCS; a partir de ahí comienzan a recibir más información de la magnitud. Y desde entonces no han parado. Celedonio Villamayor, director de Operaciones de la institución, destaca que están entrando una media de 15.000 expedientes al día, «una bestialidad». Por ponerlo en contexto, da un ejemplo: «La erupción volcánica de La Palma fueron unos 13.000 siniestros; nos está entrando al día una erupción y pico de siniestros. No lo habíamos visto nunca». En el Consorcio trabajan con un patrón de comportamiento y señalan que «lo habitual es que en los primeros 10-15 días llegue toda la avalancha y después empiece a bajar a plomo». En toda esta vorágine transmiten un mensaje de tranquilidad absoluta de que van a atenderlo todo, hay fondos suficientes y se van a cubrir todos los daños.
Sobre el terreno, el CCS tiene más de 800 peritos. De ellos, 550 son suyos y los restantes los han aportado las aseguradoras para apoyar. No todos son iguales ya que estos se dividen por áreas de especialidad.
En el momento en que los asegurados declaran el siniestro, les llega toda la información y se genera un fichero que va a un software interno que tienen. Tras ello entra en juego una maquinaria bien engrasada. A cada perito se le asigna una zona y cada perito gestiona a la vez 50 expedientes; sin parar, dando salida al máximo posible.
Una vez el perito termina su trabajo, emite un informe. Ese informe se asigna a un tramitador y este verifica el proceso, aunque esto es una labor muy rápida y el mismo día de la peritación puede lanzarse una indemnización. De hecho, ya hay quien ha recibido el pago.
Más de 800 peritos están sobre el terreno. De ellos 550 son del Consorcio y el resto de las aseguradoras, que han aportado también sus recursos.
En el CCS dividen los siniestros en dos ramos, diversos (aquí entran viviendas, comercios…) y autos. Y son estos últimos los que presentan el mayor reto para el Consorcio por su dispersión y la dificultad de identificación, es decir, hay usuarios que no saben dónde está su coche porque se lo ha llevado el agua; puede estar aún en la calle, en un desguace, en un depósito o en un terreno provisional de los que han habilitado.
En autos, la institución trabaja con un mapa con dos tipos de direcciones: una del lugar de ocurrencia y otra del lugar de reparación, si es reparable. En casos en que no lo sea, irá directo a desguace o una campa provisional donde quedará apilado y registrado. El Consorcio, así, genera una nube de puntos por cada expediente y también se añaden registros de los talleres que pueden recibir vehículos a reparar. Toda esa información junta en un mismo registro, dividido por zonas, talleres por especialidades…
En reparaciones, a cada taller le asignan unos expedientes en una zona concreta, y todo ello se asigna a un perito en particular, para poder calcular daños e iniciar cuanto antes la reparación. En cualquier caso, como señala Francisco de Asís, responsable de tasaciones, si ven que en una zona se les acumula demasiado trabajo, pueden dividir aún más las zonas o redistribuir trabajo.
Pese a todo, la reparación no es el escenario que más se maneja. En los desastres que atiende el Consorcio de Seguros suele haber un 20% de vehículos, y en esta DANA es más del 50%. El volumen de coches es ingente, igual que los daños. «El 70-80% de los vehículos van a estar en pérdida total. Esto es una siniestralidad atípica», señala De Asís.
Pérdida total significa que es inviable de reparar y así lo categorizan sus peritos. Esos peritos, en estos escenarios, mandan los coches a desguaces o campas provisionales, y por el volumen que hay se están derivando autos incluso a Madrid.
Ese volumen de coches ha obligado a habilitar campas provisionales en solares. Ahí, los peritos realizan una labor de triaje, de inventariado de cada uno con todos los datos del vehículo y se avisa a los propietarios, que en muchas ocasiones no sabían ni dónde estaba su coche. Destacan que también se están encontrando que hay saqueos y robos en los vehículos que hay para desguace porque faltan piezas. Para la labor de identificación de coches y titulares se ayudan de la DGT.
El Consorcio, al detalle
¿Qué es el Consorcio de Compensación de Seguros?
El Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) es un «instrumento al servicio del sector asegurador español, con una amplia trayectoria histórica», tal como destacan en su web. Se trata de una entidad pública empresarial adscrita al Ministerio de Economía que desempeña múltiples funciones en el ámbito del seguro, y entre ellas destacan las relacionadas con la cobertura de los riesgos extraordinarios, entre otras. Su máximo órgano decisorio es el consejo de administración, que, presidido por el Director General de Seguros y Fondos de Pensiones, está compuesto por 14 miembros, siete de los cuales son altos directivos de entidades aseguradoras privadas.
¿Cuál es su origen?
Para encontrar su origen hay que remontarse a 1941, cuando se creó el Consorcio de Compensación de Riesgos de Motín; una entidad provisional que se creó para apoyar a las aseguradoras tras las pérdidas ocasionadas por la Guerra Civil. En su configuración actual fue creado en 1954, cuando la iniciativa que era provisional finalmente adquirió carácter permanente.
¿Cómo se financia?
El patrimonio del Consorcio es privativo y distinto al del Estado, y además no recibe asignación presupuestaria como otras instituciones públicas dada su forma de financiación. «Sus ingresos provienen, en primer lugar, de las primas que pagan los titulares de los vehículos asegurados por esta institución. En segundo lugar, los recargos en las pólizas de seguros, es decir, la parte de la prima que se paga al contratar un seguro de hogar, de comercio o de automóviles, por ejemplo, y que se destina al CCS. Y, por último, la rentabilidad que obtiene a través de sus inversiones», indican desde la aseguradora Mapfre.
¿Hay plazo para declarar un siniestro?
Tal como indican desde el Consorcio, en la ley del seguro se llega a establecer un plazo teórico de siete días para declarar el siniestro por parte del asegurado, pero ese plazo no es más que una orientación y en la práctica no se tiene en cuenta. La institución insiste en que pasarse de ese plazo no tiene ninguna consecuencia y que el único elemento que suele tomarse en cuenta en algunos casos es que el asegurado haya tardado tanto en declarar el siniestro que la situación haya empeorado por ello. Por todo esto, el Consorcio transmite un mensaje de tranquilidad de que los siniestros por la DANA se van a atender da igual cuando se declaren. Lo que suele ocurrir en estos riesgos es que la gran avalancha de partes llega en los 10-15 primeros días tras el suceso.
Asimismo, el Consorcio hace uso de la tecnología, concretamente de la videoperitación para no tener que desplazarse a todas las zonas. «Podemos captar unas cuantas fotos, vídeos, conocer el estado del vehículo y que eso nos permita justificar en un informe pericial el importe a liquidar. Y eso está agilizando muchísimo la tramitación», dice el responsable de tasaciones.
En el caso del ramo de diversos el proceso es similar y distinto a la vez. Utilizan también lo que llaman un mapa de siniestralidad en el que registran con puntos todos los expedientes y se organizan por zonas de peritación. «Así podemos controlar la carga de cada perito y facilitarles el trabajo», afirma Mayca Rodríguez, responsable de tasaciones. En estos mapas, además, utilizan capas de información que les aporta el Catastro con la ocupación del suelo en España que les permite afinar zonas.
El perito acude a la vivienda y ahora se ha tomado una decisión para agilizarlo todo aún más. Si en la primera visita pericial se aprecia que el contenido ha desaparecido (muebles, electrodomésticos, etc.), se va a pagar de forma anticipada la suma asegurada directamente al afectado. En visitas posteriores, más adelante, ya se valoran paredes, suelos, existencias en el caso de comercios… y se recalcula la indemnización. «Es ayudar a la gente un poco a que vuelva a empezar», asegura Villamayor, el director de Operación. Además, hay conceptos como los gastos de limpieza que en función del espacio y el tiempo dedicado también se indemnizan.
Así, todo forma un maremágnum que todavía se extenderá en el tiempo. Ya es el evento con mayor número de siniestros de la historia del Consorcio y subiendo. El coste todavía está por ver, pero el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, estimó que serían 3.500 millones de euros. Lo nunca visto y que ha puesto a prueba la capacidad del Consorcio de Compensación de Seguros.
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