Tenis
El tenis español retrocede cuarenta años en Roland Garros
Solo Alcaraz y Badosa asoman en la tercera ronda del torneo, una cifra que no se veía desde principios de los años 80
Alcaraz-Korda, espectáculo de fuegos artificiales en la función de noche
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A las once y media de la noche del jueves 30 de mayo, España retrocedió más de cuarenta años en la historia del tenis. Casper Ruud derribó la resistencia y el buen hacer de Alejandro Davidovich después de cuatro horas y ocho minutos; una ... victoria que dejó el cuadro de Roland Garros con solo dos representantes nacionales clasificados para la tercera ronda: Carlos Alcaraz y Paula Badosa.
Roland Garros, por historia, siempre ha sido el torneo más español. En tierra batida, cerca de casa y con tantos referentes que impulsaban las ganas de lograr ese título. Lo ganaron Manuel Santana (1961 y 1964), Andrés Gimeno (1972), Arantxa Sánchez Vicario (1989, 1994 y 1998), Sergi Bruguera (1993 y 1994), Carlos Moyà (1998), Albert Costa (2002), Juan Carlos Ferrero (2003), Rafael Nadal (2005, 2006, 2007, 2008, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2017, 2018, 2019, 2020 y 2022) y Garbiñe Muguruza (2016).
Pero fueron muchos más los que lo intentaron en varias ediciones: Jordi Arrese, Conchita Martínez, Emilio y Javier Sánchez Vicario, Pato Clavet, Alberto Berasategui, Alex Corretja, Félix Mantilla, Manuel Orantes, Tommy Robredo, Fernando Vicente, Tomás Carbonell… Pero se empieza a observar ahora que aquello, ese esplendor del tenis nacional en la tierra batida parisina, era lo extraordinario, cuando lo normal es que no confluyan tantos candidatos para ganar el Grand Slam de la Ciudad de la Luz.
Se observa que el ciclo prodigioso se va apagando y se mide en este Roland Garros en el que salvan el orgullo y las opciones de éxito Carlos Alcaraz y Paula Badosa. En 2023 solo hubo trece participantes en París, la cifra más baja en 33 años. Y en esta edición llegaron catorce; aunque sin haber logrado ningún título previo en tierra por primera vez en 29 años. Y tampoco han podido llegar demasiado lejos: el murciano y la catalana están solos en la tercera ronda.
No se registraba una cifra tan baja de raquetas españolas en la tercera ronda de Roland Garros desde 1983, cuando José Higueras alcanzó las semifinales, que perdió contra Mats Wilander (7-5, 6-7, 6-3 y 6-0), y Fernando Luna, que perdió en cuarta ronda contra Roger-Vasselin (6-2, 6-3, 1-6 y 6-1). No hubo representantes en el cuadro femenino.
Lejos queda ese abrumador 2007 con Nadal, Ferrer, Feliciano López, Bautista, Granollers, Verdasco, Ramos, Almagro y Medina en tercera ronda y con aspiraciones. Más cerca está ese 1981 en el que no hubo ninguna raqueta española en la tercera jornada del torneo. Se quedaron en segunda ronda Ángel Giménez (ante el francés Paul Torre por 6-3, 6-4 y 6-3), Roberto Vizcaíno (contra Tommy Giammalva por 6-4, 7-5 y 6-4), y Gabriel Urpí (contra Connors por 6-3, 7-6 y 6-4).
En 1998 también hubo un solo tenista en tercera ronda en el cuadro masculino, una anomalía dados los años anteriores y, sobre todo, los posteriores. Emilio Sánchez Vicario salvó la honra patria hasta cuartos, cuando cayó con Mats Wilander (6-7, 7-6, 6-3 y 6-4). Sin embargo, sí hubo dos mujeres que completaron el cartel: Conchita Martínez, que perdió en cuarta ronda ante Bettina Fulco (6-2 y 6-4), y Arantxa Sánchez Vicario, que alcanzó los cuartos ante Nicole Provis (7-5, 3-6 y 6-4).
«Este año es el que menos torneos de tierra batida ha habido al alargarse los Masters 1.000 a dos semanas. Solo hay un cabeza de serie, Alcaraz, y no es lo normal. Bueno, no estamos acostumbrados. Llevamos ya una dinámica que sí se nota que salen menos jugadores españoles. Con Carlos tapa todo un poco porque es un monstruo que abarca todo. Pero es una pena. No sé muy bien a qué se debe», comenta Pablo Carreño, dulce derrota en primera ronda después de muchos meses sufriendo con su lesión en el codo.
Ha cambiado el tenis, menos torneos de tierra para dar más espacio a los Masters 1.000, y un estilo similar en todas las superficies, sin especialistas en la arena, por lo que el tenis español pierde ventaja.
Y señala a Italia, que ha conseguido una estructura de la que han surgido nuevas promesas que han congeniado con expertos veteranos. «Tienen una cantidad de tenistas jóvenes altísima y con muy buenos resultados. Están haciendo las cosas muy bien a nivel de Federación: número de torneos, ingresos, que quizá en España no se ha conseguido mantener. Al final el dinero manda en este mundo: el que más tiene, más fácil se le hacen las cosas», sentencia Carreño, esperando que la dinámica vuelva a ser positiva para España.
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