ciclismo
Las tarjetas amarillas se instalan en el ciclismo
El nuevo sistema sancionador prevé suspensiones de una semana o un mes por acciones peligrosas dentro del pelotón
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Hubo un ciclismo en el pleistoceno hermoso y romántico en el que estaban en juego la supervivencia y el honor, corredores que provenían del hambre y se subían a los trenes para ganar tiempo al tiempo, asaltaban casas en busca de alimento, se refrescaban ... en las fuentes de los pueblos, llevaban chuletas para comer durante las carreras y todo su equipaje a la espalda...
Hoy es un deporte adaptado a su tiempo, con televigilancia, que evoluciona hacia la seguridad de sus pasajeros y hasta tiene un organismo en teoría independiente, SafeR, que agrupa a todas las familias de este deporte y trata de reducir las incidencias en las competiciones, caídas, accidentes... Así, en el progreso natural de las sociedades, nacieron las tarjetas amarillas en el pelotón, una réplica de las futboleras con ciertos matices.
Las tarjetas amarillas en el ciclismo entraron en vigor con el año 2025 y se han empezado a administrar en las carreras inaugurales de la temporada.
Se aplican no solo a los ciclistas y a sus directores en los coches, sino a cualquier miembro de la caravana, otros conductores, pilotos de las motos, periodistas... Cualquier maniobra que suponga un riesgo o un peligro para la seguridad de la prueba o la integridad de sus pasajeros puede ser castigada.
Las tarjetas no se muestran durante el transcurso de las carreras, sino cuando los comisarios tienen todos los elementos de juicio: sus propios informes durante la etapa, los que hacen los responsables del vídeo de asistencia en la línea de meta y podrá también actuar tras el final de la etapa para comportamientos detectados posteriormente (incluso después de una denuncia o indicación de terceros que pueden incluir vídeos o fotografías de los móviles de aficionados en el transcurso de kilómetros y kilómetros de etapa). El ciclismo siempre ha sido el deporte más expuesto a los avatares y las situaciones externas.
La norma engloba 21 casos mediante los cuales se puede mostrar la tarjeta amarilla. Las sanciones van en aumento si se recae en las infracciones: dos amarillas en la misma etapa supone la descalificación de la carrera y siete días de suspensión. Tres tarjetas en 30 días son 14 jornadas de sanción. Y seis amonestaciones en menos de un año equivalen a 30 fechas sin competir.
«Esta idea nació durante la pandemia –cuenta a ABC Kiko García, director técnico de la Vuelta y uno de los ocho miembros de la comisión reguladora de SafeR–. Y un par de años después se empezó a dar forma al tema de las tarjetas amarillas. No estaba concebido como una medida de represión, sino que pretende cambiar los malos hábitos que afectan no solo a los ciclistas, también a directores y conductores. Es un tema de seguridad y a partir de ahí se aplican las sanciones».
La comisión de SafeR se reúne una vez al mes e introduce los incidentes en una base de datos. El jurado decide y aplica las sanciones que considera pertinentes. La directora Anna Badegruber, responsable del equipo femenino noruego Uno-X, fue la primera persona castigada con tarjeta amarilla: adelantó al pelotón tras una caída y el jurado técnico determinó que no respetó la distancia de seguridad.
Iván Romeo ha sido el primer español multado después de empujar a Vermeersch durante la Vuelta a la Comunidad Valenciana.
«La siguiente conducta que se pretende que se cambie es la de los lanzadores cuando se retiran del esprint y han dejado colocado a su velocista –avanza Kiko García–. Tienen que salir de la trazada de una manera deportiva, sin molestar a los que están esprintando, sin provocar posibles enganchones ni entorpecer a los adversarios».
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