Baloncesto
Kendall Martin, jugadora trans: «Solo la gente que no tiene ni idea puede decir que juego con ventaja»
Milita en el Barça B femenino pero se topa con el vacío legal en el deporte que rodea a las personas transgénero
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Kendall Martin posa para ABC antes de un entrenamiento del Barcelona
Kendall Martin (Blanes, 2004) nació en un cuerpo equivocado. Aunque a nivel legal ahora es una mujer a todos los efectos, no puede jugar más allá de la cuarta categoría estatal de baloncesto porque en las superiores la FIBA recomienda que no actúen personas transgénero ... . El año pasado jugó en el CEEB Tordera pero tuvo que cambiar de equipo cuando éste ascendió. Kendall quiere dar a conocer su caso desde la prensa y las redes sociales (@kendallmartiin) y reivindica la igualdad que merece toda persona.
–¿Cuándo nota que no estaba a gusto jugando en un equipo de chicos?
–Era como una doble vida entre el baloncesto y mi vida personal. Jugaba en el masculino, pero después de ducharme igual salía con un pantalón corto y un top. Eran como dos vidas diferentes que intentaba separar y llegó un momento en el que me sentía incómoda con mis compañeros, aunque fueran de toda la vida.
–¿Qué sucede entonces?
–Dejo el baloncesto porque coincidió con el momento Covid y empecé con la transición. Tendría unos catorce años.
–¿Ya lo tenía claro?
–Sí, ya sabía qué es lo que quería.
–¿Y cómo lo encaja su entorno?
–En casa fue complicado porque mi madre es de un país de África, la religión tampoco acompañó y mi padre también es mayor y hay ciertas cosas que ellos no acaban de entender. En el mundo del deporte no fue tan complicado porque tuve compañeras de mi edad que sí lo entendían.
–¿Y cómo recaló en un equipo de chicas?
–Cuando dejé el baloncesto ya estaba pensando en no volver porque ya lo veía todo muy raro. Eso de entrenar con el femenino, con mis compañeros jugando al lado… Pero un entrenador de Blanes me escribió y me ofreció entrenar en su equipo y ahí ya empiezo a entrenar con chicas.
–¿Y ellas cómo lo encajan?
–Me acogen bien. Son del club de toda la vida y nos conocíamos de vista.
–¿Cómo vive usted poder entrenar en un equipo femenino?
–Muy bien, la verdad.
–La normativa le reconoce como mujer a todos los efectos pero en cambio no le dejan participar en algunos campeonatos…
–No creo que lo que están haciendo esté bien o mal y entiendo que sea delicado. Es un tema novedoso aunque sea ya supernormal. Lo que no entiendo es por qué en el baloncesto no se puede jugar y en otros deportes sí porque todas las personas somos iguales.
–¿Entiende que haya gente que diga que usted juega con ventaja?
–Sí, gente que no tiene ni puta idea sí puede decir estas tonterías.
–Pero la testosterona que se genera en la pubertad…
–Ojo, yo no digo que no tenga ventaja. Pero no soy mejor por haber sido hombre. Si juego en un equipo que no está al nivel sí tendré ventaja como cualquier otra jugadora que tiene un nivel superior al del equipo en el que está. Además, el baloncesto no es un deporte que se base solo en el físico, es algo mucho más que eso. Y físicamente es bastante complicado llevar esta situación porque la medicación que tomo me deja muy cansada, el cuerpo no aguanta tanto.
–¿Y eso le afecta al jugar?
–Sí. Noto que estoy cansada y desgastada. Eso te hace jugar de otra manera, ahora juego más estática, no juego tanto a la velocidad porque no puedo, ya no soy rápida. Me cuesta jugar como antes porque las pastillas me limitan demasiado.
–¿Usted se ha sentido excluida en algún momento?
–No, en los clubes en los que he estado no. En la calle alguna vez sí porque siempre hay algún tonto que dice alguna tontería, pero no es algo que me sorprenda.
–¿Y en los pabellones, nunca le han dicho que su equipo gana por usted?
–Sí, eso siempre. Intento no pensar en ello ni hablar. Si estoy en un partido y escucho alguna tontería, que pasa siempre, sigo a mi bola. Si digo algo ¿qué pasa? No gano nada y es una tontería.
–¿Esta sociedad necesita un cambio de mentalidad?
–Sí, totalmente.
El baloncesto como modo de evasión
–¿Hasta qué punto le ha ayudado el baloncesto a superar todos los traumas que haya podido tener?
–Yo me evado de todos los problemas personales jugando al baloncesto. Yo, sin baloncesto, muchas cosas no las podría llevar igual de bien. Voy a seguir jugando porque es algo que me llena a mí pero lo que me gustaría es competir, no solo entrenar o jugar con gente que no tiene nivel.
–¿Qué le pediría al presidente del gobierno si se lo encontrara por la calle?
–Le pediría que se estudiaran todos los casos. Que entiendo que haya normas porque no se puede ir sin normas pero que, como mínimo, tengan una lógica. Este año me dejan sin jugar pero sin que haya una norma para hacerlo. Están rompiendo sus propias reglas, se están contradiciendo. Que sean lógicos. Si creen que las trans no pueden jugar, que lo digan pero que no traten de quedar bien y lo dejen en el aire.
–Hay un vacío legal…
–Sí. Por eso están los abogados moviéndose, porque es ilegal. Todas estas normativas me están fastidiando la vida porque podría jugar en Ligas más altas y, no te digo que vivir de ello, pero sí sacar algún beneficio.
–Incluso tuvo que cambiar de equipo para poder seguir jugando…
–Fue complicado. Era el primer año que jugaba en un equipo femenino, en el Tordera. Tenía todos los papeles en regla menos el DNI, en el que había una M de masculino en lugar de la F de femenino. La Federación Catalana interpretó la M de masculino como M de mujer y tramitaron la ficha. Jugué dos partidos, estaba entre las escogidas par a poder ir a la selección española sub-20 y entrené como en UNI Girona. Mi nombre empezó a salir mucho y hubo quejas de otros clubes. La Federación lo empezó a investigar e interpretaron que era imposible que yo solo hubiera jugado un año a baloncesto y fuera tan buena.
–Y todo se torció...
–Hicieron repetir los dos partidos que había jugado y solo pude jugar la segunda vuelta porque ya tenía los papeles arreglados. No me dejaron jugar los playoff de ascenso pero mi equipo subió igualmente, no ganaron por mí. Se interpuso una queja al CSD y antes de empezar la Liga no había respuesta. Quería seguir jugando y tuve que cambiar de equipo. Pero no puedo competir en mi nivel...