Y todos contentos en Palencia con el trébol de puertas grandes de Manzanares, Roca y Ginés
La terna sale a hombros en un broche goyesco de exitosa taquilla y bárbaro viento
Y Roca Rey se topó con Matías
![La terna sale a hombros en Palencia](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/09/02/hombros-Rk5ZqNY8z3QCskcfjN6E29H-1200x840@diario_abc.jpg)
Cuánta alegría en el fin de fiesta: en volandas se marchó la terna ante los tendidos más repletos de la feria al reclamo de Roca Rey. Alzó su vuelo el Cóndor cuando vio que Manzanares, a placer con un 'dije' de Cuvillo, era dueño ... de la puerta grande y él aún seguía con los dos pies en tierra. No quiso quedarse atrás Ginés Marín y se subió al carro del triunfo en una variada corrida –con más cuerpo que cara, tan agradables–; los hubo nobles y con importancia en su embestida; otros, protestones sin clase. Pero ni el viento, que se coló sin que nadie lo invitara, impidió la foto de la felicidad, que no era sólo la de los matadores, sino también la de la afición. A más orejas, más alborozo en esta santa plaza de la Tierra de Campos. Benditas sus gentes, tan agradecidas. Y de aquí era el diestro homenajeado, tan cabal aficionado, con esa sensibilidad que tanto escasea.
Casi medio siglo después de la alternativa de un torero de Cisneros, su nombre volvió a lucir en Palencia. La imagen de Pedro Giraldo ilustraba la cartelería de San Antolín, esparcida por toda la ciudad. Muriel Feiner, la fotógrafa norteamericana de la que se enamoró, soltó por una vez su cámara: era ella la retratada. En el ruedo, rodeada de su familia, recibió un ramo de flores y una ovación con ecos al cielo, adonde ni un solo brindis llegaría luego...
Antes, con las peñas en el redondel, sonaron los himnos de España y Palencia, en medio de un aluvión de «¡vivas!». Y a las seis y veintidós, después de la música, los tributos y los siete minutos de retraso del reloj, apareció el primer toro y se produjo el milagro de la faena más deliciosa de la tarde. El autor: uno de los maestros de la 'espantá' en la polémica corrida de Álvaro Núñez en Linares, con –¿adivinen?– uno de Núñez del Cuvillo. Fue su pieza más templada del año. Una gozada el alicantino con una pinturita burraca de suma calidad y con bondad de Convento de San Pablo. Sabía que a Tabacalero no le sobraba la fortaleza y lo cuidó entre algodones. Desde la primera serie diestra lo cosió con despaciosidad, con una suavidad que embelesaba y que se potenció en un cambio de mano de excelsa lentitud. Y por ese pitoncito siguió, saboreando su clase. En jornada roquista, se atrevió con un giro por la espalda. Para disfrutar, a modo de festival, con el de los botines blancos. Faltó un epílogo, pero la estocada recibiendo fue de categoría. Como tardó en caer, el premio se redujo a una oreja en tan gentil escenario, donde se ha dado más por menos. Otra logró del cuarto, con un animal andarín y con una pegajosa 'prontitud'. No se le podía perder la cara, que colocaba en el embroque y que respondía mejor cuando lo apretó por abajo entre descensos y subidas.
Molestaba entonces una barbaridad el viento, con la maquinaria a tope en el lote de Roca Rey. Si deslucido era a estribor el segundo –¡vaya carita!–, peor era a babor. Entre enganchones transcurrió el capítulo, con el limeño muy incómodo. Pero en el quinto, con más transmisión, expuso toda su autoridad y ni Eolo le privó de la conexión al Huracán del Perú. Tras dominar a Campanito con aplomo y media muleta a rastras, se metió en las cercanías en un alarde de valor que encendió el fuego en los tendidos, ya con la rebeca puesta. Tras enterrar la espada, cortó dos orejas con más fuerza que varios toros. Hasta le pidieron el rabo.
Feria de Palencia
- Coso de los Campos Góticos. Lunes, 2 de septiembre de 2024. Quinta y última corrida de la Feria de San Antolín, aunque fuera de abono. Casi lleno en los tendidos, con una calva en lo alto del 1. Festejo goyesco en memoria de Pedro Giraldo. Toros de Núñez del Cuvillo, de agradables caras y de variado pelaje y juego.
- José María Manzanares, de café con hilo tabaco. Espadazo recibiendo (oreja). En el cuarto, media tendida con derrame (oreja).
- Roca Rey, de espuma de mar y pasamanería negra. Estocada corta desprendida (silencio). En el quinto, espadazo desprendido (dos orejas con petición de rabo).
- Ginés Marín, de fucsia con adornos en azabache. Pinchazo y estocada desprendida (silencio). En el sexto, estocada desprendida (dos orejas).
Después de toparse con un descastado tercero –de mal estilo–, no entraba en los planes de Ginés hacer la ruta a San Fernando, un ratito a pie y otro caminando. Con técnica y gusto dibujó notables series al nobilísimo sexto, sin faltar esos guiños para meterse al gentío en el bolsillo. De tú a tú el espadazo, que hizo aflorar la doble pañolada y el trébol de puertas grandes.
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