Polémica en Alemania por la creación de un nuevo tribunal para la devolución del arte expoliado por los nazis
El gobierno de Scholz sustituye la comisión asesora con el fin de unificar y agilizar la restitución de los bienes, pero abogados e historiadores aseguran que limita los derechos de las víctimas
Francia devolverá todas las obras de arte robadas por los nazis a las familias judías
A menudo pensamos en obras de arte cuando hablamos del expolio nazi y así ha sido en la mayoría de los casos. Desde la fastuosa colección Gurlitt, más de 1.500 obras de primer orden descubiertas en 2013, hasta reclamaciones individuales, como el Pissarro que un tribunal de Estados Unidos ha permitido recientemente preservar al Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid (Lilly Neubauer fue obligada por los nazis a malvenderlo en 1939 y fue indemnizada por el Estado alemán en 1958).
Pero también hay cantidades de dinero depositado en bancos o bienes inmuebles que son reclamados por el mismo motivo, como la vivienda de una familia en Wandlitz, expropiada en su día a dos hermanas judías en 1932 y cuya propiedad ha pasado a la Conferencia de Reclamaciones Judías (JCC), una asociación de 23 organizaciones judías, como sucesora legal de las dos mujeres asesinadas en Auschwitz. En 2015, la familia de inquilinos, los Lieske, nietos del comprador de la casa, recibieron la carta de la Oficina Federal de Asuntos de Propiedad Abierta exigiendo la devolución.
Se trata de casos muy dispares que los tribunales competentes han ido resolviendo según su propio criterio, sin mucha jurisprudencia a la que atenerse. Para unificar criterios y crear un cuerpo coherente de decisiones judiciales, el gobierno alemán ha creado un nuevo tribunal de arbitraje que unifique y simplifique la devolución de bienes robados durante el régimen nazi.
El Tribunal de Arbitraje para el Arte Saqueado por los Nazis tomará la decisión final si las partes impugnan en los procedimientos preliminares la devolución de las obras de arte reclamadas y permitirá la «invocabilidad unilateral», según la cual bastaría con que una sola parte solicitara una auditoría. Esto difiere de los procedimientos seguidos hasta ahora, donde tanto los descendientes de los propietarios anteriores como los dueños actuales tenían que dar su consentimiento para un nombramiento de intermediarios. Muchas piezas eran retenidas ante un comité de apelaciones porque los propietarios actuales se negaban a impulsar el procedimiento.
Sin embargo, no hay consenso sobre la conveniencia de este nuevo sistema. Un grupo de abogados e historiadores especializados en arte saqueado por los nazis han escrito una carta abierta al canciller Olaf Scholz, en la que critican los cambios planeados y sostienen que «es deshonesto abolir la Comisión Asesora sobre el Arte Saqueado por los Nazis en la fase final del período legislativo y adoptar un nuevo procedimiento que es peor para las víctimas».
El derecho a la restitución
La comisión a la que se refiere el escrito se creó en 2003, en respuesta a la negativa de muchas instituciones alemanas a cooperar con el Acuerdo de Washington de 1999, que comprometía al país a devolver el arte saqueado por los nazis. Como no tenía poder de decisión, en 2021 se planteó reforzarla, para evitar situaciones como la de un cuadro de Picasso que el estado federado de Baviera se ha negado a devolver y que permanece sin ser resuelto. Pero en lugar de ese refuerzo, el gobierno la ha abolido por completo y la ha reemplazado por el nuevo Tribunal de Arbitraje.
Los firmantes de la carta abierta están preocupados por el hecho de que el marco del nuevo tribunal no se haya discutido públicamente. También les preocupa que las víctimas que vendieron su arte a los nazis bajo presión «en una operación de compraventa legal en su momento, sólo tendrán en el futuro un derecho muy limitado a la restitución», afirma la carta. Los firmantes consideran este punto «una bofetada a las víctimas y a sus descendientes» y «catastrófico para la reputación de Alemania».
«Estamos facilitando la restitución de las obras de arte saqueadas por los nazis, particularmente al introducir el acceso unilateral al arbitraje», ha defendido, sin embargo, Claudia Roth, ministra de Cultura de Alemania a punto de abandonar el gobierno, tras las próximas elecciones del 23 de febrero. «También estamos creando más seguridad jurídica y un sistema más vinculante», ha insistido.
Roth está segura de que la reforma permitirá a Alemania cumplir mejor con sus responsabilidades históricas y con su compromiso de «soluciones justas y equitativas» para las reclamaciones de arte saqueadas los principios del Acuerdo de Washington. Respaldadas por 44 países en 1998, esas directrices no vinculantes han facilitado procesos de reclamaciones recientes en Alemania, Austria, Gran Bretaña, Francia y los Países Bajos.
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