Scholz bloquea la ayuda a Ucrania para no perjudicar su campaña electoral
Tanto Olaf Scholz como Friedrich Merz rechazan la inversión del 5% del PIB que exige desde Washington Donald Trump
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El líder ucraniano, Volodímir Zelenski, trasladó ayer dos mensajes a unos 50 países aliados de Ucrania, en la reunión del grupo de contacto que tuvo lugar en la base aérea estadounidense de Ramstein, en Alemania. El primero fue que «está claro que dentro de ... 11 días comienza un nuevo capítulo para Europa y el mundo entero, un momento en el que tenemos que cooperar aún más, confiar aún más unos en otros y lograr resultados aún mayores juntos», en referencia a la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, junto a la sugerencia de que una presencia de tropas europeas en Ucrania «ayudaría a forzar la paz». El segundo era de carácter recaudatorio: Ucrania necesita mantener la tensión militar para afrontar las inminentes negociaciones en posición de fuerza y para ello requiere de ayuda militar.
Se esperaba que Alemania hubiese anunciado en esa reunión una nueva aportación por valor de 3.000 millones de euros, con la que previamente estaban de acuerdo la ministra de Exteriores Annalena Baerbock y el ministro de Defensa Boris Pistorius. El anuncio, sin embargo, no se produjo. Desde la Cancillería de Berlín, Olaf Scholz había paralizado una demasiado controvertida medida para producirse en campaña electoral, según ha publicado 'Der Spiegel'.
Ucrania necesita el dinero con urgencia para financiar un paquete de armas que incluye tres baterías antiaéreas IRIS-T y municiones, misiles guiados Patriot, diez obuses con ruedas y municiones de artillería. El informe, que cita a círculos del SPD, afirma que Scholz podría no querer anunciar más entregas de armas en medio de la campaña electoral federal porque esto podría alejar a los votantes y que el proyecto lleva semanas siendo objeto de debate interno. El Bundestag debería aprobar un gasto no programado y, sin el apoyo de la Cancillería, no es viable.
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La coalición semáforo de Olaf Scholz ya redujo considerablemente la ayuda alemana a Ucrania en su proyecto de presupuestos generales para 2025. El 42% de los alemanes afirma en las encuestas que su Gobierno ha hecho «demasiado» por Ucrania y esa partida presupuestaria es cada día más impopular. Los programas electorales de los candidatos que concurren a los comicios del 23 de febrero pasan de puntillas sobre el asunto y desde Berlín se mira con cierta consideración a Noruega, uno de los países que menos apoyo a prestado a Ucrania los últimos tres años y que sin embargo se está beneficiando de la guerra. Según el Instituto de Economía Mundial de Kiel, Oslo ha apoyado a Kiev con un total de 3.200 millones de euros, apenas una décima parte de lo que ganó solo en 2022 y 2023 por el aumento del precio del gas, ingresos extraordinarios por más de cien mil millones de euros. Sin embargo no hay respuesta, ni por parte del Gobierno ni de la oposición alemana, sobre cómo debe financiarse el nuevo esfuerzo en Defensa.
Inmersos en la precampaña, tanto Olaf Scholz como Friedrich Merz han rechazado la inversión del 5% del PIB que exige desde Washington Donald Trump. El objetivo prioritario de ambos programas es relanzar la economía, estancada y al borde de la recesión, lo que acapara los planes de inversión. Las propuestas se dirigen más bien hacia la producción conjunta y la compra de armas por parte de la UE. El «punto de partida» debería ser la elección del gasto compartido para aumentar la eficiencia y la rentabilidad y reducir los costes, dice Guntram Wolff, del Instituto Bruegel, «sin embargo, las necesidades específicas de armamento de los Estados miembros de la UE a veces se interponen en el camino de esta forma de cooperación. Los partidos políticos alemanes son cada día menos reticentes a la idea de eurobonos para financiar la Defensa conjunta que a diseñar partidas presupuestarias nacionales, que tienen un mayor coste electoral.
El canciller Shcolz estaría ahora argumentando que las asignaciones de ayuda militar existentes -4.000 millones de euros para 2025, junto con fondos de un préstamo del G7 de 50.000 millones de dólares financiado por activos rusos congelados- son suficientes. También habría expresado su preocupación por el hecho de que el gobierno entrante asuma importantes obligaciones financieras después de las elecciones como hechos consumados.
A pesar del bloqueo, Scholz sigue en teoría reiterando la determinación alemana de apoyo a Ucrania y su ministro de Defensa, Pistorius, reafirma los suministros previamente comprometidos, como los alrededor de 50 misiles guiados para los sistemas de defensa aérea IRIS-T. «Primero suministraremos a Ucrania, antes incluso de reponer nuestras propias reservas», ha subrayado Pistorius, en referencia a que se trataba de equipo destinado a la Bundeswehr que ha cambiado de rumbo en el último momento.
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