La mítica agencia Magnum, que revolucionó la fotografía, premiada con el Princesa de Asturias de la Concordia

El Jurado destaca «su icónica y exigente labor de fotoperiodismo» y la sitúa como «un ejemplo de libertad de prensa»

La historia de Magnum, en sus imágenes más icónicas

Opinión: Una nueva forma de mirar y contar el mundo

La presidenta de la agencia Magnum Photos, Cristina de Middel, junto a la mítica foto 'Muerte de un miliciano' de Robert Capa Efe

En 1947, dos años después de que terminara la Segunda Guerra Mundial, cuatro fotógrafos que habían quedado muy marcados por el conflicto decidieron fundar una agencia de fotografía periodística como una cooperativa, cuyos miembros tuvieran total independencia y conservaran los derechos de autor sobre sus obras para poder comercializarlas. Nacía así Magnum Photos, que lleva retratando el mundo desde entonces. Aquellos cuatro fotógrafos eran Endre Ernö Friedmann, conocido como Robert Capa; Henri Cartier-Bresson, George Rodger y David 'Chim' Seymour. Se unieron a ellos como cofundadores Maria Eisner y Rita y Bill Vandivert.

Magnum revolucionó la fotografía: hay un antes y un después de su fundación. Fue Cartier-Bresson quien propuso bautizar la nueva agencia con ese nombre. A todos les pareció perfecto, pues, como explicaba Seymour, «teníamos la sensación de que era el nombre adecuado. A la vez que expresaba esa vida en pos de grandes imágenes, sugería la alegría representada por una gran botella de champán y una buena fiesta». Magnum nació con unos principios revolucionarios: los fotógrafos querían ser independientes, elegir sus propias historias, sin un editor que las impusiese; querían tomarse el tiempo necesario para ello, sin presiones.

La 'santísima trinidad' de Magnum: la proximidad al objeto, el instante oportuno y el ojo fotográfico. Para los miembros de la agencia, ya no solo importaba lo que se ve, sino también cómo se ve. Una nueva manera de entender la fotografía. Nacía el fotoperiodismo moderno. La primera medida de Magnum fue dividir el mundo en áreas cobertura: 'Chim' en Europa, Cartier-Bresson en la India y el lejano Oriente, Rodger en África y Capa en Estados Unidos.

Rodger, conocido por sus fotografías de la liberación del campo de concentración de Bergen-Belsen, tuvo que escapar de los japoneses en Birmania. Cartier-Bresson, que anduvo toda su vida buscando el 'instante decisivo', pasó casi tres años en el campo de trabajos forzados de Wuttemberg. 'Chim', nacido en Polonia, recibió una medalla por su trabajo en la inteligencia estadounidense. Perdió a sus padres a manos de los nazis. Y el húngaro Capa, célebre por sus imágenes de la Guerra Civil Española, realizó las famosas fotografías borrosas del desembarco de Normandía el Día D. Trágicamente, Capa y 'Chim' murieron cubriendo otros conflictos: Capa pisó una mina en Vietnam, mientras cubría la guerra de Indochina; 'Chim' fue ametrallado por soldados egipcios mientras hacía un reportaje sobre un intercambio de presos en el Canal de Suez.

Setenta y siete años después de su fundación, Magnum es un gigante, con oficinas en París, Nueva York, Londres y Tokio, y una red de agentes colaboradores. La nómina del centenar de fotógrafos que han pasado por ella es impresionante: Abbas, Eve Arnold, Bruno Barbey, Miguel Rio Branco, René Burri, Cornell Capa, Bruce Davidson, Elliott Erwitt, Raymond Depardon, Martine Franck, Philippe Halsman, Josef Koudelka, Herbert List, Steve McCurry, Susan Meiselas, Inge Morath, James Nachtwey, Martin Parr, Paolo Pellegrin, Sebastião Salgado, W. Eugene Smith... Desde 2022, preside Magnum Photos la española Cristina de Middel, que define la agencia como la «ONU de la fotografía». La primera española en entrar fue Cristina García Rodero; la última, Lúa Ribeira..

Acta del Jurado

Si impresionante es la nómina de fotógrafos de Magnum, igualmente lo es la lista de galardones atesorados por sus miembros. Desde hoy suma uno más, el Princesa de Asturias de la Concordia, cuya candidatura fue propuesta por Pablo Gil Cuevas, miembro del jurado del Princesa de Asturias de las Letras. Optaban 38 candidaturas de 19 nacionalidades. Llevaba años sonando el nombre de Magnum como eterno candidato a estos premios. Bien podría haber ganado Magnum el de las Artes o el de Cooperación Internacional, pero finalmente la legendaria agencia fotográfica se ha alzado con el de la Concordia.

El jurado, presidido por Adrián Barbón Rodríguez, presidente del Principado de Asturias, acordó concederle el galardón a Magnum Photos, una de las agencias internacionales de fotografía más prestigiosas del mundo, «por su icónica y exigente labor de fotoperiodismo extendida a lo largo de casi ocho décadas en las que, en un ejemplo de libertad de prensa y asunción de riesgos, ha custodiado y transmitido el testimonio de los acontecimientos más relevantes de su época y contribuido con ello, a través de la imagen, a elevar la conciencia de la humanidad».

«Es un inmenso honor recibir el premio Princesa de Asturias de la Concordia en un momento, además, de presidencia española de Magnum Photos -manifestaba Cristina de Middel, que hoy viajaba a Nueva York, a la Fundación Princesa de Asturias tras conocer la concesión del premio-. Este galardón supone un gran apoyo para la agencia y nos anima a seguir trabajando en la construcción de un mundo más justo y alejado de los extremos y los fanatismos».

En los archivos de la agencia, con más de un millón de fotografías, que constituyen la mejor crónica del siglo XX y parte del XXI, se encuentran imágenes míticas, como las ya citadas del desembarco de Normandía tomadas por Robert Capa (hace unos días se conmemoraba en las playas de Omaha el 80 aniversario). Las fotografías de Capa del asalto de las fuerzas estadounidenses en la playa de Omaha el día D, el 6 de junio de 1944, son un registro histórico de la invasión aliada de la Francia ocupada por los alemanes, que contribuyó a la liberación de Europa occidental del control nazi un año después.

En la Guerra Civil española, adonde viajó con Gerda Taro y 'Chim', tomó otra famosísima instantánea, la del miliciano muerto en Cerro Muriano (Córdoba), inmortalizado por Capa justo en el momento en que es abatido. Han corrido ríos de tinta sobre esta fotografía, sobre la que se cierne la eterna duda sobre su autenticidad. En 1998 Cornell capa donó al Museo Reina Sofía la colección completa de las fotografías de la Guerra Civil española tomadas por su hermano.

Pero hay muchísimas más imágenes icónicas de los fotógrafos de Magnum en las últimas ocho décadas: el asesinato de Gandhi por parte de Cartier-Bresson, la invasión de Praga en 1968 a cargo de Josef Koudelka, el discurso de Malcolm X, captado por Eve Arnold; la entrada de Fidel Castro en La Habana en 1959, inmortalizada por Burt Glinn; las fotografías de Susan Meiselas sobre la revolución sandinista en Nicaragua, las de Gilles Peress sobre Irlanda del Norte, la niña afgana de ojos verdes retratada por Steve McCurry... Además, el romance entre Magnum y el cine era inevitable: los fotógrafos y las estrellas del celuloide se deslumbraron mutuamente.

Para entrar en Magnum Photos los candidatos se someten a un riguroso proceso de selección antes de convertirse en miembros de pleno derecho. Hay también asociados, colaboradores y nominados. Sus miembros se reúnen una vez al año, el último fin de semana de junio, en Nueva York, París o Londres, para discutir los asuntos de la agencia.

En 2007 la agencia creó la Magnum Foundation, destinada a la concesión de becas a fotógrafos y la preservación de su archivo histórico, e inició una colaboración con The Global Fund to Fight AIDS, Tuberculosis and Malaria, con la cual un equipo internacional de fotógrafos viajó a nueve países para documentar los efectos de los tratamientos antirretrovirales en enfermos de sida. El resultado fue 'Access to Life', una exposición itinerante inaugurada en 2008 en Washington y que pudo verse en Madrid, Oslo, Roma y Oakland. En 2010 Magnum vendió su colección de fotografías impresas –de las que conserva los derechos de autor– al magnate de los ordenadores Michael Dell, quien más tarde legó el archivo al Centro Harry Ransom de la Universidad de Texas para su conservación y catalogación.

En las exposiciones en las que participa u organiza habitualmente, la agencia muestra especial interés por atender cuestiones sociales, como la sostenibilidad o la igualdad de género. En 2022, año en que cumplió su 75 aniversario, puso el foco en el conflicto armado de Ucrania con iniciativas como el lanzamiento de una venta de fotografías sobre conflictos armados, cuyos beneficios fueron destinados al Comité Internacional de la Cruz Roja.

Las imágenes de los miembros de Magnum han aparecido en publicaciones como 'The New York Times', 'Le Monde', 'Le Figaro', 'The Guardian' o 'Il Corriere della Sera', 'Paris Match', 'National Geographic'y 'Life', entre otras muchas, y se han expuesto en los principales museos del mundo.

Las tres fotógrafas españolas miembros de Magnum (ningún fotógrafo español lo ha logrado) exponen juntas en la galería Ponce + Robles dentro de PhotoEspaña: 'Llibrets de Festes', comisariada por Rafael Doctor. García Rodero, por su parte, rescata su mítica 'España oculta' en el Círculo de Bellas Artes. Y uno de los grandes nombres de Magnum, Elliott Erwitt, 'el fotógrafo de los perros', protagoniza una gran exposición en la Fundación Canal.

Acerca de Magnum, contaba García Rodero recientemente a ABC Cultural que «estar en contacto con más de 60 personas que viven la profesión con auténtica pasión ha sido para mí un gran estímulo. Me sorprendió que votaran a una fotógrafa que no trabajaba en prensa, que amaba la cultura popular». Contaba entonces que Elliott Erwitt, tras ver su 'España oculta', le escribió una carta. En ella le preguntaba: «¿Quiere que hable con mis colegas para entrar en Magnum?». Cristina no le contestó. «Mi sueño nunca fue entrar en Magnum, sino vivir de mi trabajo. Magnum no entraba en mi cabeza». Finalmente, la convenció David Alan Harvey. En un viaje a Nueva York visitó a Erwitt y le regaló un ejemplar de su libro.

Pero también ha habido miembros de Magnum que abandonaron la agencia. Es el caso de James Nachtwey o de Sebastião Salgado. Este creó la suya propia, Amazones Images: «Magnum se quedó anticuada. Es un gran grupo, tiene excelentes fotógrafos. Ha escrito una gran parte de la historia de la fotografía de reportaje, pero no es dinámica. Magnum me atacó mucho, me fui más o menos como un bandido que abandona la mafia. Pero he resistido. Tengo una gran admiración por Magnum. Creo que merece el premio Príncipe de Asturias. Un día tendrán que darle ese premio por ser una referencia histórica de la fotografía», decía a ABC. No se equivocó.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios