Joselito, el ocaso de un niño prodigio
JUGUETES ROTOS
Triunfó en el mundo de la canción y el cine en los 50, pero acabó por emigrar a Angola tras el declive de su carrera
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El mundo le conoció como 'El pequeño ruiseñor'. José Jiménez Fernández, Joselito, fue el primer niño prodigio del cine español y sus canciones y sus películas le lanzaron a la fama en países como Francia, Italia, Estados Unidos y Japón. Era el artista más ... popular en la España de finales de los años 50, pero su declive llegó con la misma rapidez con la que había ascendido a la categoría de mito. Con apenas 20 años, su carrera empezó a declinar y sufrió el más duro castigo para quien había sido recibido por Juan XXIII e invitado al rancho texano del presidente Lyndon Johnson: el olvido.
El largo descenso a los infiernos de Joselito tocó fondo en 1991 cuando un tribunal de Valencia le condenó a cinco años de cárcel por tráfico de drogas. Había sido detenido con 78 gramos de cocaína, que intentó justificar sin éxito como destinados al consumo personal. Ingresó en prisión y estuvo cerca de un año y medio hasta obtener beneficios penitenciarios. A la salida de su reclusión, reconoció su adicción a la droga. «La cárcel es lo mejor que me ha pasado. Allí me curé de mi dependencia de la cocaína y aprendí a conformarme», afirmó.
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Ante la imposibilidad de encontrar trabajo, Joselito emigró a Angola a principios de los años 70 cuando todavía era una colonia portuguesa. Allí se ganaba la vida como cazador y organizador de safaris. El cantante y actor fue acusado en un reportaje aparecido en la prensa francesa de ser un mercenario al servicio del Gobierno de Lisboa, algo de lo que no existen pruebas. Ello contribuyó a agudizar su leyenda de juguete roto.
Tras ser el artista mejor pagado de España por sus grabaciones y sus películas, codearse con Frank Sinatra, Chaplin y Cantinflas, ser admirado por Fidel Castro y Pasolini y aparecer en las portadas de las revistas del corazón, Joselito se encontró arruinado y sin contratos. Descubrió que Eloy Ballesteros, su manager, había puesto a nombre de sus familiares y testaferros los bienes que él creía que eran suyos. No solamente eso, Ballesteros se llevaba la mitad de los ingresos por las actuaciones de su representado, que llegó a cobrar tres millones de pesetas por una película, una cifra astronómica en los años 50. Con un matrimonio fracasado, sin fortuna y sin futuro, se marchó a África para cambiar de vida. Todavía no había cumplido los 30 años.
Joselito había nacido en Beas del Segura (Jaén) en 1943. Último de siete hermanos, un tratante de ganado quedó fascinado por su talento en una posada de Utiel y decidió llevarle a una radio de Valencia. Gracias a su prodigiosa voz, empezó a ser conocido en círculos locales. El cantante Luis Mariano le escuchó en un recital y le invitó a actuar en París, donde logró ser contratado por la televisión pública francesa. Su salto a la fama fue meteórico.
Auge y caída
El realizador español Antonio del Amo se dio cuenta de su potencial y le convenció para debutar en el cine en 1956. Su primera película, 'El pequeño ruiseñor', fue un éxito que desbordó todas las expectativas. Joselito trabajó en 14 filmes, de los cuales ocho fueron dirigidos por Del Amo. En los seis años siguientes, alcanzó la cima de su popularidad. Pero la voz le cambió y cuando Rafael Gil le seleccionó en 1965 para 'La vida nueva de Pedrito Andía' su carrera ya estaba en declive. Había dejado de ser el adolescente que cautivaba al público y habían emergido estrellas como Raphael que sintonizaban con los nuevos gustos. Tampoco le fueron bien los negocios que emprendió como un hotel que resultó un fracaso.
El largo descenso a los infiernos de Joselito tocó fondo en 1991 cuando un tribunal de Valencia le condenó a cinco años de cárcel por tráfico de drogas
«Gané mucho dinero. Pero me lo robaron», reconoció en una entrevista. «España tiene la funesta manía de arrastrar a sus personajes y sacar lo negativo de forma brutal. Me da mucha pena. Pero a mí me quisieron destruir», declaró.
Joselito eligió Utiel para residir, ciudad en la que tiene vínculos familiares y que le ha dedicado una calle. En 2008, reapareció en el programa 'Supervivientes', más tarde volvió a ser contratado para algunas películas y figuró como invitado en 'Cine de barrio'. Había envejecido, pero su cara y sus gestos seguían siendo reconocibles para quienes eran niños cuando él triunfaba como 'El pequeño ruiseñor'.
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