España, a la conquista de la Feria del Libro de Fráncfort
La tropa española se ha pertrechado de un trabajo serio previo a la cita y cuenta con una intachable batería de autores, pero la guerra de Ucrania planea sobre sector y tiñe el encuentro de tonos oscuros
![La Feria del Libro de Fráncfort es la más importante del mundo y atrae, cada año, a unos 30.000 visitantes](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2022/10/14/feria-francfort-RgOfJDZU7TWv3mQTKvJECqO-1240x768@abc.jpg)
España llega, como país invitado, a una feria medio en guerra. La tropa española se ha pertrechado de un trabajo serio previo a la cita y cuenta con una intachable batería de autores, pero la guerra de Ucrania planea sobre sector y tiñe el encuentro ... de tonos oscuros. Jesús Carrasco, que acaba de publicar en alemán su 'Llévame a casa' y suma al ajetreo de las presentaciones la intensa agenda de Fráncfort, contempla la presencia española como «un gran desembarco». Pacífico, se entiende.
«Creo de verdad que llegamos en un grandísimo momento porque hay una muy buena renovación de voces muy variadas, poderosas y personales –afirma con optimismo–. Desde todos los rincones de España y acompañadas por un tejido editorial muy potente: desde las más grandes a las pequeñas pero exquisitas, esa constelación de editoriales de gran calidad que lleva adelante una producción muy cuidada e interesante».
«Solo el hecho de volver a la feria dentro de esta nueva normalidad es ya todo un triunfo», añade el director Juergen Boos. «Hay registrados más de 4.000 expositores de 95 países, la preventa va muy bien y esperamos recuperar los 300.000 visitantes. Volvemos a la normalidad con esplendor real», apostilla el jefe de la Feria.
La llegada de los reyes de España servirá sin duda para poner una pica en Fráncfort y el motor institucional, que lleva cuatro años calentando, rezuma entusiasmo por la largamente planeada invasión. «Se ha hecho un esfuerzo enorme de traducción, con más de 150 lanzamientos en alemán este año y 250 títulos desde 2019», recuenta la comisaria, Elvira Marco, que en los encuentros previos con editores se ha percatado de que «en los alemanes hay un gran conocimiento de la literatura española, los editores alemanes leen en español, cosa que no ocurre con los ingleses, leen de primera mano y tienen interés en temas como la memoria, aunque con distintas perspectivas, o la literatura de mujeres y tenemos gran número de autoras jóvenes que están viajando muy bien».
«En cuanto al ensayo, que suele viajar peor, pues no solamente Irene Vallejo, que es un fenómeno editorial, sino también Marina Garcés o César Rendueles, que están siendo muy traducidos, son focos de atención», subraya Marco.
«El sector ha hecho sus deberes. Incluso antes de la pandemia había iniciado su transición digital en medios de producción y logísticos, estaban ya adaptados, al menos el grueso de la industria editorial», resume, orgullosa, la directora general del Libro, María José Gálvez. «Desde el Ministerio hemos apoyado la digitalización y modernización de pymes que por menor tamaño u otras circunstancias no habían añadido estas herramientas. Por todo esto el sector llega a Fráncfort con alas, llega ilusionado y saneado».
Pero lo cierto es que solamente desde el campo de batalla se percibe la gesta necesaria. Y si alguien conoce desde dentro el mundo literario alemán es Fernando Aramburu, afincado en Hannover, donde cada sábado examina religiosamente la lista de los veinte libros más vendidos que publica el semanario 'Der Spiegel', fiable termómetro de la actividad editorial en Alemania. «Hace mucho tiempo que no veo nombres españoles. En el pasado han estado Chirbes, Zafón, Marías, Almudena Grandes, incluso yo mismo tuve la suerte de figurar en esa lista... Pero ahora el único título es 'Violeta', de Isabel Allende. Y sin embargo yo creo que hay autores de identidad en español que podrían estar en esa lista», lamenta.
El protagonismo de la presencia española será lamentablemente disputado en esta edición por la ausencia rusa y también ucraniana. El estand nacional de Rusia fue prohibido por la dirección, aunque solo unos pocos editores rusos se habían registrado, de todas formas. Alemania no concede visados a ciudadanos rusos, además, por lo que solamente autores rusos exiliados y activistas de derechos humanos estarán representados en Fráncfort. Y el panorama editorial ucraniano es todavía más desolador. Imprentas destruidas, sin papel, sin lectores. Ni se imprime ni se publica.
«La edición ucraniana está muerta», zanja el editor Viktor Kruhlov, que calcula que, desde el ataque ruso, más de mil editoriales ucranianas han cerrado, principalmente en Kiev, Járkov y Lviv. Y aun así, según el Instituto del Libro de Ucrania, durante la primera mitad de 2022 se publicaron 2.357 títulos, algo menos de la mitad de la vida de antes. La circulación ha caído en Ucrania un 70%. «Los autores ucranianos esperan vender en Fráncfort derechos de sus obras lo más ampliamente posible», apunta con esperanza Andrej Kurkov, presidente de PEN Ucrania. «Con el apoyo financiero occidental y de las instituciones culturales, será la clave de la supervivencia para el sector», remata.
La Feria del Libro de Fráncfort, de hecho, quiere crear un foro público para el comercio del libro en Ucrania y ha organizado un taller, que financia el Ministerio de Exteriores alemán, destinado a ayudar a sus editores a lograr acuerdos comerciales en otros idiomas durante la Feria del Libro de Frankfurt.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete