Crítica de

'In ictu oculi', de Ignasi Aballí en el CAAC: El parpadeo del límite

Sevilla

Se apodera Ignasi Aballí de los espacios del CAAC para forzar al espectador a dilucidar su resistencia y complicidad con lo artístico

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Una de las propuestas de Aballí en el CAAC CAAC

Es esta una de esas exposiciones singulares y admirables que suceden de tarde en tarde. También una de esas muestras infrecuentes por peligrosas, aunque la única amenaza gire en torno a la probabilidad de hacer pensar a un visitante inadvertido y poco acostumbrado.

Ignasi Aballí ... (1958) es uno de esos pocos creadores que exigen responsabilidad al espectador en el discurrir de una senda que debe descifrar mientras se recorre. Sus proyectos nunca se imponen al espacio sobre el que se despliegan. Impulsan, por el contrario, un diálogo bidireccional que logra establecer sinergias y promover descubrimientos. Se destapa así una producción donde los significantes sirven con celo a las intenciones; se revela también el espacio expositivo –el CAAC, anterior Monasterio de Santa María de las Cuevas– más allá de su carácter de mero contenedor.

Apenas se cruza el umbral

Los frutos dialógicos de la propuesta emergen apenas cruzar el umbral. La celosía alude a la contemplación silenciosa y la ocultación consciente, y se encuentra en el germen (físico o alegórico) de las cinco intervenciones homónimas sobre las cristaleras que se abren hacia los huertos de los 'collages' 'Silencios' (2024), o de la instalación 'Círculo acromático' (1993). La intercomunicación con el entorno no acaba ahí. 'Pared falsa inclinada', obra producida ex profeso, ofrece una respuesta especular a los paramentos alabeados de la galería del Claustrón Este, permitiendo percibir las vicisitudes arquitectónicas del secular edificio.

Salas del CAAC con las obras de Aballí Pepe Morón

De las múltiples y recurrentes intenciones (y obsesiones) del creador destacan dos por encima del resto: la indagación persistente en el cromatismo, en la percepción alterna de su sutil variabilidad, y una honda reflexión sobre los conceptos de acierto/error. En el primer ámbito destacan dos propuestas, sendos guiños a la Historia del monasterio cartujo y la pintura hispalense.

'Parpadeo' (2023), resulta un interesante homenaje a la fugacidad existencial presente en 'Los jeroglíficos de las postrimerías' de Valdés Leal. En una imponente instalación pictórica, paradójica y reveladoramente titulada 'Sin pintar', Aballí recupera y dispone, en 28 lienzos, las telas crudas sobre bastidor de los hábitos de otras tantas órdenes religiosas, tan representadas por la pintura barroca, con sus distintivos cromatismos y texturas.

Ignasi Aballí

'In ictu oculi'. CAAC. Sevilla. Avda. Américo Vespuccio, s/n. Comisaria: Geovanna Ibarra. Hasta el 10 de noviembre. Cuatro estrellas

Una segunda directriz de su trabajo lleva a enfrentar las decisiones fallidas del artista y sus consecuentes frutos: 'Pintura descartada IV' (1999-2003), 'Pinturas erróneas X' (2006-2023)... Esta estrategia conduce a sembrar dudas en el espectador y a dejar recaer sobre él la responsabilidad de dilucidar qué es o qué no un producto artístico. O dónde empiezan y terminan sus límites. En un parpadeo.

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