La «hazaña» de un grupo de sindicalistas: desestabilizar la industria del cine español

El último comunicado de la Unión de Actores ha colmado el vaso de la paciencia del sector

La «hazaña» de un grupo de sindicalistas: desestabilizar la industria del cine español EFE

INÉS MARTÍN RODRIGO

«Desde la guerra de Irak, con esos famosos Goya del “No a la guerra” , el cine español cayó en desgracia para muchos espectadores. No hemos levantado cabeza desde entonces. Hubo una campaña brutal contra el cine español, cuando no se puede destruir una industria por las opiniones personales. Esto no ocurre en Estados Unidos». Así de rotundo se mostraba el productor Enrique Cerezo en una entrevista concedida a este diario a finales de diciembre del año pasado.

La opinión del presidente de EGEDA muestra el sentir de una parte importante de la industria, que ha asistido impotente al desafecto de la sociedad española hacia su cine por el sectarismo y la politización que unos pocos se han empeñado en imprimir al sector.

El fantasma de aquellos tristemente famosos Goya del «No a la Guerra» ha vuelto a aparecer en la semana de la edición de este año . Solo 24 horas después de que el presidente de la Academia de Cine pidiera a la profesión que no politizara la gala que se celebrará mañana, la Unión de Actores hacía público un comunicado de llamada a la acción para hacer de estos Goya los del «No a los recortes» del Gobierno del PP.

Enrique González Macho recibía así la primera «cornada» grave de su mandato en la Academia, iniciado en 2011 tras la salida intempestiva de Álex de la Iglesia . Y la recibía de manos de su gente. La misma gente que en 2003 puso en jaque a toda una industria al llevar al ruedo televisivo sus opiniones políticas, al elevar lo particular a la categoría de general, en directo y con ese gran «altavoz» de la televisión pública al que el sindicato alude en su comunicado .

«La gala de 2003 dividió, por lo mediático del momento, a la opinión pública sobre el cine español. Hay un error por parte de los que hicieron ese mitin y también por parte del público», reconoce un preocupado González Macho a este periódico. Pero el presidente de la Academia no es el único molesto con ese «pequeño grupo» dispuesto a dinamitar la gala. Fuentes del sector reconocen que «muchos actores están indignados con esto» y un importante productor asegura que «es muy miserable lo que están haciendo, queda de lo más mafioso, eso de “yo que tú lo haría” es lamentable, politizan el sector y miran hacia atrás en vez de hacia delante».

La reacción de TVE

Por no mencionar cómo ha sentado el gesto en TVE. La dirección del ente público está molesta y teme lo que mañana pueda suceder, pues no quieren convertirse en los «paganos» de un grupo de voceros por los que puedan (o no, visto el revuelo mediático) perder audiencia. ¿Y si sucede lo peor y deciden no volver a emitir la gala? Pues, como dice González Macho, «pagaremos las consecuencias».

Consecuencias que ya llevan años pagando. En 2004 el cine español perdió ocho millones de espectadores, según los datos del ICAA . Desde entonces, la cuota de pantalla ha oscilado entre el 13 y el 15% y no se ha recuperado hasta 2012, logrando un histórico 20% gracias a películas de géneros poco habituales en la industria española como «Lo imposible» y «Las aventuras de Tadeo Jones».

Todo ello aderezado con el estreno en 2004 de la película «Hay motivo» (logró 2.800 euros de recaudación, según datos del ICAA), que buscaba alentar el cambio de Gobierno ante las elecciones de marzo, la asistencia de José Luis Rodríguez Zapatero a los Goya de 2005 (el primer presidente del Gobierno que lo hacía) o la fundación de la Plataforma de Apoyo a Zapatero en 2008 para apoyar su reelección y ensalzar su labor (a los pocos meses el expresidente pronunció por primera vez la palabra crisis en una entrevista en televisión).

Pero los mismos actores que en su día le apoyaron dejaron plantado a Zapatero en 2010 , en la recepción de ganadores de los Goya. González-Sinde les justificó diciendo que «son jóvenes y trasnochan» , aunque Luis Tosar tenía «cosas mejores que hacer» y Lola Dueñas, «otros compromisos», según explicaron en su día.

Estas «anécdotas» y la ausencia de referencias políticas en los discursos de nuestros actores cuando son reconocidos en el extranjero (no así en la prensa española, donde Penélope Cruz ha manifestado el «miedo» que le dan las «decisiones que se están tomando» y Javier Bardem ha asegurado que los villanos son los que «rescatan a los bancos en vez de a las personas» ) hacen que quienes velan por el futuro de la industria pongan el grito en el cielo. Y es que, como dice González Macho, «estamos en una democracia y el cine es de la sociedad española».

La «hazaña» de un grupo de sindicalistas: desestabilizar la industria del cine español

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