A vueltas con 'La metamorfosis' de Kafka
El gran artista francés Stéphane Levallois inaugura una muestra sobre este popular relato del escritor checo en Pamplona dentro del XV Salón del Cómic de Navarra
Kafka & Kafka

Como es sabido, este año se cumple el centenario del deceso de Franz Kafka (Praga, República Checa, 1883-Kierling, Austria, 1924), uno de los escritores fundamentales de la modernidad, y uno de los grandes autores del género fantástico. La exposición 'La metamorfosis de Kafka por Stéphane Levallois' ... muestra el trabajo del prestigioso artista francés ilustrando este relato publicado por primera vez en 1915 en la revista 'Die Weissen Blättner'.
Apodado Mister Monster por el cine de Hollywood, Levallois aborda una vez más el tema de lo distinto e insólito con la sabiduría y originalidad que le caracteriza. Toma como punto de partida una frase del mítico texto que dice así: «Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertido en un monstruoso insecto». Pero aunque esta opción sea la mayoritaria en las traducciones, Kafka utiliza la palabra 'ungeziefer', que significa bicho, alimaña o sabandija, y en sentido figurado también puede referirse a personas indeseables.
Partiendo de esta valiosa información, el francés se separa de forma radical de otras adaptaciones gráficas de 'La metamorfosis'. Dado que Kafka describe parcialmente a la criatura que protagoniza su texto, se ha generalizado su identificación gráfica con una cucaracha; a pesar de que plumas tan doctas como la de Nabokov, gran aficionado a la entomología, concluyan que, en realidad, se trata de un escarabajo. Lo cierto es que Kafka es intencionalmente ambiguo al respecto.

Levallois, como hombre de cine y colaborador de Scott en la película 'Alien: Resurrección (1997)', sabe que el gran acierto de la primera entrega de esta saga radica en no mostrar al monstruo con claridad. Admira el modo en que el director logró estimular la mente del espectador para que rellenara esa falta de información con sus propios temores. Sospecho que el francés se ha enfrentado al texto de 'La metamorfosis' con este mismo espíritu, y la temida imagen que ha surgido de su interior ha sido un hombre con un evidente parecido físico con él mismo; aunque, analizando con mayor atención sus ilustraciones, y poniendo el foco de atención en las poses y actitudes de este peculiar ser humano monstruoso, se parecen tanto al comportamiento de los insectos que el monstruo imaginado por Levallois bien podría ser una cucaracha cuyo exterior se ha vuelto transparente, dejando a la vista al humano que vive en su interior.
Esta transformación, tal y como refleja el propio relato de Kafka, espanta a la familia de Gregorio Samsa, que Levallois dibuja con la forma de insectos antropomorfos. En otras palabras, el francés decide que su monstruosa criatura sea una cucaracha en un mundo de cucarachas que, misteriosamente, ha dejado surgir al monstruoso ser humano que habita en su interior.
Así las cosas, podría pensarse que Levallois recurre a la popular locución latina 'Homo homini lupus' (el hombre es un lobo para el hombre) y que nada hay más monstruoso que lo que el miedo puede provocar en la propia naturaleza humana. El francés piensa que los monstruos son la sublimación de nuestro temores, pero en realidad aquí plantea una reflexión aún más profunda. Si se lee con atención el relato de Kafka, Gregorio Samsa es el único personaje que presenta sentimientos que, desde un punto humanista, se pueden calificar como propios de un ser digno de tildarse como 'humano'. Por ello, Levallois le otorga dicho aspecto.
Por contra, su asfixiante familia da muestras continuas de un comportamiento reprochable y gregario, escondiéndolo de la sociedad, dado que se ha convertido en una criatura distinta. Como es sabido, los insectos son la perfecta metáfora de dicho comportamiento y, por ello, los retrata como una suerte de cucarachas antropomórficas. En los dibujos de Levallois sobre 'La metamorfosis', la singularidad es percibida como monstruosa. En ellos se refleja la asfixiante presión que planea por todos los relatos de Kafka sobre aquel que no encaja en los estándares sociales comúnmente aceptados.
Levallois dibuja la muerte del individuo en favor de la masa uniforme y dirigida; y lo hace evocando su extremo más tenebroso. Con su versión de 'La metamorfosis', Levallois reflexiona sobre los fascismos modernos del siglo XXI (en todas sus facetas, especialmente la nula tolerancia hacia lo diferente y a la falta empatía para percibirlo como 'humano'). Huelga decir que este mismo espíritu está presente en el relato de Kafka, en el que supo intuir las muestras de antisemitismo que tiempo después cristalizarían como parte del nacionalsocialismo.

Esta sensibilidad y la necesidad de posicionarse ante el horror, está en el ADN del propio Levallois, y ya aparecía en otras de sus obras; destacando 'La résistance du Sanglier' (novela gráfica incomprensiblemente inédita en España), en la que evoca la historia de su abuelo, el que fuera miembro de la Resistencia durante los años de la ocupación del suelo francés por parte del régimen nazi.
Finalmente, es obligado referirse a las cualidades estéticas de esta exposición. Este trabajo de Levallois no puede definirse con otro adjetivo que no sea el de 'virtuoso'. Gráficamente, el artista realiza un 'tour de force' que pone a prueba sus, ya de por sí, sobresalientes dotes naturales para el dibujo. Ninguna de sus creaciones anteriores ha sido nunca tan aguda desde el punto de vista del dominio de la perspectiva. Tampoco en lo referente a su calidad dibujística, que puede tildarse de auténtica filigrana. Y por último, en esta adaptación de 'La metamorfosis', se demuestra un dominio del uso de la acuarela para crear atmósferas y ambientes, con la luz como auténtico protagonista, que recuerda poderosamente a los lienzos de Vilhelm Hammershøi, una de sus fuentes de inspiración a la hora de abordar este reto.
Recomiendo que aquellos lectores de ABC que tengan ocasión, se desplacen a la capital navarra para visitar esta exposición, que llega de la mano de Afundación, obra social de Abanca. A buen seguro, no se arrepentirán. Y aquellos que, por la causa que sea, no puedan hacerlo, que no se inquieten en demasía. Esta exposición continuará su viaje por otras ciudades de España, y además, en los próximos meses, podrán disfrutar de la edición española de este inmortal relato de Kafka, ilustrado por Stéphane Levallois.
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