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ABC Cultural

500 años después, los comuneros cambian de bando

La conmemoración de la batalla de Villalar divide a la izquierda entre la apatía de algunos y el afán de otros por vestirlo de hito republicano

Ejecución de los comuneros de Castilla, del romántico Antonio Gisbert (1860, Palacio de las Cortes)
César Cervera

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Es bastante insólito que un país, una región o una ciudad del mundo celebre su día grande recreándose en una derrota. Dice mucho de su identidad y de sus traumas pendientes. Así lo hace Cataluña, que mira al 11 de septiembre de 1714 , cuando ... cayó la ciudad en manos del ejército Borbón, con nostalgia y lamentos ahistóricos, y también de alguna manera Castilla y León, que tiene en la derrota de los comuneros en Villalar su día de la comunidad. «La batalla de Villalar es un mito ambivalente, porque por una parte es la victoria del proyecto imperial de Carlos V y, por otra, la derrota de los mitificados comuneros. No obstante, la tendencia habitual en todos los territorios españoles, y esta no es una excepción, es la identificación emocional con los derrotados. La memoria derrotista ha sido, sin duda, la visión dominante y la que se ha impuesto aquí», explica a ABC el catedrático de Historia Ricardo García Cárcel.

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