Luis Jaramillo - Punto de vista
Villalar diferente
«Es un hecho que lo de la identidad no es el fuerte en nuestra tierra, pero también es verdad que la fiesta ya está teñida de un tono de normalidad que era muy deseable para olvidar los agitados, cuando no luctuosos hechos, que otros años se han vivido en esa Campa»

Como la pandemia y la vacunación son los ejes de nuestra vida, parece que otros muchos temas pasan desapercibidos en nuestro entorno. No es el caso de las elecciones en Madrid, que también de la mano de la pandemia y las vacunas, son todo un ... termómetro de la vida nacional porque hay muchas partidas en juego y el resultado dará un golpe, un buen golpe, en el tablero político nacional. De hecho, del futuro de Ciudadanos, que todos aseguran que se la juega, hay muchas instituciones pendientes, entre ellas la Junta de Castilla y León, pues ese futuro puede afectar a la configuración que pueda tener el grupo parlamentario en las Cortes. Y lo mismo en Andalucía o en otras muchas instituciones que penden de un acuerdo con la formación naranja.
En Castilla y León pasa a un segundo plano la celebración de Villalar el próximo viernes que, en un año de efeméride, la del 500 aniversario de la batalla de la derrota Comunera, las Cortes recordarán con una exposición, un gran congreso y una ópera, ya que la celebración en la Campa es un imposible y apenas tendrá el testimonio institucional que recuerde que es la jornada festiva oficial de Castilla y León. Es un hecho que lo de la identidad no es el fuerte en nuestra tierra, pero también es verdad que la fiesta ya está teñida de un tono de normalidad que era muy deseable para olvidar los agitados, cuando no luctuosos hechos, que otros años se han vivido en esa Campa. Hoy Villalar es, para unos, la fiesta que mantiene la legítima reivindicación para la defensa de la identidad de la tierra y para otros, la celebración simplemente festiva de quienes no participan de ello, viven en Castilla y León y suman una jornada de asueto. La lástima es que la fiesta, de una u otra forma, o de ambas a la vez, no llegue en la ansiada normalidad. Para eso vamos a tener que esperar y, ojalá, sea en un año, después de la receta de la vacuna, vacuna y más vacuna, que no debemos de olvidar que tiene que ser ahora la prioridad número uno. Por cierto, parece que afortunadamente la Semana Santa no ha causado el incremento de contagios temido y tal vez por ello se debería aflojar la presión sobre el sector hostelero, el más damnificado por el momento. Hay muchas incongruencias que también deben ser revisadas porque se está infligiendo un daño al sector que acabará por ser irreparable.
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