No, el James Webb aún no ha encontrado vida, pero...
Varios testimonios de expertos sugieren que ya se han detectado evidencias de vida extraterrestre, y que su anuncio está próximo
El James Webb confirma la existencia de un raro mundo oceánico y en el que podría darse la vida
![El Telescopio espacial James Webb puede estudiar las atmósferas de planetas lejanos](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/ciencia/2024/01/30/JWST-RZc9MJDGuxMvEuoPFbjkoZP-1200x840@abc.jpg)
Hace tres semanas, la revista británica 'The Spectator' publicó un artículo en el que sugería que, a lo largo de este mismo año, el mundo recibiría el extraordinario anuncio del hallazgo de vida extraterrestre en un exoplaneta lejano. La revista recogía como apoyo tres ... testimonios dispersos: el de la astrónoma del University College Maggie Aderin-Pocock, realzado durante un programa de variedades de la BBC poco antes de fin de año: el de la astrofísica Becky Smethurst, en forma de comentarios en un vídeo de YouTube publicado en las mismas fechas; y el del astronauta, también británico, Tim Peake durante una entrevista de la cadena CNBC en los primeros días de 2024.
«Creo que vamos a descubrir vida extraterrestre -dijo Aderin-Pocock a la BBC-. Definitivamente hay vida extraterrestre ahí fuera». Más rotunda fue Becky Smethurst en su vídeo de YouTube: «Pienso que muy, muy pronto, veremos un artículo que afirma tener pruebas sólidas de una firma biológica en la atmósfera de un exoplaneta. Digamos que está en mis apuestas para 2024». Una idea que, solo unos días después, se vio reforzada por las declaraciones de Tim Peake: «Potencialmente -dijo el astronauta a la CNBC- es posible que el telescopio James Webb ya haya encontrado (vida extraterrestre)... es sólo que no quieren publicar ni confirmar esos resultados hasta que puedan estar completamente seguros, pero se ha encontrado un planeta que parece estar emitiendo fuertes señales de vida biológica».
La 'noticia' se dispara
La suma de las tres declaraciones fue más que suficiente para prender la mecha en Internet, y la idea de que ya tenemos pruebas de vida fuera de la Tierra corrió como la pólvora. Por si fuera poco, las últimas noticias enviadas por el rover Perseverance desde el cráter Jezero, en Marte, han confirmado hace apenas unos días que el cráter fue, en su momento, un lago alimentado por un río. Es decir, el mejor de los lugares posibles para buscar vida. Tanto, que ya se ha empezado a especular con la posibilidad de que alguna de las muestras de terreno recogidas por el rover contenga pruebas inequívocas de organismos marcianos.
Sin embargo, y a pesar del creciente entusiasmo, lo único cierto es que, por ahora, nadie tiene en sus manos una prueba sólida de vida extraterrestre. Es decir, que aún seguimos buscando evidencia de que 'ahí fuera' la vida exista realmente. En el caso de Marte, sin ir más lejos, no habrá forma de saber si alguna de las muestras del Perseverance es positiva hasta que, en los años venideros, una futura misión recoja todas esas muestras y las traiga aquí, a la Tierra, para su análisis exhaustivo. Así que habrá que esperar.
¿Ha encontrado vida el James Webb?
El caso de la hipotética detección de James Webb, sin embargo, resulta más complicado. El telescopio espacial, en efecto, es el primer instrumento realmente capaz, gracias a su extraordinaria sensibilidad infrarroja, de caracterizar atmósferas planetarias con la precisión suficiente como para buscar en ellas los elementos y las reacciones químicas que pueden delatar la presencia de vida en un planeta lejano.
Y también es cierto que, en septiembre del pasado año, James Webb descubrió en la atmósfera de K2-18b, un exoplaneta a 120 años luz de la Tierra, elementos muy esperanzadores: metano, dióxido de carbono y, muy especialmente, la probable (aunque no confirmada) presencia de sulfuro de dimetilo (DMS), una molécula que aquí, en nuestro planeta, solo puede ser fruto de una actividad biológica. «El espectro sugiere signos potenciales de sulfuro de dimetilo (DMS) -escribieron entonces los investigadores- del que se ha predicho que será un biomarcador observable, lo que abre paso a consideraciones sobre una posible actividad biológica en el planeta«.
Años antes, en 2019, otros dos estudios ya habían detectado en la atmósfera del mismo exoplaneta una importante cantidad de vapor de agua gracias a la combinación de los datos de los telescopios espaciales Hubble, Kepler y Spitzer. De modo que, en 2023, K2-18b, que ya formaba parte de la corta lista de mundos potencialmente habitables, se disparó gracias a los nuevos hallazgos directamente a la primera posición.
Aún no, pero estamos cerca
Así las cosas, no resulta extraño que las palabras de Aderin-Pocock, Becky Smethurst y Tim Peake recogidas por The Spectator dieran lugar a reacciones desmedidas. Tanto, que incluso los propios expertos citados por la revista británica han empezado ya a matizar sus palabras. «Resulta que algo que dije en un vídeo de YouTube -ha posteado Smethurst en 'X'- ha sido aprovechado por entusiastas de los ovnis y luego, extrañamente, por The Spectator».
So turns out something I said in a YouTube video has been jumped on by UFO enthusiasts & then bizarrely the @spectator
— Dr Becky Smethurst (@drbecky_) January 17, 2024
I said that in 2024 we could see a claim of a biosignature found in the atmosphere of an exoplanet with JWST. This was just an enthusiastic and hopeful guess. https://t.co/RH3EFR04iK
En la misma red social, la astrofísica explica que «yo dije que en 2024 podríamos ver una afirmación de una firma biológica encontrada en la atmósfera de un exoplaneta con JWST. Esto fue sólo una suposición entusiasta y esperanzadora». Pero «el salto de una 'potencial biofirma' a una completa presencia de 'extraterrestres' es ridículo».
Parece que, por lo tanto, tendremos que seguir esperando, aunque puede que no durante demasiado tiempo. Todo lo anterior, en efecto, no significa que no estemos cada vez más cerca de encontrar vida fuera de la Tierra. Y los datos de James Webb sobre K2-18b, si finalmente se confirman, podrían sugerir una firma biológica extraterrestre real. Los propios investigadores del estudio de 2023 se muestran cautelosos en este punto, ya que «la detección (de DMS) es mucho menos segura que la de las moléculas de carbono. Las próximas observaciones de Webb deberían poder confirmar si realmente hay DMS presente en la atmósfera de K2-18b en niveles significativos». Palabras que indican a las claras que la investigación está en curso.
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Es posible incluso que esas 'próximas observaciones' se hayan realizado ya, y que ahora se estén analizando a conciencia los resultados, en cuyo caso el 'gran anuncio' podría estar más cerca de lo que creemos. En cualquier caso, no cabe duda de que la tenacidad de los investigadores, junto a los medios técnicos disponibles, cada vez mejores, terminarán por dar sus frutos y que el tan esperado anuncio llegará. Incluso, ¿Por qué no? antes de lo que pensamos.
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