El niño de Dmanisi muestra que, aunque todos los humanos nacemos indefensos, no siempre fue así
El análisis de dientes de hace 1,77 millones de años revela una combinación única de características de desarrollo dental temprano y tardío, similares a la vez a las de simios y humanos
El sufrimiento de ser hijo de neandertales, marcado en centenares de dientes

A diferencia de la mayoría de los mamíferos, incluidos los simios, los humanos recién nacidos necesitamos una gran cantidad de tiempo para desarrollarnos. Nacemos, de hecho, indefensos, y no podríamos sobrevivir sin largos años de cuidados nuestros padres. En la actualidad eso no supone ... un problema, porque nuestras sociedades, en todas las culturas, se toman muy en serio la tutela de sus pequeños. ¿Pero qué sucedía en el pasado? ¿Podían prestar los primeros homininos la atención necesaria a unos hijos del todo incapaces de valerse por sí mismos?
Un nuevo estudio recién aparecido en 'Nature' parece haber hallado la respuesta. Un análisis de dientes humanos de hace 1,77 millones de años recolectados en Dmanisi, Georgia, ha revelado que nuestros primeros antepasados pudieron no necesitar de tantos cuidados en su infancia, ya que combinaban la madurez temprana de los simios con el desarrollo retardado de los humanos modernos. El hallazgo arroja una nueva luz para entender el proceso de crecimiento de nuestros parientes más antiguos.
Escrito en los dientes
La vida humana está marcada por varias características únicas, incluida una infancia prolongada y un retraso en la maduración en comparación con nuestros parientes vivos más cercanos, los grandes simios. Y los dientes tienen un papel importante en la comprensión de la historia de los cambios evolutivos porque preservan patrones de crecimiento que pueden usarse para inferir tasas y tiempos de desarrollo.
Se sabe, por ejemplo, que los dientes humanos maduran más lentamente que los dientes de los grandes simios, especialmente los molares permanentes, lo que se relaciona con el ritmo de desarrollo del cerebro y la maduración corporal de los primates. Los fósiles de Dmanisi, de 1,77 millones de años de antigüedad, representan algunos de los primeros miembros del género Homo fuera de África y ofrecen una oportunidad para investigar los procesos de crecimiento de los primeros humanos.
Bajo la dirección de Christoph Zollikofer, de la Universidad suiza de Zurich, un equipo internacional de investigadores aplicó técnicas de imagen avanzadas para analizar la microestructura dental de uno de los primeros individuos Homo de Dmanisi, que murió poco antes de alcanzar la madurez dental, aproximadamente a los 11 años de edad.
Desarrollo temprano y tardío
Los resultados revelaron que las tasas de crecimiento de los dientes eran inesperadamente altas, similares a las de los grandes simios actuales. Sin embargo, el individuo Dmanisi mostró una formación retardada similar a la humana en relación con la dentición anterior, y un crecimiento tardío de la dentición en general. La combinación única de características de desarrollo dental temprano y tardío, similares a la vez a las de simios y humanos, sugiere que los primeros representantes del género Homo habían evolucionado desde una fase en la que crecían más rápidamente, para frenar después ese desarrollo temprano, algo posiblemente relacionado con la reproducción biocultural (que involucra aspectos tanto biológicos como culturales).
Hasta ahora se pensaba que la larga inmadurez humana se debía al largo tiempo que necesita el cerebro para alcanzar conocimientos cognitivos avanzados y capacidades para desenvolverse en un entorno socialmente complejo. Pero con su mezcla de características, el individuo de Dmanisi, de solo 11 años de edad, demuestra que no es solo el crecimiento del cerebro lo que marca la pauta, sino también los aspectos sociales y culturales. Fuimos creciendo cada vez más lentamente a medida que el entramado social fue permitiendo un mejor cuidado de los más pequeños.
MÁS INFORMACIÓN
El hallazgo, por lo tanto, sugiere que los patrones de crecimiento de nuestros antepasados pueden haber sido mucho más variables y complejos de lo que se había creído hasta ahora.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete