Explican cómo se mueve la multitud en el chupinazo de San Fermín y por qué no ocurre una desgracia
Las personas apiñadas en la plaza consistorial de Pamplona no se desplazan caóticamente, sino de forma predecible. El trabajo puede ayudar a anticipar el comportamiento humano en festivales o conciertos y evitar una desgracia
Las oscilaciones son similares a las ocurridas en el Love Parade de Duisburg en 2010, en el que murieron 21 personas
Lecciones del encierro de Pamplona para evitar una catástrofe
Año tras año, ver por televisión el multitudinario chupinazo que da inicio a las fiestas de San Fermín en Pamplona causa la misma impresión. ¿Cómo puede toda esa gente caber en la plaza consistorial -mucho más pequeña en la realidad de lo que aparenta en ... las imágenes- sin acabar magullada a empujones o, peor aún, arrastrada por una avalancha humana? Un equipo de físicos de la Universidad de Lyon (Francia) y la de Navarra han realizado un novedoso estudio para conocer cómo se mueve la multitud en ese espacio reducido. Los hallazgos, basados en cuatro años de observaciones, señalan que esos movimientos colectivos no son en absoluto caóticos, sino que pueden ser predecibles a partir de una densidad determinada. El trabajo, publicado este miércoles en la prestigiosa revista 'Nature', puede ayudar a evitar una desgracia en entornos reducidos muy concurridos, como festivales o conciertos.
La idea del estudio se le ocurrió a Iker Zuriguel, de la Universidad de Navarra, tras escuchar una charla de su colega Denis Bartolo, de la Universidad de Lyon, sobre la física de mecánica de fluidos aplicada a la salida del maratón de Boston. «Le enseñé unos vídeos de YouTube del chupinazo, que no sabía ni lo que era, y le convencí para que aplicara su modelo en Pamplona», señala. «En el chupinazo se congregan unas 600 personas en una plaza de 50 por 20 metros, con una densidad media de seis personas por metro cuadrado. Se repite cada año en el mismo sitio, lo que lo convierte en un laboratorio increíble para investigar la dinámica de peatones», añade.
Nueve cámaras
El equipo colocó nueve cámaras en distintos puntos de la plaza para grabar los chupinazos desde 2019 a 2024, con la excepción de los dos años en los que no hubo fiestas por el parón de la pandemia del Covid-19. Al analizar las imágenes, encontraron que la multitud no se mueve caóticamente como se pensaba, sino que lo hace «con un movimiento periódico, como el péndulo de un reloj de cuco, tipo orbital», explica Zuriguel. Este movimiento «puede ser en el sentido de las agujas del reloj o el contrario. Incluso en una parte de la plaza puede haber regiones (grupos de personas que se mueven a la vez) que se mueven en una dirección y en otra parte, en otra».
A mayor densidad, más grandes serán esas regiones. Para grupos de 500 personas, tienen un tamaño típico de diez metros. Por supuesto, no forman un círculo perfecto, sino que se desplazan a veces hacia delante unos metros, hacia atrás, hacia la derecha... «Lo importante es la frecuencia de oscilación: tardan en hacer una vuelta entera (alrededor de un punto concreto) 18 segundos, lo que tiene que ver con el tamaño de la plaza», afirma el autor. Le resulta muy curioso cuando los músicos irrumpen en la plaza y esta se divide en dos, cada una con su comportamiento.
Los investigadores compararon sus resultados con las imágenes del festival de música electrónica Love Parade de Duisburg en 2010, durante el cual varios cientos de personas resultaron heridas y 21 murieron en una estampida humana. Descubrieron que cuando la multitud de Duisburg alcanzó una densidad similar a la de las fiestas de San Fermín, se observaron las mismas oscilaciones.
¿Esto significa que en Pamplona puede haber peligro? «Sí, siempre que se junta tanta gente lo hay, pero la diferencia es que en Duisburg solo había una entrada y una salida, mientras que aquí la plaza da a cinco calles y a otra plaza anexa. Creo que esto es precisamente lo que hace que nunca haya ocurrido una desgracia», dice el físico.
Los resultados del estudio se aplican a partir de cuatro personas por metro cuadrado, «lo que tiene sentido. Los peatones somos libres de hacer lo que queramos en densidades bajas, en densidades altas, nos movemos como granitos de arena o moléculas de agua, acabamos haciendo lo que hace el resto», apunta el investigador. «Cuatro personas por metro cuadrado ya es mucho contacto físico. Y seis ni te cuento, imagínalos en una ducha», añade.
MÁS INFORMACIÓN
El autor cree que la técnica utilizada para detectar los movimientos en San Fermín puede aplicarse para anticipar el comportamiento de otras multitudes en espacios confinados. Como dice, en Pamplona nunca ha habido un gran accidente pero «estos movimientos que hemos visto hacen que el sistema sea más peligroso y hay que tenerlo en cuenta», señala. Ante situaciones parecidas, «se pueden tomar medidas como preparar ambulancias o estar preparado para actuar si ocurre algún problema inesperado», añade.
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