Descubren tres nuevas lunas alrededor de Urano y Neptuno
Se trata de las más débiles y pequeñas observadas hasta ahora en cualquier planeta del Sistema Solar, pero los astrónomos creen que puede haber muchas más
Sorpresa: Urano podría tener lunas oceánicas

Un equipo de astrónomos de la Institución Carnegie para la Ciencia, con sede en Washington, ha conseguido añadir tres nuevas lunas a las que ya se conocían en el Sistema Solar. Una de ellas alrededor de Urano, que eleva así su cuenta hasta los ... 28 satélites confirmados, y otras dos orbitando a Neptuno, que alcanza así las 16. El descubrimiento fue anunciado hace apenas unos días por el Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional.
Una de las dos lunas de Neptuno es la más débil jamás vista en órbita de cualquier planeta, mientras que la nueva luna de Urano, la primera descubierta alrededor de este mundo en 20 años, es la más pequeña de todas las que le rodean. Ninguno de los tres nuevos satélites ha recibido aún un nombre, pero de acuerdo con las convenciones de nomenclatura de lunas para ambos planetas, la nueva luna de Urano se llamará como alguna de las obras de Shakespeare y las dos lunas neptunianas recibirán el nombre de las diosas marinas Nereidas de la mitología griega.
«Las tres lunas recién descubiertas son las más débiles jamás encontradas alrededor de estos dos planetas gigantes de hielo utilizando telescopios terrestres -explica Scott S. Sheppard, del Instituto Carnegie-. Se necesitó un procesamiento de imágenes especial para revelar objetos tan débiles».
La límite de nuestra capacidad
Con la designación provisional S/2023 U1, la nueva luna de Urano sólo tiene unos 8 km de diámetro y tarda 600 días terrestres en llevar a cabo una órbita completa alrededor del gigante de hielo. Fue detectada por primera vez por Sheppard y sus colegas el 4 de noviembre de 2023 con el telescopio Magallanes, en Chile, que la siguieron durante un mes completo para tratar de determinar su órbita. Al mismo tiempo, los investigadores consiguieron localizarla en imágenes tomadas por el mismo telescopio en 2021.
Para encontrar estas lunas, dice Sheppard, «buscamos cuatro veces más profundamente de lo que nadie había hecho antes. Estas lunas están al límite de nuestra capacidad: son sólo puntos de luz muy, muy débiles».
Normalmente, cuando los astrónomos buscan lunas, sólo pueden hacer fotografías con una exposición máxima de unos 5 minutos antes de que la imagen quede sobreexpuesta y el propio movimiento de las lunas la convierta en inútil. Sheppard y su equipo solucionaron este problema tomando muchas de estas imágenes de cinco minutos seguidas, hasta cubrir un espacio de varias horas y luego combinando las partes oscuras de cada imagen. Lo cual les permitió detectar los tenues puntos de luz que revelaban la presencia de las lunas más débiles jamás descubiertas y las lunas más pequeñas encontradas hasta la fecha alrededor de sus respectivos planetas.
En cuanto a las nuevas lunas de Neptuno, una de ellas, designada como S/2021 N1, tiene 14 km de diámetro y tarda 27 años terrestres en dar una vuelta completa al planeta, lo que hace de ella la luna más distante nunca encontrada de su planeta anfitrión, y también la más débil.
La luna perdida
La otra luna neptuniana, más grande y brillante, se llama por ahora S/2002 N5 y, como su nombre indica, fue detectada por primera vez hace más de 20 años, pero 'se perdió' antes de que los astrónomos pudieran confirmar su órbita. «Es muy fácil perder una luna -dice Sheppard-. Básicamente necesitamos muy, muy buen clima y que el telescopio funcione perfectamente, necesitamos que todo vaya bien para detectar estas lunas». Basta con que cualquier cosa salga mal y se pierda una única noche de observaciones planificadas para que las lunas se muevan en sus órbitas y se vuelvan extremadamente difíciles de encontrar nuevamente, como ocurrió con S/2002 N5.
Cada una de las tres nuevas lunas tiene una órbita similar a la de otros satélites de sus respectivos planetas, y estos 'compañeros de viaje' forman pequeños grupos que suelen desplazarse juntos. Lo cual sugiere que cada uno de estos grupos se formó probablemente cuando una luna más grande se rompió en el caos del sistema solar primitivo.
«Hasta ahora no estaba claro si Urano y Neptuno tenían estos grupos de lunas exteriores como sí que tienen Júpiter y Saturno -dice Sheppard-. Creemos que estos son fragmentos de lunas que alguna vez fueron más grandes, y probablemente haya muchas más pequeñas por encontrar».
MÁS INFORMACIÓN
Desafortunadamente, dice el astrónomo, hemos alcanzado ya los límites de lo que es posible descubrir con la tecnología actual, por lo que es muy probable que tengamos que esperar largos años antes de que seamos capaces de detectar lunas aún más pequeñas que éstas alrededor de Urano y Neptuno.
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