Todas atracadas sobre la arena fina y blanca como la harina... sin embargo, al final el conjunto puede resultar decepcionante. Hay que rascar para llegar a la esencia porque la aglomeración es capaz de cargarse todo.; Al contemplar este paisaje es probable que a la vez oigan música atronadora proveniente de los muchos chiringuitos establecidos a pie de playa, gritos de adolescentes con las hormonas revolucionadas que ya empiezan a beber 'buckets' (macetas de whisky local con cola por cuatro perras, vulgo garrafón) desde tempranas horas de la mañana... Demasiado jaleo, aunque imagino que hay cosas positivas en lo turística que resulta la isla.
A pesar de ser relativamente pequeña y de haber resultado muy afectada por el tsunami, cuenta con muchos servicios de todo tipo: una gran oferta de hoteles de todas las categorías. Recomiendo cualquiera cercano al View Point. Por ejemplo, el económico pero agradable Maney Resort. Tendrán que subir muchas escaleras al volver a casa tras ingerir varias Changs (la cerveza más popular), pero la vista de las bahías gemelas al día siguiente merecerá la pena, se lo aseguro. Y hagan reserva previa si viajan en temporada alta o tendrán que coger el ferry de vuelta.
También hay una coniderable oferta de restaurantes: el mejor de la isla calidad-precio es un sencillo puesto sin nombre regido por una familia musulmana que cocina delante tuya los pescados frescos que elijas. Cuenta con unas cuantas mesas y se encuentra en la zona del Puerto, frente al supermercado PP Supermarket. Normalmente siéntense donde vean locales comiendo para evitar pagar precios desorbitados en establecimientos 'cien por cien guiris'.
No faltan en la isla los servicios de masajes y estética (nunca he visto mayor número de chicas con las pestañas teñidas y uñas postizas en mi vida, así que imagino que el servicio debía ser bueno), bares (olvídense de Bob Marley de fondo mientras miran la puesta de sol, excepto en el Chill Out Bar, junto a los famosos y ya míticos Hippies Bar y Stones Bar. La tónica general es música muy alta, animadores locales y alucinantes malabares con fuego en el 95 por ciento de los bares de Phi Phi. Y también hay una buena oferta de excursiones, eso sí, absolutamente maravillosas. Desde el bullicioso puerto de Ao Ton Sai, lleno de puestos y tiendas. Por seguro te 'atacaran' decenas de tour operadores locales con ofertas de todo tipo.
Tómate un día para evaluar si prefieres practicar snorkel. Yo me decanté por una excursión en 'long tail' (más auténtico y económico que las excursiones en fuera borda) para visitar varias islas en una travesía de medio día: Monkey Island: como su nombre indica, aquí los monos son los reyes, aunque en realidad estos mamíferos están por todos lados en Koh Phi Phi Don. Que no les dé un ataque como a mí me sucedió si oyen violentos ruidos de carreras y pisadas en su balcón a las ocho de la mañana... Mejor cuenten con ello.
LA PLAYA... POR DEFINICIÓN
Maya Beach, en Koh Phi Phi Leh, es el emplazamiento donde fue rodada parte de la película La Playa. Se conforma del material del que están hechos los sueños, incluso con multitud de 'long tails' fondeando en la bahía. Al no tener hoteles y contar con un solo chiringuito es aún bastante salvaje. Es una maravilla absoluta. Y no olvidemos la preciosa Koh Mai Phai. Aún recuerdo la puesta de sol volviendo a Koh Phi Phi como una de las cosas más bonitas que he visto en mi vida.
Las rocas de piedra caliza de la zona ofertan también buenas zonas de escalada (aunque nada en comparación con la cercana Bahía de Ton Sai en Railay, con acceso sólo en 'long tail', que es el paraíso por antonomasia de los escaladores de todo el mundo). El mar de Andamán resulta también un sueño para cualquiera interesado en el buceo. Ya sea con el snorkel o con bombona, el paisaje submarino resulta impactante. Los precios de las decenas de tours de la isla están bastante estandarizados, sobre todo los relativos a inmersiones. Aún así busquen y comparen... Pero sobre todo, para enamorarse de Phi Phi no se queden en el primer bar ruidoso que se encuentren.