Mi hermana, mi amiga Jael y yo estuvimos dos días en la ciudad. Como es preceptivo, no pudimos dejar de probarlo. Nos dimos prisa, porque el suri se considera un manjar y se acaba rápido. No es que nos encante comer gusanos, pero dice el dicho: "donde fueres, haz lo que vieres". Pero sólo una vez.
En realidad, los gusanos son las larvas de los coleópteros que crecen en los troncos de los aguajes, aunque, por mucha explicación teórica que te den, no resulta fácil tragarse el cuerpo y la cabeza de un gusano de dos centímetros de promedio. Eso sí, fritito, resulta que está bien rico. Todos nos comimos los cinco suris que venían en un palito, como una brocheta que nos zampamos casi sin mirarla.
Su sabor me pareció como un aceite rancio bien pasado. El proceso para que estos gusanos estén bien alimentados y gorditos es cortar un tronco del árbol aguaje (o del ungurawi, otro árbol) y dejarlo en el lugar hasta que se vayan formando los gusanos por el proceso de desintegración. El suri está bien alimentado sólo con la savia. Luego resulta que los gusanos tienen muchas proteínas y que son ideales para contrarrestar las enfermedades bronquiales. Habrá que conformarse con eso.
LA HIDRATACIÓN ES OTRA COSA
Pero no todo fue sufrir. Con la tremenda humedad de la zona, una de las cosas que no debe faltar es el agua, pero como aquí abundan las frutas tropicales, la sustituimos por jugos de todo tipo: naranja, camu-camu, aguajina, cocona, carambola, ungurawi y cupuazú, esta última tanto en refrescos como helados. Abundan también las castañas y las preparan en helados. Así que variedad de refrescos y helados, aquí no falta.
Puerto Maldonado es un festín, que completamos probando el sabroso dorado pescado en sus ríos y el típico 'tacacho', que no es sino plátano verde, que se acompaña con chancho silvestre. Lo del tacacho puede ser, de hecho lo es, la mayor exportación de la gastronomía amazónica al resto del país. Se emplea tanto para almuerzo como para cena y el origen del nombre proviene del término quechua 'taka chu', que significa 'lo golpeado'. Para prepararlo necesitaremos una masa formada por los citados plátanos verdes bien machacados, algunos trocitos de chicharrón de cerdo, manteca y especies amazónicas (ése es el secreto). Ojo, que los plátanos deben haber sido cocinados con carbón previamente para que estén perfectos. ;
Un inesperado homenaje gastronómico en nuestro periplo amazónico. Aquí no se estila eso de la mesa y mantel como bandera de lo culinario, pero el recuerdo es mucho más imborrable. Y todo está rico, se los aseguro.