Desde la estación de trenes de Luxemburgo, subiendo por la Avenue de la Liberté en dirección al centro está el Grund, un barrio típico tipiquísimo por su belleza. Está formado por el valle de la Pétrusse y el Pont Adolphe, que deberás cruzar para llegar al corazón de la ciudad. Por allí también hay muchas callejuelas con numerosos comercios, restaurantes y bares, casitas bajas y puentes con mucho encanto. En esta zona se encuentra la Abbaye de Neumünster, abadía enorme y preciosa rodeada de agua, y el albergue juvenil, seguramente uno de los lugares más baratos para pasar la noche.
Pasado el puente cogemos la calle a la derecha, paralela al parque, donde encontramos la catedral de Notre-Dame de Luxembourg, que mezcla el estilo gótico y el renacentista. Siguiendo por la calle de Notre-Dame llegamos a la Place de Clairfontaine, donde están el Museo de Historia de la Ciudad de Luxemburgo y la Cámara de los Diputados, así como varios restaurantes y bares. El museo recoge la evolución social, urbanística, política y económica. También da cabida a exposiciones temporales sobre diversos temas de actualidad.
Pasada la Cámara de los Diputados está el famoso Palais Grand-Ducal, que posee una fachada excepcional de estilo renacentista flamenco (siglo XVI) y cuyo interior puede visitarse exclusivamente en verano. Paseando por las calles del centro luxemburgués nos encontramos también con la Place d'Armes y el Cercle Municipal, así como con la Place Guillaume II. Si eres amante del chocolate, te recomiendo que hagas una parada en el camino para deleitarte con uno excelente y a la taza en la Chocolate House. Está delicioso y piden un precio razonable.
Seguimos caminando siempre por el centro en busca de los edificios de la Unión Europea. La Comisión está apenas a dos o tres manzanas del Pont Adolphe. El edificio es enorme y brilla por sus cristaleras y por sus banderas de todos los países meimbros y por la propia de la Unión Europea. Entramos y nos hacemos una foto con la enseña española, todo muy propio. Hay una estatua del euro y muchas representaciones de las instituciones comunitarias ¡Me siento en el corazón de la UE!
Por último, destaco que uno de los lugares más recomendados para visitar en Luxemburgo es el Museo Nacional de Historia y Arte. Tiene restos arqueológicos, esculturas, pinturas y mucha historia. Sorprende por sus dimensiones, es realmente enorme y una visita con detenimiento toma una jornada entera.
La ciudad es preciosa y se muestra impoluta. Da gusto ver lo cuidado que está todo. Su arquitectura mezcla rasgos propios de Alemania, Francia y Bélgica. Los idiomas oficiales, lógico, son tres: inglés, francés y luxemburgués, adoptado desde 1984. Por cierto que también se habla en algunas zonas de Estados Unidos y de Transilvania por parte de comunidades emigrantes de Luxemburgo. Stad Lëtzebuerg es el nombre oficial de la ciudad en la lengua local.
La capital de este Gran Ducado que funciona como una monarquía constitucional tiene muchas fortificaciones y edificios centenarios: la Abadía, el Puente, los restos del castillo... frente a la modernidad de las instalaciones de la Unión Europea. Es ciudad de contrastes pero bella en todo su esplendor. Y pacífica, muy pacífica.