SALZBURGO
Una de las Navidades más emocionantes de Europa: de Mozart a Noche de paz
Desde Bad Ischl y St. Wolfgang a Salzburgo (Austria) entre mercadillos que iluminan pueblos de cuento y una banda sonora en la que no cabe el chundachunda
![En la imagen, el Salzburger Christkindlmarkt, Residenzplatz y Domplatz, la catedral y, sobre la colina, el castillo de Salzburgo](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2024/12/25/Salzburger-Christkindlmarkt-Rj2VlilTCYkEoQAZHTxz2MO-1200x840@diario_abc.jpg)
Las notas de un villancico unen la Navidad a Salzburgo desde hace mucho tiempo. La letra la escribió en 1816 el sacerdote y profesor Joseph Morr, nacido en esta ciudad. Dos años después, un amigo, Frank Xaver Gruber, organista y poeta, le puso la ... música. Se dice que el 24 de diciembre de 1818 los dos caminaron hasta la parroquia de San Nikola, en Oberndorf, a veinte kilómetros de Salzburgo, y allí lo interpretaron por primera vez con sus voces y una guitarra clásica. Desde aquel comienzo, Noche de paz ('¡Stille Nacht! ¡Heilige Nacht!'), reescrita y con arreglos modificados, se ha traducido a unos trescientos idiomas y dialectos, y en 2011 fue incluida en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco.
La iglesia de Oberndorf fue demolida tras unas inundaciones en el siglo XIX, pero una reproducción de la que se construyó en su lugar se vende por unos 30 euros en los mercadillos de Salzburgo. Puede verse en algunos de los 95 puestos entre otros cientos de objetos que componen el mercado de Residenzplatz y Domplatz (importante: en la mayoría hay que pagar en efectivo) . El Salzburger Christkindlmarkt acaba de cumplir oficialmente 50 años, aunque lo cierto es que los mercadillos navideños -más pequeños, considerados casi como lugar de reunión alrededor de un vino caliente- tienen una historia mucho más larga, desde finales del siglo XIII o en el siglo XIV en muchas ciudades europeas, o desde finales del XV aquí mismo, alrededor de la catedral barroca que fue reconstruida en el XVII sobre el antiguo templo de 774.
En Salzburgo nació Wolfgang Amadeus Mozart, y en el interior de la catedral aún funciona el órgano que utilizó durante los 24 años que vivió aquí, antes de buscar más fama y una vida menos encorsetada en Viena, lejos de su enemigo, el último príncipe-arzobispo de la ciudad, Hieronymus von Colloredo. A las 12.00 de cada día, salvo domingos y festivos, hay un pequeño concierto de treinta minutos donde se interpretan algunas de sus obras en los siete órganos que hay en el templo, incluido el que el genio local solía utilizar. Escuchar esas obras con el recogimiento que impone el escenario provoca un pellizco de emoción.
![Uno de los siete órganos de la catedral de Salzburgo en el que tocaba habitualmente Mozart](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2024/12/25/mozart-salzburgo-U61306181300Mvy-760x427@diario_abc.jpg)
Un santo (Ruperto de Salzburgo) fundó la ciudad a principios del siglo VIII. Y unos poderosos y poco piadosos hombres de la iglesia, los príncipes-arzobispos, la gobernaron y construyeron a su modo durante siglos. Wolf Dietrich von Rathenau (arzobispo de 1587 a 1612) tuvo quince hijos y para ellos ideó el palacio de Mirabell, hoy sede del Ayuntamiento. Fue quien ordenó edificar la actual catedral barroca sobre la anterior románica. Su tío, Markus Sittikus, que denunció esos excesos, le sustituyó en el cargo y, cuando tuvo el poder, terminó la catedral y planificó el Palacio de Hellbrunn como un lugar de entretenimiento y descanso nunca antes visto. Un tercer arzobispo, Paris Lodron, creó la Universidad de Salzburgo (1622) y terminó la muralla.
La vista de Salzburgo desde el Mirador de los Capuchinos -un lugar recomendable y poco frecuentado por los turistas- muestra una ciudad pequeña (150.000 habitantes), bellísima, coronada por la Fortaleza de Hohensalzburg, que empezó a construirse en el siglo XI y fue ampliada en sucesivas ocasiones, a la que se sube en un empinado funicular. En la zona del mirador, al otro lado del río Salzach, aún quedan casas de los siglos XIII o XIV. El casco histórico que rodea la catedral (patrimonio mundial de la Unesco), a los pies del castillo, fue reformado tras el incendio de 1598. Es una fiesta de edificios interesantes, algunos del gótico flamígero y otros barrocos, estilo que imprimieron los arquitectos italianos Vincenzo Scamozzi y Santini Solari, contratados por los príncipes-arzobispos.
El autobús 25, que se toma junto al río, es la manera más sencilla de ir al palacio de Hellbrunn, donde luce el mercadillo de Navidad perfecto. Hay animales que pastan en sus establos. Hay casetas para tomar un vino caliente o un ponche. Y al anochecer se ilumina la fachada de ese palacio de las fiestas que creó el arzobispo Markus Sittikus.
![Imagen principal - En la foto superior, el mercado de Navidad de St Wolfgang, junto al lago Wolfgangsee. Junto a estas líneas, el mercadillo de Salzburgo (Salzburger Christkindlmarkt), que acaba de cumplir oficialmente 50 años. A la derecha, el palacio de Hellbrunn, donde luce el mercadillo de Navidad perfecto.](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2024/12/25/Wolfgangseer-U54150014876mFl-758x470@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - En la foto superior, el mercado de Navidad de St Wolfgang, junto al lago Wolfgangsee. Junto a estas líneas, el mercadillo de Salzburgo (Salzburger Christkindlmarkt), que acaba de cumplir oficialmente 50 años. A la derecha, el palacio de Hellbrunn, donde luce el mercadillo de Navidad perfecto.](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2024/12/25/mercadillo-salzburgo2-U87788723435cIT-464x329@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - En la foto superior, el mercado de Navidad de St Wolfgang, junto al lago Wolfgangsee. Junto a estas líneas, el mercadillo de Salzburgo (Salzburger Christkindlmarkt), que acaba de cumplir oficialmente 50 años. A la derecha, el palacio de Hellbrunn, donde luce el mercadillo de Navidad perfecto.](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2024/12/25/Hellbrunn1-U87511500081mSd-278x329@diario_abc.jpg)
Tres pueblos mágicos
Una gran parte la riqueza de Salzburgo se debió a la sal, el tesoro de estas montañas. Salz significa sal en alemán. En el siglo VIII esa mercancía se transportaba por el río Salzach hacia el Danubio. Y cerca está la comarca de Salzkammergut, que podría traducirse como la cámara de la sal, una tierra de montañas y lagos. A uno de ellos, el de Wolfgangsee, con su inconfundible forma de ocho, se asoman tres pueblos que componen una ruta cautivadora de mercadillos de Navidad.
Durante el día St. Wolfgang, Strobl y St. Gilgen son pueblos de cuento, con sus casitas de colores suaves que antaño identificaban la profesión de los ocupantes y el olor a madera, pero es al caer la noche, todavía con azul en el cielo, cuando tiene el aspecto que los visitantes soñaban al contratar el viaje. Ciertamente parecen el escenario de un cuento de Navidad.
En una calle de Strobl hay un tronco abierto que hace la función de un brasero en el que se calientan las manos algunos vecinos. Es un objeto que explica una forma tradicional y sencilla de entender estas fiestas. En St. Gilgen las casas parecen exactamente iguales que las que se venden en los mercadillos. En el lago, junto a St. Wolfgang, luce una linterna flotante de dieciséis metros de altura convertida en símbolo del Adviento moderno. Algún día será viral en Instagram. La escultura iluminada mira de frente a la iglesia del siglo XV dedicada -como el pueblo- a Wolfgango de Ratisbona, un monje benedictino canonizado en el siglo XI. En el interior conviven dos retablos, cosa infrecuente, uno gótico y otro barroco.
St. Wolfgang es el centro de la Navidad en el lago, el lugar donde está el mercadillo más grande y donde mucha gente quiere ver la Posada del Caballito Blanco, convertida en una referencia de la opereta romántica del mismo nombre. La anécdota que inspiró a los compositores ocurrió realmente en un pueblo cercano, pero a la hora de ponerla negro sobre blanco la localizaron en una posada del Caballito Blanco que existía en Wolfgang. Llevaron ese nombre al título y estrenaron la comedia en Berlín en 1897. El hotel actual (Im Weissen Rössl) tiene una de las fachadas más iluminadas del centro, de color rojizo, con la partitura en la pared. Ah, tiene también, junto al lago, el primer jacuzzi flotante del mundo.
Pistas
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Cómo ir. El 30 de noviembre Iberia inauguró un vuelo directo entre Madrid y Salzburgo, miércoles y sábados, hasta el 29 de marzo. De Salzburgo a Bad Ischl, los dos extremos de esta ruta, solo hay 50 km.
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Dormir. En Bad Ischl, el hotel Villa Seilern. En Strobl, el Kirchenwirt. Ambos tienen zona de spa. En Salzburgo, el Gentle Hide, inaugurado recientemente, a diez minutos a pie de los mercadillos.
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Comer. En Salzburgo, el Wirtshaus Elefant. Comida tradicional sabrosa. En este restaurante descubrió Saramago el viaje real de un elefante desde Lisboa a Viena que daría pie a su libro 'El viaje del elefante' (2008). Otra opción a buen precio: Zirkelwirt, en Papagenoplatz.
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Vistas a los Alpes. La última parada del autobús 25 lleva a la salida del teleférico que sube a Untersberg (1.973 m), la montaña más cercana a Salzburgo, con vistas a los Alpes. Para tomar este autobús o el teleférico del castillo es muy útil la tarjeta Salzburg Card, casi un todo incluido en la ciudad, disponible para 24, 48 o 72 horas (de 28 a 41 euros).
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En las alturas. El Schafberg es un tren cremallera que sube desde St. Wolfgang hasta el Schafberg (1.783 m). En St. Gilgen se puede tomar un teleférico (Zwölferhorn Cable Car) para apreciar la belleza de esta zona de lagos y montañas.
Dice Noelia Torres, guatemalteca que lleva treinta años en Austria, que aquí nadie piensa en la Navidad como una fiesta de noche y discotecas. En las calles no hay chundachunda y se escucha más música clásica que a Mariah Carey. En Austria la Navidad es de familia y tradición, añade. Desde el comienzo del Adviento el 30 de noviembre, en las pequeñas ciudades como Bad Ischl huele a galletas (cientos o quizá miles) hechas en casa, las familias y los amigos cantan villancicos y en las calles se vende vino caliente (5 euros), ponche de frutas (5,50), gofres, barquillos o perritos calientes.
![Navidad en Bad Ischl, la ciudad donde el emperador Francisco José conoció a Sissi en 1853](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2024/12/25/badischl1-U38612285861nmD-760x427@diario_abc.jpg)
Noelia vive en Bad Ischl, a menos de 15 km del lago, Capital Europea de la Cultura en 2024. En la ciudad donde veraneaba Francisco José (1830-1926) -y donde conoció a Sissi en 1853- la iluminación navideña subraya la noche en el centro y en el puente que cruza el río Traun, por donde también se transportaba la sal. En 1882, los doctores Goetz y Wirer descubrieron los poderes curativos de este 'oro blanco', lo que atrajo a muchos turistas. Muy cerca están la Kaiservilla, el palacio del emperador, y la residencia de Franz Lehár, el célebre compositor de operetas. En diciembre, sin embargo, casi hay más público en las pastelerías. «El pan de jengibre siempre es un placer», se lee en la entrada de la confitería Franz Tausch. Y en Zauner, una de las mejores de la región, se exhiben pequeñas y preciosas casas 'construidas' con este típico pan hecho con harina, miel, nueces, frutas, especias y chocolate. Sí, en esta Navidad huele a horno y galletas y en muchos rincones, en cualquier momento, vuelve a sonar 'Noche de paz'.
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