Uno de los momentos más inolvidables que he vivido en estas aguas sucedió en un viaje de dos días que realizamos por el gran arrecife de coral, saliendo desde la popular ciudad de Cairns, en el estado de Queensland. Cairns es el centro natural de operaciones para explorar la vida subacuática de este rincón del planeta, además de ser una ciudad tremendamente bulliciosa y muy divertida. Literalmente se puede decir que ha florecido en torno al suministro proteínico de los arrecifes coralinos. Como suena. Como es lógico, la oferta turística gira en torno al mundo subacuático. Hay posibilidad de viajar diariamente en barco, al igual que sucede en Townsville.
Tras una animada travesía desde la costa, por fin llegamos a la Gran Barrera. Una vez allí comenzaron (por fin) las inmersiones. En una de las primeras me encontré rodeado de corales de atractivos colores y formas, con una visibilidad magnífica y un espectacular paisaje marino. Todo iba de maravilla, cuando de repente nuestro guía se giró poniéndose la mano de forma vertical en la cabeza, a la forma de una cresta. Conozco esta señal, llevaba días esperándola... Era un tiburón acechando...
Por fin lo veo, está a unos cinco metros por debajo nuestra, realizando círculos ¡mide en torno a dos metros y no está sólo!. Es cierto que después me asegurarían que es inofensivo, pero en momentos como éste es cuando las pulsaciones y la emoción llegan a su culmen... No es apropiado acercarse al escualo de turno para preguntarle si es cierto que no va a atacar. Las pulsaciones, digo, van por delante incluso del pensamiento. Es realmente emocionante, me encanta recordarlo porque se trata de la vida misma palpipante.
ALMEJAS GIGANTES DE GRAN ESTOQUE
La variedad de especies que podemos encontrar en este agua es impresionante. Sólo de tiburones hay 125, luego están las barracudas;y 'wallys', que comparten espacio con los bellos peces de coral, los pulpos y las rayas. Sin olvidarnos de las impactantes almejas gigantes y de los caballitos de mar: medio centenar de especies de estos simpáticos peces marinos se han catalogado. Sigue la cuenta con 17 tipos de serpientes marinas, los cocodrilos de agua salada en los cercanos pantanos de manglares... No es de extrañar que nos encontremos en medio de un Patrimonio de la Humanidad, por cierto especialmente sensible y frágil por muy imponente que parezca por su tamaño.;
Son maravillosas imágenes bajo el mar que no nos podamos imaginar hasta que no nos sumergimos a treinta metros de la superficie. Yo ahora lo sé, porque estuve ahí. Desde que James Cook descubriese el arrecife, mejor dicho encallase en él, en 1770 el lugar no ha perdido un ápice de su encanto. Y si lo ha hecho, ha sido por la injerencia humana y los problemas derivados del calentamiento global. No podemos olvidar que se trata en realidad del animal vivo mayor del mundo, si lo analizamos desde un punto de vista escrupulosamente técnico.