La casa de veraneo de Alfonso XII en la que ahora se puede disfrutar del lujo rural
Tancat de Codorniu, en la Costa Dorada, aislado entre naranjos, ofrece un refugio íntimo para el viajero de la N-340
Así es la treta del 'tercer día' de los hoteles que utilizan con nosotros en los bufé libre
Los espectaculares paisajes que dibuja el Ebro cerca del mar

En catalán, 'Tancat' significa cercado, aunque a este rincón de la Costa Dorada tarraconense no le hacen falta muros. Lo protegen más de dos mil naranjos y la hospitalidad que se presume a un hotel rural con pocas habitaciones, algunas de ellas aisladas en construcciones separadas del histórico edificio principal. Una espectacular masía del siglo XIX completamente restaurada que fue residencia de Alfonso XII en sus veraneos y que está dentro del término municipal de Alcanar.
Para algunos viajeros, aquellos que aún disfrutan de las carreteras secundarias -las viejas nacionales ya lo son-, es una parada en su camino: en el punto kilométrico 1.059 de la N-340. Una avenida de palmeras y un gran jardín, con dos piscinas reciben a los clientes. A la derecha quedan pequeños 'bungalows' con jardín propio y jaccuzzi exterior. También una pequeña villa independiente, con dos estancias separadas que pueden comunicarse para hasta seis personas, con un estanque con peces y una piscina de uso exclusivo. En la casa principal cada habitación tiene algo de singular: algunas cuentan con vistas al mar, a la montaña, otra tiene un gran solarium, incluso hay una con sauna. La playa está a diez minutos.
La finca, que acoge un corral de aves exóticas, ofrece espacio suficiente como para dar paseos en bicicleta entre los naranjos. Tiene dos grandes estancias acristaladas, con vistas al campo. En una de ellas se sirven sus desayunos, con buenos embutidos de la zona. La otra acoge el restaurante Citrus, alta cocina mediterránea capitaneada por el jovenchef Aitor López. Le acompaña en los vinos el sumiller Alex Nolla -una década en El Celler de Can Roca-. El entorno marca su propuesta poniendo en valor lo autóctono: los mejillones y ostras del Delta del Ebro -se pueden organizar visitas a Musclarium, una plataforma que conocer estos cultivos en San Carlos de la Rápita-; los arroces; la huerta de la comarca del Motnsià; o los pescados que selecciona también para Arròs y Brases, su otro restaurante anejo al recinto del hotel.
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