¿Cómo cambiará Twitter sin Elon Musk como jefe?: esto es lo que esperan los expertos
La escogida para sustituirle en el cargo y levantar el negocio de la empresa es Linda Yaccarino, ejecutiva con una larga experiencia en el campo de la publicidad
![Elon Musk y Linda Yaccarino](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/tecnologia/2023/05/12/combo-musk-yaccarino-RvsD0OxHTg6VXS5SLP4Gd4O-1200x840@abc.jpg)
Esta vez sí, Elon Musk ha cumplido su palabra y abandona su puesto como director ejecutivo de Twitter. El movimiento, comunicado por el propio magnate en un tuit publicado el pasado miércoles noche, llega después de que el pasado diciembre afirmase que dejaría el cargo en cuanto encontrase a una persona lo «suficientemente tonta» como para sucederle como cabeza de la red social, que hace aguas a nivel económico. Ya la ha encontrado. Y será una mujer, algo que no es nada habitual entre las grandes tecnológicas estadounidenses.
Linda Yaccarino, hasta ayer, que renunció, jefa de publicidad de la empresa de medios de comunicación NBCUniversal será la encargada de llevar las riendas de Twitter de ahora en adelante. Al menos, en lo que al negocio se refiere. «Yaccarino se centrará principalmente en las operaciones comerciales, mientras que yo me centraré en el diseño de productos y nuevas tecnologías», afirmó Musk en el tuit en el que daba la bienvenida a la nueva ejecutiva.
La flamante CEO cuenta con las características idóneas para el puesto; especialmente, atendiendo a la importante caída del negocio publicitario de Twitter en los últimos meses, ese mismo que anteriormente representaba el 90% de los ingresos de la empresa.
«Con la gestión de Musk, Twitter se ha acabado de hundir en la miseria», explica en conversación con ABC Ferran Lalueza, experto en redes sociales y profesor de Comunicación en la Universidad Oberta de Cataluña. «Que apueste por un perfil como el de Yaccarino manda dos mensajes. El primero, que la prioridad de la empresa ahora mismo es relanzar el negocio publicitario para poder sobrevivir. El segundo que, en el fondo, Musk seguirá estando al mando y tendrá la última palabra en todo lo que ocurra en la red social».
«Una cara amable»
Efectivamente, desde la llegada de Musk el negocio publicitario de Twitter, que tampoco es que fuese especialmente boyante en comparación con el de las plataformas de la competencia, ha caído en picado. De los 100 principales anunciantes que tenía la aplicación antes de que Musk la adquiriese el pasado otoño, 37 no han invertido nada en la plataforma durante los últimos seis meses, según la firma de análisis de mercado Sensor Tower. Mientras tanto, 24 marcas redujeron su gasto promedio mensual en publicidad en un 80% o más.
El descalabro publicitario ha provocado que el valor de la red social se haya reducido a la mitad de los 44.000 millones de euros que desembolsó el propietario para hacerse con la propiedad, según reconoció el magnate hace pocos meses.
La llegada de Yaccarino, bien valorada entre las grandes empresas de marketing online y las agencias de publicidad, puede ayudar a aliviar la situación de la aplicación alcanzando buenos acuerdos con otras compañías. «Yaccarino ha conseguido grandes cosas, como que la NBC presentará eventos como los Juegos Olímpicos o la Superbowl. No es una neófita ni de la publicidad ni de la comunicación», explica a este diario Irina Madrilley, responsable de redes sociales de la empresa de negocio digital Rocket Digital.
Por su parte, Lalueza señala que la nueva jefa de la red social, seguramente, representará la «cara amable» de Twitter y, además, será la encargada de liberar a Musk del trabajo del día a día. El experto, no obstante, espera que el empresario siga siendo la cara visible de la compañía y el encargado de comunicar las novedades que vayan llegando a la red social: « Musk seguirá siendo el jefe. Para bien o para mal, ha conseguido que Twitter esté en el centro de la conversación, y dudo mucho que vaya a renunciar a ese rol».
Dolor y estrés
Desde que se hizo con el control de la red social, Musk se ha encontrado en una situación incómoda. En una reciente entrevista con la 'BBC', el empresario reconoció que los últimos meses han sido «muy estresantes» y «dolorosos». La enorme carga de trabajo necesaria para sacar la aplicación adelante ha provocado que, muchas veces, se haya quedado a dormir en las oficinas de la empresa. Su plan para reflotar el negocio de Twitter, potenciar el servicio de suscripción conocido como Blue, no ha dado resultados por el momento, ya que se calcula que menos del 1% de los 300 millones de personas que usan la aplicación están pagando por los beneficios que ofrece. Un resultado paupérrimo que no tiene visos de mejorar en el futuro próximo.
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