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Un McLaren Senna de dos millones de euros para decorar un salón en un ático de lujo en una planta 57

El empresario australiano Adrian Portelli ha colocado el coche más caro de cuantos están registrados en Australia para decorar el salón de su vivienda. Necesitó para ello ¡una grúa y ocho empleados!

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El McLaren Senna en la grúa instagram @adrian_portelli
Rubén García

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En la torre Sapphire by the Gardens de Melbourne, Australia, hay apartamentos de película. Algunos de ellos son impresionantes, como el ático valorado en 26 millones de dólares de Adrian Portelli, un empresario treintañero apasionado del lujo. Sobre todo, de los coches, como puedes comprobar en su perfil de Instagram, donde presume de su colección personal a menudo. No hay cualquier modelo en ella. Sin ir más lejos, ha adquirido recientemente un Mercedes-Maybach GLS 600, la versión más lujosa y exclusiva del GLS, y un McLaren P1.

Pero no venimos a contarte la historia de otro joven millonario que invierte en coches, casas y yates de lujo —le están fabricando actualmente su embarcación Lamborghini—; al fin y al cabo, esto no es noticiable. Ni siquiera lo es que sea propietario de un McLaren Senna GTR valorado en dos millones de euros, el más caro de Australia entre los registrados, según diversos medios locales. Portelli, por ejemplo, invirtió este mismo año en una subasta de casas más de 12 millones de dólares en tres pujas, así que parece que se lo puede permitir. Lo noticiable, y surrealista, es qué ha hecho con el Senna el empresario australiano: ¡lo ha utilizado para decorar el salón de su ático!

Cuando leímos sobre esta historia que se hizo viral en primavera en Australia tuvimos que dejarla en cuarentena para comprobar si la idea de Adrian Portelli era cierta o había algo de broma o fake en ella. Entonces, allá por el mes de mayo, distintos medios del país oceánico se hicieron eco de que alguien había decidido subir a un apartamento en una planta 57 un McLaren Senna decorado con los colores blanco y rojo del icónico MP4/4 —con otra disposición y añadiendo el negro— con el que el piloto brasileño triunfó en la Fórmula 1 en el año 88 —Alain Prost, su compañero de equipo, fue subcampeón del mundo aquella temporada—.

Para conseguir su objetivo, el dueño del bólido, un empresario llamado Adrian Portelli, había tenido que alquilar una grúa y contratar a ocho personas que llevaran a cabo los trabajos para subir el coche hasta su vivienda. Entonces, ante la mirada de los atónitos transeúntes y la presencia de cámaras de televisión locales como testigos, el McLaren Senna alzó el vuelo hasta ser depositado en el salón, todavía diáfano, del penthouse de Portelli.

Incluso con las noticias aparentemente contrastadas y verificadas, y más fotos publicadas en Instagram como prueba de la «locura», preferimos esperar a que el ático estuviera completado. Y ese momento ya ha llegado: hace unas semanas, Portelli mostró cómo ha quedado el McLaren Senna, repintado en colores oscuros, como elemento principal de decoración del salón de un ático impresionante, que cuenta con gimnasio y piscina interior, entre otras estancias de lujo. «Aquí está. El diseño del ático ya está completo. No puedo esperar al calentamiento de la casa», escribió entonces en Instagram el empresario.

Para poder llevar el coche hasta su nuevo hogar, nunca mejor dicho, además de contratar la grúa y el equipo de trabajo, fue necesario retirar las ventanas del ático de lujo en Melbourne. En la vivienda, parte del equipo recepcionó el coche en una plataforma instalada para ello y depositó el McLaren dentro de la vivienda.

Un diseño solo apto para circuitos

Una vez completada la reforma y decoración de la vivienda, Portelli ha enseñado el resultado, y en la imagen se aprecia al Senna tratado como el artículo de lujo que es: sobre un plataforma giratoria, junto al gran ventanal de la vivienda, es el elemento protagonista del inmenso salón de la casa. El coche, aunque no lo parezca, es el mismo que se subió al ático en mayo de este año, pero ahora está pintado en un color bronce, a juego con la paleta en la que Portelli ha decorado la estancia.

Un detalle importante en esta historia difícil de creer es que el McLaren Senna GTR de Portelli no es una de las pocas unidades que la marca fabricó para carretera, sino que es un coche diseñado para circuitos. Es decir, es una máquina de carreras, por lo que no se puede homologar para circular por carretera.

En concreto, el Senna GTR de la factoría británica, es un coche que vuela gracias a un moto V8 biturbo de 4.0 litros M840TR que ofrece 825 caballos de potencia y 800 Nm de par máximo equilibrados por su enorme alerón trasero que es esencial para su carga carga aerodinámica, que alcanza los 1.000 kg, según informa la marca.

Nadie es capaz de expresar mejor, de una forma tan literaria, la sensación de conducir un coche como este que la propia firma. Y McLaren define así cómo es ponerse al volante de su modelo con la relación potencia peso más alta de cuantos haya diseñado para competición: «Es, simplemente, una experiencia extrema, cruda. Que te atrapa». Esta es una sensación que ni Portelli ni los invitados que visiten su ático de lujo en Melbourne podrán tener, pero sí se la podrán imaginar mientras disfrutan del McLaren Senna GTR que preside su velada.

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