Temor a que la DANA genere una epidemia en Valencia: «Los cadáveres en sí mismos no son infecciosos»
Los expertos aseguran que el riesgo de infecciones en la zona es bajo
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![Voluntarios con guantes y mascarillas ayudan a limpiar en Paiporta](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sociedad/2024/11/02/voluntarios-mascarillas-RtX2oWtJytsLinmKjNYHk3H-1200x840@diario_abc.jpg)
Muchos de los voluntarios de Valencia y alrededores que han acudido este sábado a las localidades más damnificadas por la DANA lo han hecho con mascarilla y guantes, después de que en las redes sociales hayan circulado varios mensajes alertando sobre las infecciones que ... se pueden contraer en los terrenos ante la presencia de cadáveres. «Los cadáveres en sí mismos no son agentes infecciosos», aclara el director del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña (Imelec), Eneko Barbería.
Ante los temores por una posible propagación de enfermedades, el director del Imelec, reitera que los cadáveres de los fallecidos no son infecciosos. «No hablamos de una epidemia de Covid, que tampoco lo serían de por sí los cuerpos». Para que fuese así, precisa, la persona debía haberlas padecido en vida y, según la Organización Mundial de la Salud, excepto en los casos de fiebres hemorrágicas y cólera, por lo general, los cadáveres no transmiten enfermedades. «Los cuerpos serían peligrosos, en todo caso, para la gente que los manipula, y éstos lo hacen con los equipos de protección individual que hacen falta. Lo que es necesario controlar es el agua, garantizar que el suministro sea controlado».
En la misma línea se pronuncia Óscar Zurriaga, presidente saliente de la Sociedad Española de Epidemiología y Salud Pública y profesor titular en el Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Valencia. «Hablar de cólera o tifus está fuera de lugar, no hay riesgo inmediato», remarca este epidemiólogo, que incide en que la situación en las zonas afectadas no es comparable a la que se daría en otros países con menos recursos.
Sobre el uso de la mascarilla, un mensaje que también se está repitiendo por redes sociales y que algunos voluntarios ya han empezado a aplicar, este epidemiólogo señala que su utilización está indicada para infecciones que se transmiten por vía aérea, pero este no es el caso. «Puede ser una buena medida para no llenarte la cara de barro, que se cuela por todos los sitios», dice. Tampoco considera que tenga sentido el uso de gel hidroalcohólico en un contexto en el que no hay agua y las manos ya se manchan de barro.
El mayor riesgo, apunta Zurriaga, reside en los voluntarios y las personas que trabajan sobre el barro acumulado que puedan hacerse alguna herida. «Es un barro en el hay que hay mucha suciedad», apunta, por lo que es importante que ese barro no entre en contacto con las heridas para que no se infecten. En este sentido, remarca que los voluntarios deben ir con pantalón largo y manga larga y en lo posible botas para estar protegidos. «He visto algunas imágenes de voluntarios con pantalones cortos y camisetas de tirantes, una indumentario que no es aconsejable para estas tareas. Se están manipulando muebles, electrodomésticos y en esas situaciones es fácil hacerse alguna herida que podría infectarse».
«Hay que aplicar el sentido común»
Sobre las enfermedades que puedan llegar a transmitir los cadáveres que se van recuperando, Zurriaga coincide con el director del Imelec en que la posibilidad «es pequeña». «En sí mismos los cadáveres no producen problemas, sí malos olores por la descomposición», insiste, aunque advierte de que no se debe utilizar el agua de donde se rescaten estos cuerpos. «Solo hay que aplicar el sentido común y beber agua del suministro o embotellada si no la hay», dice. Recuerda además este epidemiólogo que en la provincia de Valencia ha habido muchas inundaciones y nunca han provocado una epidemia, como la gran riada del Turia de 1957, en la que fallecieron 300 personas.
«El riesgo de infecciones transmisibles es, en este momento, bajo», concluye Zurriaga, que incide en que se beba agua embotellada, no se utilice agua de los charcos y tampoco la del grifo si lleva tierra. El mayor riesgo, sostiene, son las personas vulnerables: enfermos, niños muy pequeños y ancianos, que deberían ser los primeros a los que se evacúe.
Recomendaciones de la Generalitat
Por su parte, la Dirección General de Salud Pública de la Generalitat Valenciana ha remitido a los ayuntamientos una serie de recomendaciones a tener en cuenta tras una inundación, entre las que destacan que niños, mujeres embarazadas y personas con problemas respiratorios, como asma, o con el sistema inmunitario debilitado, no participen en las tareas de limpieza. Para las tareas de limpieza, dice el documento, se recomienda cortar el gas y la electricidad, protegerse la nariz, la boca y los ojos y usar pantalones y camisas de manga larga, guantes protectores y botas de goma, entre otros consejos.
La guía también hace hincapié en la recomendación de no ingerir ningún alimento que pueda haber estado en contacto directo con el agua de la inundación, salvo latas y envases impermeables, que se deberán secar durante al menos 1 hora antes de abrirlos o guardarlos. Además, la Dirección General de Farmacia ha pedido a los ciudadanos que no donen medicamentos, pues su suministro debe seguir los cauces establecidos para asegurar su calidad y trazabilidad a los pacientes.
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