Cómo saber qué tipo de insecto me ha picado según el aspecto de la picadura

Marina Ortiz

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24/08/2023
Actualizado a las 10:40h.

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Algunas imágenes muy repetidas en verano pueden ser la de alguien durmiendo con la ventana abierta, salir a cenar a una terraza, dar un paseo por el campo cuando cae el sol... Parece que todos estos momentos tienen en común que son placenteros y agradables, pero hay algo que es muy probable que los estropee.

No hablamos de otra cosa que recibir la picadura de un mosquito o de cualquier otro insecto. El calor de la época estival, cierta humedad, y otros factores como el tipo de sangre que tengamos o el terreno en el que nos movamos, son alicientes suficientes para que un bicho nos pique, siendo el más habitual el mosquito.

En el caso de los mosquitos, su picadura se suele notar momentos después de haber sido 'atacados', al igual que la de las arañas u otros insectos. Sin embargo, también existen casos en los que el pinchazo se nota en el momento en el que lo recibimos, como suele ser el de las avispas.

Sea cual sea el tipo de artrópodo que ha perturbado tu tranquilidad, lo que sí es común es sentir una tremenda molestia. Picor, escozor, quemazón, irritación, piel enrojecida, hinchada... son muchos los síntomas y consecuencias que puede producir una picadura. En los peores casos, estas se pueden inferctar e incluso haber transmitido algún tipo de enfermedad, aunque esto no se puede saber hasta días después.

Otra cuestión que suele preocupar cuando nos vemos una picadura en el cuerpo es no identificar qué tipo de bicho nos ha picado, ya que puede tratarse de mosquitos pero también de arañas, chinches, garrapatas, hormigas... Para ayudarte a despejar estas dudas, te dejamos una imagen de cómo suele ser cada tipo para que puedas saber qué insecto te ha picado según la picadura que tengas.

Esta suele ser la picadura más habitual en verano y en primavera, que es cuando empiezan a aparecer. Normalmente suelen tener un aspecto de rojez mediana e hinchada, ovalada o redonda y con un puntito en el centro. Como sabe casi cualquier persona, pica bastante y puede ser muy difícil evitar rascarse. Si se tiene fiebre u otro síntoma que no sea picor e hinchazón, lo mejor será ir al médico.

Estos pequeños insectos dejan un signo bastante claro de su presencia: las picaduras son varias, pequeñas y muy juntas. Incluso se puede llegar a apreciar el rastro de sangre que dejan después de mordernos. Al igual que en el caso de los mosquitos, la saliva del insecto en contacto con nuestra piel produce un picor casi insoportable.

Aunque puedan parecernos inofensivas sí, las hormigas también pican o mejor dicho, muerden. Su rastro es una pequeña erupción enrojecida ya menudo con algo de pus, en algunos casos puede quedarse como algo parecido a una ampolla. Suelen producir más dolor que picor. En las especies de hormigas como la de fuego o la bala, su mordedura puede ser tan dolorosa como quemaduras con fuego.

Este tipo de picadura puede ser una de las más difiíciles de identificar. Normalmente, la mordedura de estos insectos es similar a la de otros, se enrojece y se hincha con una forma redondeada. La característica más diferenciadora es que suelen ser dos picaduras cercanas. Según el tipo de araña que te pique el dolor y escozor puede ser ser inmediato o tardar en aparecer. También en sabido que hay arañas venenosas, aunque casi ninguna suele suponer un peligro grave.

Otro insecto muy temido por su picadura es la avispa. Aunque la picadura no es peligrosa, suele doler y esocer bastante y por varios días. Alrededor de donde han clavado el aguijón la piel se hincha y se enrojece, quedando un punto blanco también. Este artrópodo suele confundirse con las abejas, que pican menos, pero de forma similar. Para diferenciarlas, estas últimas dejan dentro el aguijón y hay que quitarlo, mientras que las avispas no se desprenden de él.

Esta es quizá una de las picaduras más desagradables que se pueden recibir, y no precisamente por el dolor o el escozor. Este bicho deja una mordedura muy roja, pero lo peor es que es habitual que podamos encontrarlas hincadas en la piel, pues meten su cabeza y se quedan ahí clavadas hasta que las extraigamos. Para quitarlas hay que hacerlo bien, pues si se queda algún resto en la piel se pueden producir infecciones preocupantes, así que mejor que te atienda un profesional.

Aunque es más habitual que ataquen a perros o gatos, los humanos también podemos sufrifr la visita de estos pequeños insectos. Sus picaduras son pequeñas, rojas y se agrupan de tres en tres o de cuatro en cuatro, aproximadamente. Siendo parecidas a las de las chinches, pican mucho y se pueden llegar a producir heridas en la piel, por lo que habrá que tener cuidado de que no se infecte, momento en el que habría que ir al médico.