El responsable del submarino Titán quiere mandar una nave a Venus a pesar de «los riesgos»
Söhnlein no quiere que aquellas cinco muertes «caigan en vano» y cree que cuando ocurre una tragedia «se debe seguir hacia adelante y continuar con los objetivos»
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![El responsable del submarino Titán quiere mandar una nave a Venus a pesar de «los riesgos»](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sociedad/2024/06/19/ccc.jpg)
Un año después de la tragedia del Titán -el submarino que pretendía explorar los restos del Titanic y acabó implosionando-, uno de los cofundadores de la empresa responsable, OceanGate, pide que aquello «no caiga en vano» y seguir trabajando en nuevos proyectos. Concretamente, ahora su objetivo es llegar a Venus.
Guillermo Söhnlein fundó OceanGate en 2009 junto a Stockton Rush, que murió junto a los otros cuatro pasajeros del Titán hace 12 meses. Ahora, cuando se cumple el primer aniversario de la tragedia, ha concedido una entrevista a 'The Sun' en la que confiesa que, tras el desastre, debes «aprender la lección», «comprometerte completamente» con el proyecto «y seguir avanzando, lo cual se intensifica de una forma quizás macabra».
Söhnlein, que abandonó OceanGate en 2013 pero a seguido ligado en diversos proyectos, no sólo quiere seguir avanzando en su exploración del océano, sino que incluso se propone dar el salto al espacio y mandar una nave a Venus. Su idea es enviar al menos 1.000 personas a dicho planeta antes para 2050.
«La humanidad podría estar al borde de un gran avance y no aprovecharlo», dijo hace meses en una entrevista con 'Business Insider'. «Si se pudiera diseñar una estación espacial para resistir el ácido sulfúrico en las nubes cientos o miles de personas podrían vivir algún día en la atmósfera de Venus», defendió.
No quiere que las muertes del Titán «caigan en vano» y pide seguir investigando
En 'The Sun', Söhnlein ha defendido que se puede esperar «que no ocurran fatalidades, pero sabes que hay un riesgo de que las cosas vayan mal. La comunidad de exploradores es un poco extraña, en cuanto a que se sabe que hay riesgos y problemas. Esto ocurre, y en vez de caer en el desánimo, debe motivar a seguir hacia adelante y continuar con los objetivos».
Söhnlein cree que las tragedias deben generar «reflexión» y hacer ver «la realidad» a los científicos e ingenieros detrás de estos proyectos, para aplicar esas lecciones en el futuro.
«Pero una vez [has aprendido la lección], debes compometerte completamente y seguir avanzando, y esto se intensifica de una forma quizás macabra», confiesa. «Parece incluso que se intensifica cuando un problema termina siendo una fatalidad, porque los exploradores queremos que el legado de las personas que perdieron la vida sean honrados al continuar trabajando [en estos proyectos]».
«No quieres que esas vidas hayan sido perdidas en vano. Quieres asegurarte de que su sacrificio tiene valor, sea lo que sea que intentaban».
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