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La ONU avala el plan de Japón para liberar al mar el agua de Fukushima

El vertido de residuos supone un «impacto radiológico insignificante» para el medio ambiente, según el último informe del OIEA

Corea del Sur vetará indefinidamente los productos pesqueros de Fukushima por el vertido de agua contaminada

Rafael Mariano Grossi junta al Primer Ministro japonés, Fumio Kishida, durante su reunión en la residencia oficial del Primer Ministro EP
Isabel Miranda

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El impacto de verter al mar el agua radiactiva que hoy se acumula en más de un millar de contenedores frente a la central nuclear de Fukushima, en Japón, será «mínimo». Lo dice el examen llevado a cabo por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que ha validado el plan nipón para descargar el líquido con el que se refrigeran todavía hoy los reactores dañados de la central tras el tsunami de 2011. Una decisión que ha puesto en contra a Corea del Sur, China y a los pescadores de la zona.

Tras dos años de estudios y doce desde el peor desastre nuclear desde Chernóbil, la agencia de control de la ONU concluye ahora que el plan de Japón de verter este agua tratada y diluida a lo largo de años «cumple con los estándares» a nivel internacional. Las descargas tendrán un impacto radiológico insignificante para las personas y el medio ambiente, asegura el informe.

En concreto, el agua se somete a un tratamiento para eliminar todos los isótopos radiactivos y posteriormente se almacena en tanques. El problema está en el tritio, un isótopo radioactivo de hidrógeno que no se puede desligar del agua porque químicamente es agua. Y Japón se está quedando sin almacenamiento, ya que la planta produce 100 metros cúbicos de agua residual al día. Los cálculos apuntan a que ya hay 1,3 millones de metros cúbicos de agua almacenada en la central.

En principio, el Gobierno japonés prevé comenzar este verano con el vertido al océano Pacífico, de forma escalonada y diluyendo el tritio a menos de 1.500 becquereles por litro. Unos niveles que cumplen con los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que autoriza hasta 10.000 becquereles por litro para consumo humano.

Las decisiones en materia de seguridad nuclear son responsabilidad nacional, y la Autoridad de Reglamentación Nuclear del Japón aprobó el plan en mayo. Pero el informe del OIEA era de vital importancia para el inicio del procedimiento.

«El organismo seguirá realizando sus revisiones imparciales, independientes y objetivas durante todo el proceso», ha dicho el director general del organismo, Rafael Grossi, durante su visita al país asiático.

El anuncio no ha gustado a los vecinos de Japón. Los surcoreanos se han abastecido de sal marina antes de la liberación del agua, en medio de temores por la seguridad alimentaria, mientras que el Ministerio de Relaciones Exteriores de China ha expresado su pesar por la publicación «apresurada» del informe del organismo de control nuclear de la ONU. «Si la parte japonesa se empeña en seguir su propio camino, debe asumir todas las consecuencias», dijo el ministerio chino en un comunicado visto por Reuters.

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