AJUSTE DE CUENTAS
Diez mitos y falsedades sobre la energía nuclear
El caso más lamentable de miopía energética afecta a esta fuente energética. El físico nuclear Manuel Fernández Ordóñez ha publicado 'Nucleares, sí, por favor', donde desmonta los mitos y engaños que enturbian el debate sobre esta energía limpia
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![Diez mitos y falsedades sobre la energía nuclear](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2023/05/26/energianuclear-R5z90p0EQ2DvD4tRip9G5HO-350x624@abc.jpg)
Una expectativa razonable creada por la ruptura de la Unión Europea con Rusia tras la invasión de Ucrania era que la revisión de nuestro marco energético condujera a una nueva mirada sobre fuentes de energía como el carbón, el gas de esquisto ('fracking') o la ... energía nuclear. El caso más lamentable de miopía energética es el de la nuclear. Los numerosos mitos que reinan en torno a ella han sido abordados por Manuel Fernández Ordóñez, doctor en Física Nuclear, en un libro recientemente publicado: 'Nucleares, sí, por favor' de Editorial Deusto. En él aborda diez mitos muy extendidos:
1. Las centrales nucleares son inseguras. En toda la historia han tenido lugar tres accidentes nucleares: Three Mile Island en 1979 (EE.UU.), Chernóbil en 1986 (URSS) y Fukushima en 2011 (Japón). En dos de ellos –TMI y Fukushima– no hubo víctimas mortales por el accidente. La energía nuclear es objetivamente segura. Según dos estudios complementarios, por cada 100 TWh de electricidad producida, la nuclear causaría tres muertes prematuras; la eólica, cuatro; el gas, 282; y el carbón, 3.272.
2. La industria no paga el coste de los residuos. La gestión de los residuos depende de una empresa estatal (Enresa) que se financia con las tasas pagadas por los operadores. La ley establece cuatro. Dos se aplican a las centrales nucleares, una a la fábrica de combustible nuclear que existe en España (que es pública) y otra al resto de los actores que generan residuos radiactivos (hospitales, industrias, centros de investigación). El plan de gestión hasta 2100 son 23.000 millones de euros que pagarán los dueños de las centrales, incluyendo 5.100 millones para desmantelarlas.
3. Las centrales producen cáncer. En 2005, el Congreso de los Diputados instó al gobierno a realizar un estudio sobre el impacto epidemiológico de las instalaciones nucleares en la salud de los españoles. Lo hizo el Instituto de Salud Carlos III y el Consejo de Seguridad Nuclear. Fue terminado en 2009 y concluyó: «No se observan resultados consistentes que muestren un patrón de incremento de la mortalidad por cáncer asociado con la dosis».
4. Esconden fines militares. Es casi inviable usar reactores nucleares comerciales para fines militares. No sólo por la complejidad del manejo sino porque es imposible que los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) no se enteren. La gran mayoría de los países con energía nuclear en sus sistemas eléctricos no tienen armas atómicas.
5. Fukushima causó 20 mil muertes. Nadie murió como consecuencia del accidente nuclear de Fukushima, pero el terremoto y el tsunami dejaron casi 18.500 fallecidos. Las evacuaciones se hicieron con criterios radiológicos, pero no se tuvieron en cuenta otros aspectos. «La pérdida de esperanza de vida de los evacuados fue tres veces mayor que si se hubieran quedado y hubieran vivido con unas dosis de radiación mayores».
6. Chernóbil es un desierto nuclear. «Tras el impacto inicial del accidente, los efectos de la radiación sobre el ecostistema no son, ni de lejos, los predichos en un principio. Las investigaciones científicas nos dicen que 'en la actualidad, son difíciles de encontrar trazas de efectos negativos de la radiación sobre la biota (fauna y flora) en las inmediaciones de la fuente de radiación».
7. Las centrales emiten CO2. Sí, todas las energías, incluidas las renovables, lo hacen. Pero los estudios que contemplan todo el ciclo de vida de las nucleares indican que ésta emite muy poco en relación con otras fuentes. El del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) de 2014 sitúa a la nuclear como la que menos CO2 emite, excepto la eólica. Pero el informe de 2022 de la Comisión Económica para Europa de la ONU (UNECE) la coloca como la que menos, emitiendo la mitad que la eólica, solar e hidráulica.
Olkiluoto 3
Finlandia
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Los precios de la electricidad en Finlandia se desplomaron un 75% tras la inauguración de la nueva planta nuclear Olkiluoto 3 (OL3) en abril pasado. Es el primer reactor nuevo en el país en cuatro décadas y se espera que satisfaga hasta el 15% de la demanda nacional. La construcción de esta central tardó 18 años debido a una serie de retrasos y su costo se disparó. Finlandia ha apostado por un mix energético de eólica y nuclear. Más del 60% de los finlandeses apoya la energía nuclear
8. No hay suficiente uranio. Greenpeace afirma que «el uranio se acaba». Como ya ocurrió con el petróleo y el Club de Roma, la pregunta correcta es ¿cuánto uranio nos queda a menos de 50 euros el kilo? ¿Y a menos de 100 euros? ¿Y a menos de 1.000 euros? La cantidad de uranio a ser extraído depende drásticamente del precio que tenga en el mercado.
9. Renovables y nucleares son incompatibles. Al contrario, las nucleares son el complemento perfecto de las renovables cuando éstas no están disponibles (de noche, sin viento). De hecho, es la única energía que puede operar como respaldo de las renovables sin emitir gases de efecto invernadero. La alternativa a la nuclear es un respaldo fósil.
10. Los residuos son eternos. Es cierto que el combustible nuclear tarda miles de años en degradarse, pero la verdad es que de cada kilogramo de combustible nuclear apenas usamos el 1% de la energía que realmente contiene. El 99% restante se considera residuo y lo almacenamos porque es combustible usado pero no gastado. Los modernos reactores nucleares 'rápidos' pueden usar este combustible, reciclando los residuos radiactivos hasta dejar un resto prácticamente inane.
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