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Omella suspende 'a divinis' a un párroco de Barcelona por oponerse a la venta de su templo

Además, el arzobispo de Barcelona ha desacralizado la iglesia para reactivar la construcción en el terreno de un nuevo edificio y una facultad de Medicina

La iglesia del Espíritu Santo de Barcelona: la historia del templo que derribarán para construir una facultad de Medicina

La Conferencia Episcopal alerta de que los actos de las clarisas «entroncan con un grupo considerado una secta»

El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella Maya Balanya
Javier Palomo

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El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha suspendido 'a divinis' al sacerdote Josep Maria Llorca Albero, párroco de la iglesia del Espíritu Santo, ubicada en el barrio de El Guinardó, por oponerse al derribo del templo para construir otro más pequeño en dimensiones, pero que permitirá adaptarse a las necesidades del barrio e incluir una nueva facultad de Medicina de la Universitat Blanquerna-Ramon Llull.

La iglesia, ubicada entre el Hospital de San Pablo y la Sagrada Familia, es una de las pocas abiertas las 24 horas en Barcelona, y alberga una vidriera de doscientos metros cuadrados construida en los años sesenta, una de las más grandes del mundo.

Omella, harto de que sus órdenes no se cumplieran por la oposición del grupo de fieles, ha comunicado el cese del sacerdote y además que el templo «pierde el carácter de lugar sagrado en sus totalidad». A partir de ahora será la iglesia del Hospital de San Pablo la que ejerza las funciones de iglesia de la parroquia del Espíritu Santo.

Una 'suspensión a divinis' —interpretado y traducido del latín como lejos de lo divino— prohíbe el ejercicio de todo acto de poder que se obtuvieron por órdenes sagradas o por privilegios. Véase, que en este caso Omella suspende a Llorca Albero de cualquier función como párroco.

La iglesia del Espíritu Santo parroquiaesperitsant

Con el comunicado, publicado este miércoles, el arzobispo de Barcelona pretende poner fin a la disputa que ha mantenido con los fieles de la parroquia, que se han mostrado durante meses contrarios al derribo del templo para construir sobre sus cimientos una faculta de Medicina.

El 'affair' Espíritu Santo

«Es evidente que si en estas cuestiones mayores es tan grande la oscilación entre lo aceptable y lo inaceptable, y tan amplio el margen de lío e indisciplina en que puede moverse cada uno, en una cuestión administrativa de competencia curial, como es el de cerrar provisional o definitivamente una parroquia, o reducir su capacidad en tantos o en cuantos metros, el problema y el disgusto es considerable», expresaban los fieles en una nota pública este lunes.

A pesar de la negativa de Llorca Albero, el responsable de comunicación de la diócesis, el diácono Ramón Ollé Ribalta, expresó en su momento que no le veía ningún sentido a la negativa de los fieles ni a toda la polémica que se estaba formando, que ya tildaban como el 'affair' Espíritu Santo.

«La parroquia ni se vende ni se cierra», detallaba. «Lo que hacemos es cambiar un edificio viejo, que tenía problemas, por uno nuevo, donde el templo será más pequeño pero tendrá mejores locales parroquiales». Ollé sostenía que al menos parte de la confusión no viene de los feligreses del barrio, sino de personas de otras zonas que acuden al templo actual a hacer adoración nocturna y, por alguna razón, creen erróneamente que va a desaparecer la parroquia. En el templo nuevo, aunque será más pequeño, cabrán perfectamente 300 y 400 personas en misa, será una iglesia digna y nueva», comentaba por redes sociales.

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