El 40% de los menores expuestos a anuncios de comida rápida la consumen de forma habitual
El 85,2% de los menores consumen bollería al menos dos veces por semana y el 13,7% lo hacen a diario
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La exposición de los menores de edad a los anuncios publicitarios de alimentos no saludables tiene consecuencias en su salud, hasta el punto de que su ingesta calórica aumentaren 372.884 calorías -el equivalente a 219 días de alimentación de más aproximadamente-, entre los 8 y 16 años frente a aquellos jóvenes no expuesto.
Es una de las conclusiones del informe 'Publicidad, Alimentación y Derechos de la Infancia en España', presentado este miércoles por la Fundación Gasol y el Ministerio de Consumo. Un conjunto de datos donde se aprecia el impacto de ciertos productos, como los refrescos, la comida rápida, la bollería o los aperitivos salados entre otros.
El consumo publicitario de estos alimentos ya es habitual entre los menores españoles, ya que el 62% de los encuestados reconoció haber estado expuesto a al menos un anuncio sobre productos no saludables en la última semana. Entre los alimentos y bebidas no saludables con más presencia publicitaria, la comida rápida se impone con una presencia de varias veces al día para el 30,2% de los encuestados, 27% una vez al día y el 37,1% de una a cinco veces por semana.
Además, el estudio relaciona la exposición de estos anuncios frente al consumo de los mismos por parte de los menores. En el caso de la comida rápida, el 39,6% de los niños que admitieron ver anuncios lo adquieren de forma habitual al menos dos veces por semana, frente al 26,3% de aquellos jóvenes no expuestos a la publicidad.
Al ser preguntados por la bollería, el estudio constata que el 85,2% de los menores consumen este tipo de productos al menos dos veces por semana y el 13,7% lo hacen a diario. Unas cifras superiores al caso de los aperitivos salados, que son consumidos por un 60% de los encuestados al menos dos veces al día entre los expuestos a anuncios, frente a los que no, que los consumen dos o más días a la semana en un 42,6% de los casos.
La bollería destaca por no mostrar grandes diferencias en el consumo en función de la exposición publicitaria de los mismos. Un 83,1% en los no expuestos frente al 85,7% que los toman al menos dos veces por semana. Esto se debe a la tradición, transmitida entre generaciones, de consumir galletas y productos similares para merendar desde la temprana edad.
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