Inglaterra y Gales crean zonas de protección de 150 metros alrededor de las clínicas abortistas

La legislación prohíbe expresamente la distribución de panfletos antiaborto, la exposición de pancartas y cualquier forma de protesta dentro de estas zonas. Los infractores podrán enfrentarse a «multas ilimitadas». La secretaria de Estado de Protección y Violencia contra las mujeres y niñas, Jess Phillips, subrayó la importancia de la medida al afirmar que «el derecho a acceder a los servicios de aborto es un derecho fundamental para las mujeres en este país, y nadie debería sentirse insegura cuando busque acceder a este cuidado».

«No vamos a quedarnos de brazos cruzados y tolerar el acoso, el abuso y la intimidación mientras las personas ejercen su derecho legal a la atención médica», afirmó, y añadió que «durante demasiado tiempo, las clínicas de aborto han estado sin estas protecciones vitales, y este gobierno está decidido a hacer todo lo que esté en nuestras manos para que este país sea un lugar más seguro para las mujeres».

Este cambio legislativo llega después de una larga serie de debates y retrasos. Aunque la ley fue aprobada hace más de un año, su implementación se retrasó debido a las consultas sobre la normativa específica. En particular, surgieron dudas sobre la posibilidad de que las «oraciones silenciosas» pudieran seguir siendo permitidas en los alrededores de las clínicas. Las oraciones silenciosas, una práctica en la que algunos manifestantes se quedan en las cercanías de los centros en silencio, convocados específicamente con la intención de rezar por las mujeres que buscan atención, fueron un punto álgido en la discusión.

Ahora, el ministerio del Interior ha aclarado que las oraciones silenciosas también estarán prohibidas dentro de las zonas de protección, una decisión que ha generado reacciones encontradas. Mientras que el British Pregnancy Advisory Service ha celebrado la medida, señalando que su personal y las mujeres a las que atienden han enfrentado una «persistente y perturbadora» presencia de manifestantes a lo largo del tiempo, otros grupos han expresado su preocupación. Catherine Robinson, portavoz del grupo Right To Life UK, advirtió que la prohibición podría eliminar el «apoyo práctico vital» proporcionado por voluntarios que, según argumenta, ayudan a las mujeres que podrían estar enfrentando coerción a la hora de decidir abortar.

ADF International, una organización de defensa de los derechos religiosos, ha calificado la nueva ley de «desproporcionada». Jeremiah Igunnubole, representante del grupo, considera que la prohibición podría ser malinterpretada o mal utilizada, y consideró que es crucial que se garantice claridad en cuanto a la protección del derecho a la libertad de pensamiento y la comunicación consensuada para evitar la criminalización de personas inocentes que deciden, por ejemplo, «rezar sólo en su mente».

Stella Creasy, diputada del Partido Laborista y defensora de la legislación, indicó por su parte que «con otra serie de protestas dirigidas a las mujeres que acceden a las clínicas de aborto planeadas para las próximas semanas, es vital que la protección que el parlamento diseñó para permitirles hacerlo en paz se implemente ahora«, una declaración que pone de manifiesto la creciente preocupación por la seguridad y el bienestar de quienes buscan servicios de aborto. Según informó el gobierno en un comunicado, «la medida se aplicará a cualquier clínica y hospital privado aprobado bajo la Ley de Aborto de 1967, así como a cualquier hospital del NHS (el servicio nacional de salud) que haya notificado en el año en curso o en el anterior que ha realizado abortos».