Cuatro horas de un fin de semana para alimentar a un millón de personas todos los días: se prepara la Gran Recogida 2024
La Federación Española de Bancos de Alimentos acusa este año el descenso de las donaciones, el incremento del precio de los productos y la caída de las reservas en 25 millones de kilos por el traspaso de los fondos europeos a las tarjetas monedero
Las señales de la 'nueva' pobreza
![Cartel de la campaña de 2024](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sociedad/2024/10/15/ayuda-Rmh9wnYxt4BNBZBaWDk25BJ-1200x840@diario_abc.jpg)
Los próximos días 22, 23 y 24 de noviembre, el tercer fin de semana del undécimo mes del año, 11.000 puntos de venta de alimentos del país volverán a llenarse de petos azules. Y esos 80.000 voluntarios que los portan (cifra de la última campaña, de 2023) «darán a conocer a la gente cómo se puede ayudar a alimentar a muchos colectivos indefensos», dentro de la campaña Gran Recogida 2024, ha indicado esta mañana de martes 15 de octubre Pedro Llorca, el presidente de la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal). Según Llorca, para este año se necesitan unas 90.000 almas solidarias. Como dicen los protagonistas del spot de este año, entre los que se encuentra el cómico Leo Harlem, ser voluntario implica «estar cuatro horas de un fin de semana a cambio de poder alimentar a un millón de personas todos los días» (al menos a una parte de ellas, porque lo cierto es que con esa sola campaña de 2023, 40.000 personas tienen cubiertas sus necesidades todo un año).
Para el resto de la ciudadanía, que no sea voluntaria, se puede participar aportando en línea de caja una cantidad económica (por tercer año consecutivo y la cuantía se destina de forma íntegra a la compra de alimentos) o con donaciones de productos físicos.
La leche es el producto «más demandado y distribuido por los bancos de alimentos en toda España«, aunque se precisan también productos imperecederos, con el aceite como producto estrella y que más se ha encarecido, ha resaltado el director de Fesbal, Francisco Greciano. Los bancos de alimentos hacen el llamamiento a la colaboración ciudadana para volver a llenar los almacenes tras la caída de las reservas en 25 millones de kilos.
El perfil de esos colectivos vulnerables, en palabras de Greciano, está cada vez «más normalizado»: «Se acercan al trabajador en precario con dificultad para hacer frente a los gastos al laza del alquiler, la vivienda y los precios de los alimentos».
Pérdida de 25 millones de kilos
Según han explicado en la campaña de lanzamiento de la iniciativa los responsables de Fesbal, este año han tenido que sortear graves dificultades: la pérdida de las 25.000 toneladas de alimentos de los fondos europeos tras el cambio en el sistema de distribución de reparto de ayuda alimentaria para personas vulnerables, que se realiza desde la pasada primavera -tras el caos inicial- a través de las tarjetas monedero (vales cargados con dinero para sustituir por alimentos básicos en una serie de cadenas) y que reparte Cruz Roja por decisión del Ministerio de Derechos Sociales; el creciente precio de los alimentos (desde diciembre de 2019 a agosto de 2024 se han disparado un 30,7%, ha estimado Greciano); los conflictos exteriores que han aumentado el precio de la energía y los combustibles; y la pobreza interna (una tasa Arope que creció un 0,5% el año pasado).
Los 54 bancos de alimentos han perdido 144.000 beneficiarios durante el primer semestre del año, un 11,9%
La Gran Recogida supone el 15% de los alimentos que distribuye Fesbal cada ejercicio. Con el remanente de 2023 y lo que quedaba en los almacenes, se pudo alimentar durante el primer semestre del año 2024 a 1.065.000 beneficiarios. La pérdida de beneficiarios ha sido durante el primer semestre del año de 144.000 personas, un 11,9% menos, (que reciben ahora esas tarjetas monedero y no acuden a alguno de los 54 bancos de alimentos distribuidos en España), lo que ha significado, ha contado Greciano, que cada beneficiario de Fesbal ha recibido cinco kilos más de alimentos en los primeros seis meses del año.
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Según el director, también «se ha producido un descenso de las donaciones tanto de empresas como de particulares», y pese a todo durante los primeros meses del año se pudo suministrar alimentos a 6.057 entidades sociales gracias a ese stock que guardaban de la campaña anterior.
El 'plan B'
En este contexto, Llorca ha detallado que la federación cuenta con un «plan B» del que han resaltado la futura ley contra el desperdicio alimentario, un norma con la que podrían mejorar las existencias de las despensas y la propia relación con las cadenas de distribución y productores.
En total, durante el primer semestre del año los bancos de alimentos han distribuido 825.490 kilos menos de alimentos que el mismo periodo del año anterior. En 2023, los bancos de alimentos distribuyeron un total de 138.046 toneladas de alimentos entre las entidades sociales que atendieron a 1.187.976 personas, de las cuales el 15 % eran menores de edad.
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