Los caseros de Alex Batty aseguran que el menor no vivía con su madre y que quería «volver a la vida normal y a la escuela»
El adolescente decidió marcharse cuando su madre le anunció su intención de ir a Finlandia
Encuentran vivo en Francia al niño británico que desapareció hace seis años durante unas vacaciones en Málaga
Alex Batty, el niño británico que desapareció hace seis años en Marbella y que fue encontrado la semana pasada en Francia, vivió durante los últimos años en una casa rural sin su madre. Lo han confirmado Frédéric Hambye e Ingrid Beauve, los dueños de la vivienda en la que se había hospedado el menor.
En una carta destinada a las autoridades locales y a la prensa, los caseros de Batty explicaron que desconocían la identidad y el nombre real del adolescente, que decía llamarse Zach. No obstante, sí admiten que carecía de documentación y que no iba a la escuela.
«Somos Ingrid y Fred, los propietarios de la casa rural de la Bastide y, siguiendo las historias contadas en la prensa, queremos ofrecer algunas aclaraciones que permitirán al público comprender mejor nuestro papel en la historia de Alex Batty, a quien hasta el jueves pasado llamábamos Zach», señalan en la carta.
En el escrito cuentan que Batty llegó al alojamiento por primera vez a finales del otoño de 2021 acompañado por su abuelo y su madre. «Estaba buscando un lugar donde quedarse y le ofrecimos quedarse con nosotros durante unos días o semanas en una fórmula tipo 'WorkAway' en la que él contribuía al mantenimiento de la casa rural (jardín, ayuda de cocina) a cambio de alojamiento y comida», han señalado.
Según su relato, el menor tenía libre acceso a la nevera y a la comida, le encantaba cocinar, era cuidadoso y siempre estuvo dispuesto a participar en la vida de la casa rural cuando estuvo allí. «Los domingos nos acompañaba al mercado y quedaba con su madre. Él era parte de nuestra familia y tenía buenas relaciones con nuestros hijos. Disfrutamos del tiempo juntos en verano, montando en bicicleta, visitando la playa, etc», detallan.
Batty se quedó en el alojamiento durante períodos «más o menos largos», ya que se fue en varias ocasiones para ver a su madre en algunos de los lugares donde residía. «No tuvimos mucho contacto con su madre y ella nunca vivió en la casa rural de la Bastide. Hasta donde sabemos, ella estaba buscando un lugar para vivir en una comunidad», señalan.
Este verano el menor regresó al alojamiento y se quedó allí hasta que decidió marcharse. «Creemos que apreció la estabilidad y seguridad que representamos para él. Tenía una habitación para él solo, acceso ilimitado a Internet y era completamente libre de entrar y salir cuando quisiera», indican en la carta.
Al parecer, Batty, a quien el fiscal adjunto de Toulouse (al sur de Francia) describe como alguien de «inteligencia viva y muy tranquilo», decidió marcharse cuando su madre le anunció su intención de ir a Finlandia.
La pareja asegura que quería ayudar a Batty y que incluso le animaba para aprender francés y retomara los estudios. «Le ayudamos a encontrar una escuela donde pudiera ser admitido sin educación previa. Mostró cierta aptitud para los ordenadores. Estaba ansioso por ir a la escuela y volver a una vida normal y para eso necesitaba su identificación, que nos dijo que ya no tenía», explican.
Los dueños de la casa rural destacan en el comunicado que cuando supieron que no tenía identificación se ofrecieron a llevarlo al consulado británico, pero que él quería hacerlo por su cuenta.
«Le reiteramos que siempre sería bienvenido y que si era necesario, estábamos allí para ayudarlo. El resto, así como su nombre real y su historia completa, lo descubrimos en la prensa a principios de esta semana. Le deseamos la mejor de las suertes», concluyen.
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