La historia del terrorismo en España será materia obligatoria en la Selectividad común del PP

¿Qué significa esto en la práctica? Si nos fijamos, por ejemplo, en una materia como Historia, hasta la fecha, cada comunidad se evaluaba de un periodo histórico concreto: había regiones que abarcaban de la prehistoria hasta la Transición, otras que arrancaban en la Guerra de la Independencia, y algunas que únicamente se examinaban del siglo XIX o el XX. Esto ya no será así en Andalucía, Aragón, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Islas Baleares, La Rioja, Madrid, Murcia y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

En estas regiones, y como figura en el borrador, los estudiantes tendrán que conocer las etapas cronológicas de la Historia de España desde la prehistoria a la actualidad y, por ejemplo, en el estudio del siglo XX «analizar el peligro de la discordia, las amenazas contra la libertad, el enfrentamiento violento entre los españoles y el terrorismo». Es decir, estudiarán los actos terroristas de ETA o incluso el atentado del 11-M en Madrid. También en esta asignatura será un criterio de evaluación «referir el papel que han representado las creencias religiosas y la Iglesia católica en la historia de España hasta el presente, así como de las minorías religiosas, sobre todo en la edad media y moderna».

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Pero no sólo en Historia se armonizarán los contenidos evaluables, sino, como decíamos, en todas las materias troncales. Los populares lo han denominado «matriz de especificaciones», un pacto que obliga a las autonomías a preguntar por los mismos contenidos en las 15 asignaturas que pueden escogerse en la fase obligatoria, aunque no para las 24 por las que se puede optar en la fase voluntaria.

Estas 15 asignaturas armonizadas para todo los estudiantes que estén matriculados en comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular son: Análisis musical, Artes Escénicas, Ciencias Generales, Historia de España, Historia de la Filosofía, Latín, Lengua Castellana y Literatura, Alemán, Francés, Inglés, Italiano, Portugués, Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales y Matemáticas.

 En lo que se refiere a la estructura, la prueba de acceso constará de cuatro ejercicios (cinco en las comunidades con lengua cooficial) sobre las siguientes materias: Lengua Castellana y Literatura II, y en su caso, Lengua Cooficial y Literatura II; Historia de España o Historia de la Filosofía (a elección del alumno); Lengua Extranjera II (alemán, francés, inglés, italiano o portugués) y una materia específica obligatoria del segundo curso de Bachillerato de la modalidad que escogiera el alumno (Artes, Ciencias y Tecnología, Ciencias Generales o Humanidades y Ciencias Sociales).

La nota final se calculará como hasta ahora: la fase general supone un 40%, la media de Bachiller un 60% y a esta calificación (sobre 10) se puede sumar la nota ponderada de dos materias de la fase voluntaria, aquellas en las que el alumno haya obtenido mejor resultado. Lo novedoso de este último borrador del Partido Popular sobre el que las comunidades trabajarán para la elaboración de los modelos definitivos es, como adelantábamos, la uniformidad de los contenidos obligatorios.

Sin embargo, en este documento también se recuerdan algunas de las características de la prueba que ya habían adelantado los populares: cada examen tendrá una duración máxima de 90 minutos, cada materia tendrá un modelo único de ejercicio (no se podrá escoger entre dos opciones evitando así que el alumnado prepare sólo una parte del temario) y se unificarán los criterios de corrección. Las faltas de ortografía penalizarán -0,10 de la nota hasta un máximo de un punto en todas las materias, a excepción de Lengua y Literatura, donde la penalización por falta es de -0,25 y podrá restar hasta 2 puntos.

También se especifica que las respuestas abiertas o semiconstruidas tendrán que tener un alcance del 70% de la nota como mínimo y, además, se indica que la comisión organizadora tendrá que aprobar el uso de materiales auxiliares como diccionarios o calculadoras.

En cuanto al idioma en el que se puede realizar la prueba, el borrador explicita que en las comunidades gobernadas por el PP en las que hay lengua cooficial (Baleares, Galicia y Comunidad Valenciana) el alumno podrá escoger en cuál de las dos lenguas responde al examen. Exceptuando, como es lógico, el examen de Lengua Castellana y Literatura, el de la lengua cooficial o el de las lenguas extranjeras. Está capacidad para escoger, como ha podido comprobar este diario, ya se había permitido en la Selectividad de cursos anteriores, que ahora volverá a denominarse PAU (Prueba de Acceso a la Universidad).

En este documento del Partido Popular, que está fechado en octubre, se hace alusión a la norma aprobada en verano por el Gobierno (RD 534/2024) y se recuerda que «en el propio real decreto se indica que en el acceso y admisión a las enseñanzas universitarias oficiales de Grado se respetarán los principios de igualdad, mérito y capacidad».

De esta forma, los populares dejan constancia en el borrador que con su propuesta de PAU común –que no única– estarían cumpliendo con la normativa estatal. En este sentido, también se hace alusión al «diseño competencial de los ejercicios», que se refiere a las preguntas más reflexivas y de razonamiento, uno de los cambios principales impulsados por el Ministerio de Pilar Alegría. El Gobierno había establecido que los exámenes tendrían que tener al menos un 20-25% de estas preguntas. El PP lo cumplirá, aunque sí indica que siempre según los contenidos comunes pactados, lo que llaman su «matriz de especificaciones».

Ya en julio, los populares habían dejado clara su voluntad de poner en marcha una Selectividad «no más dura, sino más justa». El principal partido en la oposición considera que en la propuesta de la PAU única de los socialistas «lo único que cambia es el nombre y pone un mínimo de un 10% a las comunidades para calificar con criterios de corrección».

Las concreciones del plan del PP para una PAU armonizada llegan después de conocerse la propuesta de un calendario común (los días 3, 4 y 5 de junio) por parte de las universidades españolas, otro de los cambios en los que más había insistido el partido de Alberto Núñez Feijóo. Ahora, culmina con la homogeneidad de contenidos y criterios de corrección.