El 'experimento' Al-Jaber: el magnate del petróleo que dirige las negociaciones climáticas
Definido como «un buen tipo», el emiratí ejerce el liderazgo de la COP28 bajo una constante polémica por un posible conflicto de intereses
El presidente de la COP28 se defiende: «Me sorprenden los constantes intentos de socavar mi trabajo»
Para el sultán Al-Jaber, no hay ninguna contradicción en ser al mismo tiempo director de una empresa petrolera y diplomático climático. Para demostrarlo, ha puesto en marcha un enfoque nuevo en la Cumbre del Clima de 2023 , el encuentro mundial para luchar ... contra el cambio climático. Como director ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi (Adnoc) y líder de la COP28 ha incluido a la industria del petróleo y el gas en la cita internacional. Argumenta que no puede haber una transición ordenada hacia una economía baja en carbono sin contar con el sector. Pero su enfoque ha generado polémica entre quienes desconfían de sus intenciones: «¿Nos toman por tontos?», resumió el exvicepresidente de EE.UU., Al Gore, sobre los movimientos de la industria fósil.
Esta visión polarizada ha planeado sobre la Cumbre del Clima desde hace meses. Primero fue la elección del país en el que tendrían lugar las conversaciones: el productor de petróleo Emiratos Árabes Unidos. Después llegó el nombramiento de Al-Jaber al frente del encuentro internacional. El puesto, que el país anfitrión suele adjudicar a un funcionario (habitualmente un ministro), tiene un papel primordial a la hora de priorizar objetivos y encarrilar las negociaciones para que casi 200 países se pongan de acuerdo.
Al-Jaber, nacido en 1973 en Umm al Quwain, ingeniero químico de carrera y doctor en negocios y economía, goza de una buena reputación por sus sofisticadas habilidades en negociaciones políticas y comerciales. Se expresa con claridad y ha estudiado en Estados Unidos y Reino Unido.
En su país destaca por la cantidad de altos cargos que acumula. Además de ministro de Industria y Tecnología Avanzada de Emiratos Árabes Unidos, dirige Adnoc desde 2016. Bajo su mandato, la compañía estatal prevé aumentar la capacidad de producción de crudo a cinco millones de barriles al día para 2027, algo que parece chocar con la lucha contra el cambio climático.
Sin embargo, Al-Jaber se mueve entre aparentes contradicciones de forma habitual. Es el enviado especial de EAU para el cambio climático, cargo que ocupó de 2010 a 2016 y que asumió nuevamente a partir de 2020. Antes de pasarse a la compañía petrolera, fue el primer director ejecutivo de Masdar, la empresa de energía renovable de Abu Dabi, que tiene ahora inversiones en más de 40 países y que ahora preside.
En este puesto Al-Jaber conoció a Olafur Ragnar Grimsson, entonces presidente de Islandia. «Me dijo que tenía la visión de que quería hacer de Abu Dabi un centro para la transformación de las energías renovables», contó Grimsson a Reuters. «A primera vista, era una propuesta casi absurda. Pero había algo en sus ojos y en su entusiasmo que me hizo creer que hablaba en serio».
«Un buen tipo»
Frente a las críticas que ha despertado entre los grupos ecologistas su nombramiento al frente de la COP28, los representantes de otros países han sido cautos. Para el enviado climático de EE.UU., John Kerry, tener a un país petrolero al frente de la COP28 «puede funcionar o no», reconoció a la revista ‘Time’. «Algunos podrían calificar de ‘experimento’ el hecho de que una entidad productora de petróleo y gas sea sede de la COP. Ésa es la gran pregunta», dijo.
En realidad, Kerry ha arropado durante meses a Al-Jaber, al igual que otros líderes. El ministro de Net Zero de Reino Unido, Graham Stuart, lo describió como «un individuo excepcional». Incluso para Al Gore se trata de «un buen tipo»: «Es inteligente. Pero un conflicto de intereses es un conflicto de intereses», explicó.
Las filtraciones de las últimas semanas han ensombrecido el papel del emiratí. Primero fue la BBC quien aseguró que tenía planes de negociar acuerdos sobre combustibles fósiles con 15 naciones durante la COP28. Después, un vídeo hecho público por 'The Guardian' mostraba a Al-Jaber defendiendo que no está tan claro que haya que reducir el petróleo: «Soy objetivo y respeto la ciencia, y no hay ninguna ciencia, ni ningún escenario, que diga que la eliminación gradual de los combustibles fósiles es lo que va a lograr el 1,5º C».
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Este lunes, un día después de la polémica, Al-Jaber se ha defendido: se trata de «una declaración fuera de contexto«, que ha obtenido «máxima cobertura». En su defensa, los éxitos cosechados los primeros días de la cumbre. Ha sido la primera vez en la que se ha visto un acuerdo el primer día, con el fondo para compensar a los países vulnerables de los estragos del cambio climático. También ha movilizado 57.000 millones de dólares. Y ha logrado que 55 compañías de petróleo y gas se comprometa a eliminar todas sus emisiones de metano para 2030 y que sean cero emisiones netas para 2050. Para Al-Jaber, su enfoque es realista.
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