Adiós a lo 'queer', esta legislatura toca maternidad: el Ministerio de Igualdad se transforma
Ana Redondo decide «cambiar la mirada y situar en el centro del debate público» un tema relegado por el anterior equipo: «La conciliación nos concierne a todos»
El efecto bumerán de las políticas de Igualdad entre los adolescentes

El Ministerio de Igualdad siempre camina en un difícil equilibrio. Hace malabares para no perder comba con los miembros de un colectivo, el LGTB, al que defiende en la búsqueda de esa igualdad; pero también se debe a la representación mayoritaria –la mitad más uno ( ... el 51%)– de la población española, que son mujeres (dentro y fuera del colectivo). Y aun esto, que resulta tan básico, parecía olvidado la pasada legislatura.
Desatendido cuando menos, al decir de varias asociaciones de mujeres y de familias. En la búsqueda de igualdad de oportunidades y la reducción de las brechas que todavía existen, si hay un tema nuclear que afecta a muchas mujeres es la maternidad y cómo se compaginan los cuidados de los hijos con las profesiones de ambos progenitores. Pero durante el pasado mandato lo 'queer' impregnó y hasta fagocitó las principales políticas de acción,las campañas de publicidad, así como los planes donde se volcaron más esfuerzos desde este ministerio.
Por simplificar mucho, lo 'queer' encuadra a una parte de quienes no se ven representados en lo estándar, lo que se sale de lo común o de la norma; así surgió la corriente en EE.UU. en el terreno de quienes no se identificaban con orientaciones sexuales como la heterosexualidad o la identidad cisgénero. Las personas lesbianas, gais, bisexuales y transgénero pueden –quizás– identificarse con el término 'queer'. Pues bien, con el equipo de Irene Montero hubo una directriz casi única para integrar la teoría 'queer' y conseguir así «dar voz a todos los que no se sentían representados». Ese mandato cristalizó más que en ninguna otra cosa en el empeño por sacar adelante la ley Trans y, al mismo tiempo, generó una ola de indignación entre esas asociaciones de madres y familias por el ninguneo que ello acarreó a sus peticiones, y entre el feminismo más tradicional porque entendieron que rompía ese equilibrio y se inclinaba hacia un solo grupo, marginando a la mayoría de las mujeres.
El auxilio a la maternidad (y, por ende, a la natalidad, que se hundió hasta el mínimo histórico en 2023, como acaba de reflejar la última Estadística Continua de Población del INE, del pasado jueves) se redujo a unas pocas medidas «cosméticas» como la APP 'Me Toca', para poner en un nivel las labores domésticas desempeñadas por hombres y mujeres; o iniciativas como el Plan Corresponsables, presupuestado con 190 millones de euros desde 2021 para crear una red de profesionales de cuidadores de menores de 14 años, que atiendan a estos mientras los progenitores trabajan. Al decir de las entidades conocedoras del programa, es una primera piedra que se ha puesto en marcha a un ritmo muy desigual según el lugar donde se vive (lo aplican autonomías y municipios) y se ideó pensando sobre todo en hogares 'monomaternales', término con el que cierto activismo feminista denomina a las familias monoparentales encabezadas por una mujer (único progenitor). Las vidas de estas madres, asfixiadas por la inflación y la falta de medidas más efectivas, tampoco mejoraron mucho en la última legislatura con dicho plan, opinan las mismas voces críticas.

«Sin conciliación no hay igualdad posible»
Laura Baena
Presidenta de la Asociación Yo No Renuncio y del Club Malas Madres
El pasado miércoles 14 quedó de manifiesto la falta de una estrategia clara en torno a la conciliación en el Ministerio de Igualdad. Desde el departamento se apremió a convertirlo en un asunto que «nos concierna a todos» y que esté en el epicentro de la acción de gobierno, en palabras de la ministra Ana Redondo. La titular socialista lo decía después de reunirse con Laura Baena, presidenta de la asociación Yo no Renuncio y el Club de Malas Madres. Hablaban al alimón de un viraje tan determinante como necesario en las líneas de actuación del Ejecutivo: «Urge un cambio de mirada».
La prostitución, luego
Y es que para Baena y otras cientos de madres allí representadas siempre se habla de lo transversal que es la igualdad y nunca se empieza por intervenir en lo transversal que es la maternidad. Redondo prometió en esa reunión incorporarla a la hoja de ruta que el ministerio está definiendo para toda la legislatura. En esa planificación, por cierto, y según ha vuelto a recordar en ABC la otrora gurú de Igualdad en el PSOE, Carmen Calvo, no puede dejarse fuera la abolición de la prostitución y la ilegalidad de los vientres de alquiler, que lleva comprometiendo el partido en todos sus congresos generales; el último, el celebrado en La Coruña.
En concreto, el giro en las políticas de Igualdad se tiene que plasmar, a juicio de Baena, en un Plan Nacional, en la formación de una subcomisión en el Congreso de los Diputados que escuche a voces expertas y leyes de familia que potencien la conciliación como asunto mollar. La ministra redondeó: «Hay que ponerlo en el centro del debate público, en las empresas, sindicatos, instituciones y por supuesto en la política».
Baena considera esa intención importante: Igualdad les trasladó que abre un nuevo campo de actuación, si bien la presidenta de Yo no Renuncio asegura que estarán vigilantes durante la legislatura para que se cumpla ese compromiso dado. No se conformarán con «parches» como la extensión de permisos aprobada en el Real Decreto-ley de 29 de junio de 2023 (que sigue la orden dada por Europa en una directiva de 2019), que solo consiguen que una mujer «se ausente» de su trabajo cuando un hijo enferma, subrayan las asociaciones consultadas, sino que hay que «conseguir que el mercado laboral cambie, sea flexible y la sociedad considere el trabajo reproductivo no un obstáculo, sino un valor», dice Baena. Además –denuncia a ABC–, esos permisos de cuatro y cinco días por enfermedad o emergencia grave han generado cierto «colapso» porque muchos padres están viendo cómo se les deniega por parte de las empresas.
La natalidad, hundida al mínimo histórico
Un 3% menos de bebés
El coordinador del Observatorio Demográfico del CEU, Alejandro Macarrón, pone en contexto que de los 321.000 menores de un año de edad que viven en España (a enero de 2024), 95.000 son hijos de madres inmigrantes, lo que marca un nuevo mínimo. Son un 3% menos de bebés que un año antes. En los primeros once meses de 2023 nacieron 294.854 niños, 6.504 menos que en el mismo periodo de 2022.
Más medidas
Las medidas para extender permisos de cuidados o de los progenitores están bien, pero no servirán para dar un vuelco a la situación. Las asociaciones en apoyo de la maternidad han pedido una subcomisión en el Congreso de los Diputados que escuche a expertos de esta materia y extraiga una hoja de ruta con políticas sólidas y decisivas. También un Plan Nacional de Conciliación y leyes de familia que no sean abstractas.
Menos parches
El Plan Corresponsables de Irene Montero consignó 190 millones de euros desde 2021 a 2024. Si bien es cierto que Montero embarró su utilidad con frases como las madres quieren tomar un café con las amigas, o ir al teatro, el objetivo era dar un soporte con una red de cuidadores profesionales a las madres de niños menores de 14 años que trabajan. Su aplicación ha sido muy desigual según la zona.
En nombre de cientos de madres, la entidad entregó a la ministra vallisoletana las cartas de mujeres que encontraron demasiadas dificultades cuando fueron madres o estaban gestando. Algunas de ellas quisieron hacer públicos sus testimonios ofrecidos a Ana Redondo. Ainhoa cuenta a la ministra cómo, trabajando para una compañía inglesa, sufrió un aborto, no cogió ni un día de descanso y cuando volvió a comunicar que estaba embarazada, su responsable le preguntó 'si esta vez era de verdad'. No habían pasado tres meses cuando la empresa decidió modificarle el contrato y reducir su colaboración significativamente. Ainhoa escribe con inquietud: «Salgo de cuentas en poco tiempo y a la vuelta de la baja no sé qué será de mi vida».
Lo mismo que Marta Isabel o Noelia. Ambas comentan las dificultades que les pusieron sus respectivas empresas para adoptar cambios en su jornada laboral y poder recoger a los niños del colegio. O llevarlos al pediatra. En algunos circuitos profesionales –denuncian las más de mil autoras de las misivas– no hay flexibilidad ni comprensión hacia las trabajadoras si, además, tienen hijos.
Ainhoa sufrió un aborto, no cogió ni un día y cuando comunicó que estaba de nuevo embarazada, su jefe le preguntó 'si esta vez era de verdad'
Las denunciantes llegaron a ser 300.000, el volumen de firmas entregadas en pandemia a representantes del Gobierno, como Yolanda Díaz o José Luis Escrivá. Todas esas madres de familia se veían entre la espada y la pared cuando un niño contraía Covid y debían teletrabajar, en una época de muchas dudas en que no sabían bien a qué atenerse. «El problema es que no hay ningún ministerio a los mandos del tema conciliación –incide Baena–. Tiene que ser el de Igualdad el que abandere un asunto que es esencial».
MÁS INFORMACIÓN
Baena renunció a su carrera hace nueve años y entonces fundó la asociación. Desde entonces, miles de mujeres se alinean con sus peticiones. «Ningún gobierno debe consentir que una mujer renuncie a su trabajo y su sueldo cuando se convierte en madre. Hay una emergencia nacional, que es la de la natalidad, y sin conciliación no va a haber igualdad posible«. Esté el ministro que esté al frente, infiere. »Nos hemos sentido y nos sentimos abandonadas –trasladó a la ministra–. Nos hemos visto empujadas a renunciar cuando somos madres y es por la falta de medidas efectivas«. »¿Quién cuida de las madres? –reta ella y las integrantes de su club–. Necesitamos un Gobierno que se implique de una vez por todas«.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete