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Adiós al carbón antes de 2035: la cumbre del G7 alcanza un histórico acuerdo en Turín

Crean una plataforma para apoyar el lanzamiento de la energía nuclear de nueva generación

Fuertes medidas de seguridad en Turín durante la celebración del G7 de Medioambiente

El ministro de Medio Ambiente y Energía italiano, Gilberto Pichetto Fratin (centro), junto a sus homólogos canadiense, Steven Guilbeault (iz.) y japonés, Ken Saito, durante la presentación del acuerdo AFP
Ángel Gómez Fuentes

Ángel Gómez Fuentes

Corresponsal en Roma

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Los siete países más industrializados del mundo, los que forman el G7, han dicho adiós al carbón entre 2030 y 2035, al tiempo que se comprometen a la reducción del plástico dentro del 2040. Existe el compromiso de «eliminar gradualmente la generación de energía con carbón durante la primera mitad de la década de 2030 o en un periodo coherente con el mantenimiento del aumento de temperatura dentro de un grado y medio», se indica en el documento final hecho público en la tarde del martes.

Es un paso histórico el que se ha dado en la cumbre 'Clima, energía y medio ambiente', celebrada el lunes y martes en Turín. Los ministros de Medio Ambiente del G7 lograron superar las resistencias de algunos países, en especial de Alemania y Japón, los más críticos. Se llegó así a un compromiso en el que los siete grandes están de acuerdo, tanto los que siguen apoyando el uso del carbón como una fuente de transición. como los que, caso de Francia, piden un calendario más estricto para el abandono definitivo del lignito.

El ministro de Energía del Reino Unido, Andrew Bowie, entusiasta por el acuerdo, llegó a calificarlo como increíble: «Este es un acuerdo histórico, teniendo en cuenta que no logramos alcanzar el objetivo en la COP28 en Dubai el año pasado. Así que poder tener a los países del G7 alrededor de la mesa, enviando una señal al mundo de que las economías avanzadas están listas para abandonar el carbón, es increíble».

Cabe destacar que todas las economías del G7, con excepción de Japón, hace tiempo que se embarcaron en el camino para liberarse de los combustibles fósiles más contaminantes. Por ejemplo, el ministro italiano del Medio Ambiente y Seguridad Energética, Gilberto Pichetto Fratin, confirmó que para la Italia continental liberarse del carbón es cuestión de meses, mientras en Cerdeña se pospone hasta 2027. «Podríamos cerrar las centrales eléctricas de Civitavecchia y Brindisi en 2024», afirmó el ministro. «Estábamos listos en septiembre pasado, pero luego lo pensé mejor, temiendo que pudiera pasar algo a nivel geopolítico. Y, de hecho, poco después se produjo el 7 de octubre y la crisis en el Estrecho de Ormuz».

También se destacó el esfuerzo para «una reducción del 75% en las emisiones globales de metano provenientes de combustibles fósiles, incluso reduciendo la intensidad de las emisiones de metano provenientes de operaciones de petróleo y gas dentro del año 2030». Los países del G7 también presionan para «apoyar la triplicación de la capacidad mundial de energías renovables».

Plásticos y energía nuclear

Importantes han sido también los avances en la lucha contra el plástico: «El G7 reconoce por primera vez que el nivel de contaminación por plástico es insostenible. El G7 se compromete a reducir la producción global de polímeros, con el objetivo de acabar con la contaminación plástica para el 2040». Se sugieren acciones concretas, que podrían incluir «establecer criterios o requisitos mínimos para el diseño de los productos, incluida la durabilidad, la reutilización, la reparación y el reciclaje». También se planteó la necesidad de «abordar el problema de los productos plásticos innecesarios, problemáticos y evitables, incluidos los plásticos de un solo uso, así como polímeros y productos químicos preocupantes, y reducir los plásticos no reciclables».

El G7 ha creado una plataforma para apoyar el lanzamiento de energía nuclear de nueva generación. El párrafo más alentador está dedicado a la fusión, considerada prometedora, más que a la fisión clásica. «Para aquellos países que opten por utilizar la energía nuclear o apoyar su uso», existe el compromiso de «promover el despliegue responsable de tecnologías de energía nuclear, incluidos reactores avanzados y pequeños reactores modulares, como los microrreactores, y trabajar colectivamente para compartir las mejores prácticas nacionales».

Entre los capítulos a compartir se destacan la gestión responsable de residuos, el consentir un mayor acceso a herramientas de financiación de proyectos, apoyar la colaboración del sector, diseñar procedimientos de concesión de licencias y fortalecer la coordinación en el desarrollo de proyectos comerciales entre los miembros del G7 y los mercados terceros». El objetivo es, pues, lograr colaboraciones internacionales para potenciar el desarrollo de las centrales de fusión, «fomentando un aumento de las inversiones privadas y de la participación pública».

Coalición del agua

En Turín nació «la Coalición del G7 por el Agua». Los ministros explican en el documento final que la Coalición «tiene el propósito de identificar objetivos y estrategias comunes para hacer frente a la crisis mundial del agua, integrando el problema y su relevancia intersectorial de manera efectiva en los foros y procesos existentes». En definitiva, se pretende dar una mayor atención política a nivel mundial a la crisis del agua, aumentando la influencia del G7 sobre el problema, al tiempo que se realizan otras iniciativas globales».

Una de las claves para afrontar la transición energética es la ayuda económica que se ha de ofrecer a los países en desarrollo. En el documento final de la cumbre del G7 se reconoce que en este capítulo, no basta con cientos de miles de millones: se necesitan millardos. El verdadero problema será entender cómo encontrarlos. Los ministros del Ambiente han estudiado las modalidades para hacer viable y estructural la ayuda a los países más pobres y vulnerables por el cambio climático. «Por el momento es algo muy voluntario, hace falta aún definir los confines del sistema de contribuciones economías», dijo el ministro italiano del Ambiente.

Para los ambientalistas radicales, los acuerdos de Turín no son suficientes. En la capital del Piamonte hubo una manifestación de protesta de unas 700 personas contra la cumbre. En una hoguera se quemaron carteles con las fotos de los líderes de los siete países del G7: Giorgia Meloni, Joe Biden, Emmanuel Macron, Olaf Scholz, Rishi Sunak, Justin Trudeau y Fumio Kishida.

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