Una polémica aplicación garantiza el sexo consentido en Dinamarca
Funciona como una aplicación de pagos, pero en lugar de dinero se envía un consentimiento al teléfono de la persona elegida
Desde el pasado 17 de diciembre es obligatorio en Dinamarca el consentimiento explícito en las relaciones sexuales . Si no consta ese consentimiento explícito, nada evitará que la relación pueda ser considerada violación. Esto ha llevado a las parejas a la búsqueda de recursos ... para hacerse con esa constancia y el más popular de ellos hasta ahora es una aplicación gratuita que se descarga en los teléfonos móviles bajo el título IConsent y que permite tanto otorgar como recibir el consentimiento para una única relación sexual que expira 24 horas después de haberse enviado. También ofrece la opción de retirar el consentimiento después de otorgarlo y sin que haya expirado ese plazo.
Funciona como una aplicación de pagos , pero en lugar de dinero se envía un consentimiento al teléfono de la persona elegida. El usuario introduce el número de teléfono móvil de la persona con la que desea mantener una relación sexual, se envía la solicitud y a continuación el destinatario de la oferta tiene que aceptarla o rechazarla. De esta manera, la aplicación crea un contrato digital encriptado y almacenado. Conecta a dos partes a través de sus números de teléfono y les permite completar una transacción que autoriza el sexo. Los desarrolladores de la aplicación esperan « convertir el consentimiento digital en la norma, evitando así malos entendidos y abusos», pero el hecho es que, después de las primeras semanas de su expansión y uso, está recibiendo severas críticas. Desde el punto de vista legal, los juristas advierten de su dudoso valor ante un tribunal. «En 24 horas pueden pasar muchas cosas y una persona puede cambiar de idea sobre una relación sexual en solo un instante», dice el abogado Morten Bjerregaard, «por no mencionar que se puede coaccionar y obligar a una persona a que haga un touch en un móvil autorizando algo que en realidad no desea».
«Lo mejor que se puede decir sobre esta aplicación es que ejemplifica la creencia ingenua en la tecnología y su triste visión de seres humanos que prevalece en algunos círculos de la sociedad», ha escrito Mikkel Flyverbom, profesor de la Copenhagen Business School y miembro del Danish Data Ethics Council (Dataetisk Råd), « como si todos los desafíos sociales complejos y las interacciones humanas pudieran reducirse a unos pocos puntos de datos y pulsaciones de botones con las supuestas aplicaciones inteligentes». «Todo queda reducido a un contrato estándar, sin siquiera enfoque respecto al género, la sexualidad y no digamos los sentimientos», se ha quejado Lene Stavngaard, responsable del gobierno danés de Sexo y Sociedad, «no garantiza el cosentimiento, más bien es peligrosa y a mí personalmente me parece asquerosa».
La presidenta de la asociación danesa de planificación familiar «Sex og Samfund», ha declarado por su parte que «esta aplicación habrá sido desarrollada por personas que han estado durmiendo durante los años que ha durado el debate sobre la ley de consentimiento » y ha focalizado su extensa crítica, para resumirla en pocas palabras, en que «una relación sexual no es un contrato». «La ley no estipula que haya que firmar un contrato, eso está en las antípodas del espíritu de la ley», explica Jesper Bay-Hansen, sexólogo clínico danés, «lo que pretende la ley es más bien que las personas se escuchen más unas a otras, que hables más entre ellas y sean sensibles a más matices, claro que eso es muy difícil que lo consiga una ley».
Pero incluso quienes no consideran que esta aplicación sea precisamente la panacea del sexo libremente consentido, l a utilizan con el objetivo de «cubrirse las espaldas» . «Esta nueva ley es una copia de la ley sueca, que entró en vigor en 2018 y ha hecho aumentar hasta un 75% las condenas por violación», dice Joachim, un joven danés que se ha descargado IConsent y que intenta utilizarla con sus parejas. «Es un poco tenso, el momento en el que te disculpas por anticipado y le pides que te envíe una prueba de consentimiento, corta bastante el rollo, pero creo que es necesario cubrirse las espaldas porque de lo contrario quedas a expensas de cualquier denuncia malintencionada. Y, que yo sepa, no hay otra manera de obtener una prueba de consentimiento».
Para muchos otros daneses, el problema es la privacidad . El hecho de que cualquier contacto sexual quede registrado resta intimidad a las relaciones y no es aconsejable para relaciones clandestinas o en el caso de infidelidades. «La aplicación presenta muchos problemas, es cierto, y la misma ley es imperfecta, porque por ejemplo no es totalmente clara en su comentario acerca de que la pasividad no puede considerarse consentimiento. Pero sigue siendo un paso enorme para Dinamarca», insiste Anna Błuś, investigadora de Amnistía Internacional sobre derechos de las mujeres, que recuerda que, en 2014, la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea publicó un informe según el cual una de cada diez mujeres de quince años en adelante ha sufrido algún tipo de violencia sexual y una de cada veinte mujeres de más de quince años ha sido violada, lo que significa nueve millones de mujeres.
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