La peor sequía de Sevilla en los últimos 30 años
Los embalses se sitúan ya por debajo del 40% de su capacidad y se han acumulado en 2023 tan sólo 43 litros
El pasado mes de marzo ha sido el segundo más cálido y el noveno más seco de la historia en la provincia
Once de cada cien litros de agua se pierden en Sevilla por las fugas
![Imagen actual del pantano de Aracena, al 25%, uno de los seis que abastece a Sevilla](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/04/24/PANTANO-DE-ARACENA.jpg-RLLhjsmNeMrY0bCSwmPaX3K-1200x840@abc.jpg)
Sevilla se seca. Y todo apunta a que seguirá secándose a no ser que la lluvia lo impida. A día de hoy, los embalses sevillanos que abastecen a la capital y su área metropolitana se encuentran en una situación bastante preocupante, al rebajar ... ya el 40% su capacidad.
Como referencia, se puede señalar que en junio del pasado año estaban al 50%, por lo que han perdido diez puntos en diez meses. Este porcentaje supone el nivel más bajo desde hace casi tres décadas, cuando se vivió el último período de sequía en la provincia de Sevilla, entre los años 1992-1996.
Y las perspectivas no son nada halagüeñas porque no está lloviendo como se necesita. De hecho, las estadísticas así lo indican y dicen que el pasado mes de marzo ha sido el segundo más cálido, con 15,7 grados de media, desde 1961 —primer año en que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) guarda datos meteorológicos del país— con una anomalía térmica de +1,8 grados, siendo el de 1997 el más cálido de todos con 16,5 grados y unas anomalías de +2,6 grados. Las medias a las que se refieren estas anomalías es de 13,9 grados del período de referencia 1991-2020.
A ello hay que añadir que además, marzo de 2023 ha sido el noveno más seco de la historia, con 15 litros, siendo el marzo de 1997 el que se sitúa en el primer nivel de estas estadísticas de precipitaciones sin ningún litro registrado, según los datos facilitados a ABC por Juan de Dios del Pino, físico y portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología en Andalucía, Ceuta y Melilla.
Sevilla necesita cada año hidrológico 140 hectómetros cúbicos y en el actual sólo van 64 hm3
Este arranque de año también ha dejado poca lluvia en los dos primeros meses y unas temperaturas superiores a lo normal. Así, en enero la media fue de 10,3 grados —el 18º más cálido desde 1961— con una anomalía de 0.6 grados, siendo el 15º enero más seco de la historia, con 26,5 litros. Por su parte, febrero dejó una media de 15,7 grados, situándole como el segundo más cálido con anomalía de +1,8 grados) y el noveno febrero más seco con tan sólo 15 litros.
Estos datos estadísticos facilitados por Aemet tienen su paralelismo con el nivel actual de los embalses que gestiona Emasesa, para la capital y su área metropolitana, que cada día que pasa va reduciendo su volumen embalsado debido a la falta de precipitaciones. Tal y como recordó a ABC hace unos día Jaime Palop, consejero delegado de Emasesa, «estamos ante un año muy complicado, aunque las reservas que nos quedan si no lloviera más sería para año y medio».
Y todo apunta a unos guarismos bastante malos cuando finalice el año hidrológico, puesto que es en los primeros meses del año cuando se suele recoger, en períodos húmedos, una gran parte de la lluvia que llenan los pantanos.
La sequía afecta al campo sevillano, donde se podrían perder hasta 700 millones de euros con el arroz
«Actualmente, tenemos 260 hectómetros cúbicos recogidos y necesitamos cada año hidrográfico unos 140 de lluvia, de los que 40 se evaporan. En el año 22-23 del actual año hidrológico llevamos 64 hm3 y el año pasado fue peor, con 58», resume Palop, quien recuerda las campañas de ahorro llevadas a cabo por la empresa municipal del agua y que por lo menos hasta diciembre no se esperan cortes en el suministro del agua.
Unos cortes que sí fueron frecuentes en la anterior sequía importante en Sevilla (1992-1996), coincidiendo con la Expo de Sevilla, si bien por entonces no estaba construido el embalse de Melonares, que es el que en la actualidad recoge el mayor volumen de agua de las seis presas de Emasesa.
Pero este año no se registran por «la labor de concienciación puesta en marcha por Emasesa y a la respuesta positiva de la ciudadanía en el ahorro del agua, así como a todas las iniciativas de gestión de la sequía impulsadas por Emasesa, tal y como se ha recogido hace una semana tras la reunión del IV Plenario del Observatorio del Agua.
Pérdidas de 700 millones en los arrozales
Además, otro de los afectados de esta sequía es el campo sevillano. Muchos cultivos están a la espera de ver qué pasa con el tiempo para poder arrancar la campaña de siembra, como es ele sector de los arroceros —que se siembra en el Bajo Guadalquivir sevillano— y que podría conllevar pérdidas de hasta 700 millones de euros y que afectaría a miles de trabajadores, quienes esperan las lluvias de mayo para salvar la campaña.
Fue hace una semana cuando los arroceros sevillanos conocieron que no podrán sembrar este año las 27.000 hectáreas disponibles por falta de agua, sabiendo que los 1.286 metros cúbicos por hectárea aprobados en la Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) «no es compatible con el cultivo».
Esto sería el remate para un sector que lleva las dos últimas campañas sembrando el 50% y el 30%, respectivamente. No obstante, la CHG se ha comprometido a cambiar la dotación si antes del 15 de mayo, fecha de comienzo de la siembra, cambia la situación pluviométrica.
«Ya son dos campañas que no hemos podido sembrar el cien por cien. Así ha venido y así lo asumiremos», reconocían con resignación desde la Cooperativa del Bajo Guadalquivir.
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