Entrevista
Turismundo Campos, capataz de la patrona de Lora: «Me quedo con el cariño de Sevilla hacia la Virgen de Setefilla»
El hombre que comanda el paso del lucerito de la sierra, capataz e hijo de capataz, no puede contener la emoción al hablar de lo importante que es la Virgen de Setefilla en su vida
El capataz de Setefilla: «Los loreños no hemos venido a engañar ni a Sevilla ni a nosotros mismos»
![Turismundo Campos ante la Maestranza, uno de los puntos clave de la Magna](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/12/15/turismundo-campos-despiece-RpHUu25NcTNGpLEZAwIBMyO-1200x840@diario_abc.jpg)
Turismundo Campos, capataz de la Virgen de Setefilla, saltó a la esfera pública durante la Magna al ser la persona que comandaba las andas de la patrona de Lora durante la procesión del pasado domingo 8 de diciembre. Loreño y devoto del lucerito de la ... sierra por encima de todas las cosas, se emociona y no consigue contener las lágrimas hablando con este periódico acerca de su vínculo con la hermandad y con la Virgen, así como de lo importante que es Setefilla para él.
―Es capataz de la Virgen de Setefilla desde noviembre de 2023, es decir, desde hace un año. Un año muy intenso. ¿Cómo ha sido la experiencia?
―Ha sido un año especialmente intenso porque, si se cumple la vuelta de la Virgen desde el pueblo hasta su santuario el próximo 26 de enero, creemos que es la primera vez que procesiona cinco veces dentro de un mismo año. Además, con procesiones tan diversas como unas rogativas, que es una salida extraordinaria que a lo mejor se vive en Lora cada cuarenta años, o la de Sevilla, que es la primera vez que venimos en ocho siglos. Yo estoy muy contento, satisfecho y, sobre todo, agradecido a todo el pueblo de Lora por su colaboración continua y constante. Si no, no podría ser capataz de la Virgen. Estoy agradecido y feliz.
―No obstante, aparte del año que lleva como capataz, lleva junto a la Virgen toda su vida.
―Claro. Mi padre, Emilio Campos Naranjo, fue capataz durante muchos años. Eso lo vivimos en casa todos los días, aunque no fuéramos capataces porque éramos unos chavales. Después, una vez que mi padre se jubiló, entró Francisco Elena Pruna a sustituirlo. Un día me preguntó si me importaba echarle una manilla, y yo le dije que contara conmigo para lo que quisiera. Él era el capataz y yo en algunos momentos le ayudaba en lo que podía. El año pasado, por la edad y algunos problemillas de salud, decidió dejar esto, porque hay que estar fuerte. La junta de gobierno me llamó para proponérmelo y yo acepté con inmensa alegría.
―¿Con qué se queda de todo lo vivido la pasada semana?
Me quedo con que la Virgen de Setefilla ha sido muy querida en la ciudad de Sevilla tanto en los días que estuvo en la parroquia del Sagrario como en la misa del triduo del congreso y, por supuesto, en la procesión. La gente no dejó de rezar, aplaudir y dar vivas de principio a fin. Me quedo con el cariño de Sevilla hacia la Virgen de Setefilla.
―¿Qué significa la Virgen de Setefilla para usted? ¿Cómo la definiría en pocas palabras?
―Disculpa que me emocione. [Guarda silencio] Mi madre vive, pero Ella es mi madre del cielo. Es la que nos auxilia y la que nos ayuda a subsistir día a día, nos ayuda con todos los problemas y nos acompaña en todas las alegrías. Está presente en mi vida constantemente. Es difícil explicarlo con palabras. Es la pureza de lo sencillo, de lo humilde. Pase lo que pase, siempre está ahí. Algunas veces no encuentras explicación a muchas cosas, pero el tiempo te las da.
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