historia
«Con los Trastámara el Alcázar tuvo menor presencia real por no haber tanta actividad bélica en la frontera»
Rafael Sánchez Saus ingresa en la Academia de Buenas Letras con su discurso 'El Alcázar de Sevilla y los Trastámara. 1369-1477'
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![Rafael Sánchez Saus, en el centro de la imagen, rodeado por otros académicos de Buenas Letras](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2022/12/19/sanchez-saus-academiauno-ReszMpJYS5RngnMRkZ8UkCI-1200x840@abc.jpg)
El catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Cádiz Rafael Sánchez Saus ha tomado posesión el pasado domingo de su cargo como académico numerario en la Real Academia Sevillana de Buenas Letras con un discurso titulado 'El Alcázar de Sevilla y los Trastámara. 1369-1477'. Tras su intervención ha sido contestado por el también académico Antonio Caballos Rufino.
Sánchez Saus fue elegido como académico a principios de este año. «Para mí es un honor haber ingresado en esta academia», comenta a ABC. «Se lo agradezco mucho a los académicos porque, además, mi elección fue por unanimidad, algo que se da muy poco. Este ingreso es muy importante para mí, ya que yo me formé en Sevilla, aunque siempre he estado vinculado a la Universidad de Cádiz y durante algunos años a la Universidad CEU-San Pablo de Madrid. Es un orgullo muy grande y una culminación de mi carrera».
Comenta este medievalista que «quería ofrecer un discurso de tema sevillano, pero también que fuera medieval. La historia del Alcázar en el siglo que abordo —desde 1369 a 1477— es un periodo poco conocido en comparación con la época anterior de Pedro I y, sobre todo, con la posterior de los Reyes Católicos».
Aun así, subraya este catedrático la idea de que «el Alcázar jugó un papel importante en ese siglo como residencia regia, aunque no tanto como en siglos anteriores o en la etapa inmediatamente posterior. Eso fue por distintas circunstancias, especialmente por motivos políticos o regios. En estos años hay menos actividad bélica en la frontera, por lo que tenía menos función residencial regia».
Durante su discurso de ingreso, Sánchez Saus ha querido también mostrar que, «aunque se ha dicho que los trastámara tenían cierto desapego hacia el Alcázar y hacia Sevilla por alguna enemistad directa por el creador del Alcázar —Pedro I—, en verdad había motivos prácticos. El reino de Castilla bascula más hacia el Valle del Duero y eso requiere mayor presencia de los reyes en el norte. El diseño que hace Pedro I del Alcázar está penetrado de un contenido ideológico que no era el más afín a las políticas de los Trastámara. Pedro I era un rey autoritario y autócrata con un tipo de gobierno basado en su voluntad, mientras que los trastámara plantean una forma de gobierno que no es tan personalista, sino que se basa en las instituciones, ya fuera el Consejo Real, la Audiencia Real y la activación de las Cortes, que no las quería Pedro I». El Alcázar no se prestaba a acoger a dicho tipo de instituciones y a un gobierno que proclamaban los Trastámara, «lo cual cambiará con los Reyes Católicos», aclara.
«El diseño que hace Pedro I del Alcázar está penetrado de un contenido ideológico que no era el más afín a las políticas de los Trastámara»
Rafael Sánchez Saus
Otra razón que desvincula el palacio sevillano con los trastámara durante el periodo analizado por este historiador es que el Alcázar «cobra fama de edificio insano en el que las personas que viven entre sus paredes enferman y mueren. Incluso los que llegaban enfermos podían empeorar aún más. Eso hace que algunos reyes declinen ir al Alcázar. La realidad es que a principios del siglo XV tomó una fama de edificio insalubre», explica.
Según este catedrático, dicha circunstancia «crea un desapego entre los monarcas y el Alcázar, pero siguen manteniéndolo. Es un edificio esplendoroso en torno al que giran todos los grandes poderes de la ciudad, tanto los políticos como los eclesiásticos. Las Atarazanas, la Casa de la Moneda, etc. están cerca del Alcázar, que continuará siendo un referente de la vida urbana en este siglo y no pierde categoría».
En la época analizada por Rafael Sánchez Saus gobernaron en Castilla los monarcas Enrique II (1369-1379), Juan I (1379-1390), Enrique III (1390-1406), Juan II (1406-1454) y Enrique IV (1454-1474). «Es curioso que Juan II, que tuvo un largo reinado de 48 años, nunca pisó Sevilla ni el Alcázar. Tras tres años de guerra civil, los Reyes Católicos gobernaron, pero esa etapa no la he analizado porque el contexto histórico es ya totalmente distinto».
Una joya del arte mudéjar
Preguntado sobre las reformas que se hicieron en el Alcázar tras la muerte de Pedro I, el director de la Cátedra Alfonso X el Sabio de El Puerto de Santa María sostiene que la estructura del edificio se mantuvo, «pero sí hubo importantes obras en la época de Juan II. De hecho, la media naranja que hay sobre el Salón de Embajadores es muy posible que se hiciera bajo su reinado, en 1427. Esa cúpula pudo sustituir a otra antigua que estaba desde la época musulmana, desde el siglo XI, y que ya estaría deteriorada. Esa cúpula está considerada como una de las mejores obras de la carpintería mudéjar. Es una joya absoluta. También se mantuvieron en este siglo los alcaides de los Alcázares, que eran personajes importantes de la ciudad. El Alcázar mantuvo su rango y sus privilegios, pero los reyes lo visitaron menos».
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