Literatura
Pérez-Reverte: «Se aprende más de los malvados que de los buenos»
El escritor presenta en Sevilla su novela 'Revolución', que retrata el México convulso de inicios del siglo XX
Arturo Pérez-Reverte: «Me interesan los héroes duraderos, no los que tienen fecha de caducidad»

La mirada que Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) arroja sobre la revolución mexicana es la mirada que se vislumbra a través de un testigo de excepción de esa época irrepetible en la historia del país azteca: Martín Garrett. Aventuras, amor e intriga son algunos de los ingredientes que se encuentran en su nueva novela, 'Revolución' (Alfaguara), obra con la que este escritor se vuelve a centrar en México tras 'La reina del sur'.
Dice Pérez-Reverte que el protagonista de esta obra, Martín, «es un joven que aprende y que mira. Tiene una cabeza fría y es un hombre que se ha pasado diez años mirando la revolución. No es un revolucionario, es un hombre extraordinario que mira». A partir de ahí recuerda que «yo estuve muchos años en la guerra viendo cómo la gente actuaba con violencia y lujuria. A mí me gustan los seres humanos».
Esa experiencia que el autor de 'El club Dumas' acumuló durante los muchos años que se llevó como testigo de los conflictos bélicos es lo que le lleva a decir que «es un error creer que nosotros tenemos la razón y los adversarios no. Se aprende más de los adversarios y de los malvados que de los buenos». Asimismo, el escritor añade que «esa ecuanimidad de observar la realidad de México en aquellos años se la he prestado yo a Martín Garrett».
Tampoco es casual que este personaje sea un ingeniero de minas de Linares. «Uno de mis bisabuelos paternos, ingeniero de minas que dirigía unas explotaciones primero en Linares y luego en La Unión y en Cartagena, tenía un amigo, compañero en la Escuela de Minas, que fue a trabajar a México en esa época. Desde allí le escribía cartas a mi bisabuelo contándole que habían llegado Pancho Villa y Zapata, y todo lo que allí veía». Esas viejas historias familiares sobre México son las que Pérez-Reverte fue oyendo desde que era pequeño y, a partir de ahí, urdió en su imaginación una historia sobre la revolución en el país azteca que ha tardado años en cristalizar en una novela.
Otro elemento de gran interés que aporta esta obra es que su protagonista es un héroe de ida y no de vuelta como ocurre con la mayoría de los personajes que habitan en el universo de este escritor. «Buena parte de mis héroes están cansados y tienen una mirada fatigada. Pero Martín no tiene aún una cara fatigada y aprende a mirar».
«A mí no me interesa contar la revolución, sino cómo el ser humano se comporta en situaciones extremas»
Por otra parte, y preguntado por las diferencias que existen entre las guerras y las revoluciones, el autor de las aventuras del Capitán Alatriste asegura que «son muchas, pero a mí no me interesa contar la revolución, sino cómo el ser humano se comporta en situaciones extremas. Eso lo ves tanto en las guerras como en las revoluciones. Por eso en una novela como esta deseaba retratar el conflicto humano. Quería llevar al lector al ser humano, que sudara, sangrara y se implicara en la novela».
Llegados a este punto, Pérez-Reverte destaca que «la revolución de México fue en cierta manera una revolución inocente. Aún no habían surgido ni el fascismo ni el comunismo, por eso era una revolución virginal e inocente. No puedes evitar tener simpatía hacia la revolución mexicana porque ves cómo el campesino coge el fusil y se echa a la calle. Fue una revolución simpática sin el lado oscuro del nazismo y del comunismo», apunta.
En cuanto a posibles influencias de autores como Joseph Conrad en esta novela, el escritor dice que «escritores como Conrad, Dostoievski o Stevenson me han influido como muchos otros más. Voy a la guerra con los libros. Tengo que homenajear a mis maestros y todos los autores que he leído están en cierto modo aquí. El cierto paralelismo que veo Con Joseph Conrad fue que este fue marino durante veinte años y que luego se dedicó a escribir. Su libro 'La flecha de oro' era un libro de juventud y esta novela mía es un homenaje a mis años jóvenes».
En 'Revolución' aparece también como personaje Pancho Villa. «Zapata era un hombre instruido y culto, pero poco extrovertido. De ahí que me interesara más Pancho Villa porque era un mujeriego y más charlatán. Lo he tratado de reflejar lo mejor posible basándome en libros rigurosos, en estudios, etc.».
Inspiración en una foto
'Revolución' partió de una fotografía que inspiró mucho a Arturo Pérez-Reverte. En ella aparecían unos guerrilleros campesinos desayunando en Sanbors, «que era un sitio pijo. La novela iba a llamarse 'Desayuno en Sanbors', pero aquí en España Sanbors no dice nada, pero el término revolución sí».
También en esta historia tienen mucho peso tres «mujeres potentes que hacen que la novela avance. Está la soldadera analfabeta que casi no habla —Maclovia Ángeles—. También hay una niña pija de clase alta y muy guapa —Yunuen Laredo— y la periodista norteamericana Diana Palmer, personaje que se basa en Nellie Bly, que fue de las primeras mujeres corresponsales de guerra. Pienso que la humanidad ha avanzado gracias a las mujeres. Estas hacen progresar a Martín».
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