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ENCUENTROS

Miguel Ríos, el rockero de Granada que llegó a Madrid «en un camión de galletas»

El músico andaluz protagonizó una inolvidable sesión en el Ciclo Encuentros de Cajasol

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A sus 79 años, Miguel Ríos destila una gran energía en cuanto se sube encima de un escenario juan flores

Alberto Flores

Sevilla

El Teatro Cajasol, situado en el número 1 de la calle Chicarreros de Sevilla ha acogido una nueva y emocionante entrega del Ciclo Encuentros, que en esta ocasión ha estado protagonizado por uno de los artistas más queridos y valorados del panorama musical español. De la mano del periodista Rafael Cremades, el cantante y compositor Miguel Ríos, regaló a los presentes un fantástico evento en el que repasó muchos momentos culminantes de su longeva y exitosa carrera.

A sus 79 años, el músico granadino sigue destilando una energía muy especial, ya sea sobre el escenario o contando anécdotas relacionadas con aquellos momentos en los que trataba de abrirse camino en el complicado mundo del espectáculo.

Miguel Ríos contó cómo cuando tenía sólo 15 años y acababa de terminar los estudios de primaria comenzó a trabajar en unos grandes almacenes que acaban de abrir en Granada. Gracias a lo que calificó como un «auténtico golpe de suerte», el establecimiento abrió una sección de discos y «pasé de tomar medidas para las camisas a vender discos, porque ya en aquellos años iba a los billares que había enfrente de la tienda a poner discos en inglés y ya había hecho mis pinitos cantando en Radio Granada. Estaba destinado a vender camisas y terminé vendiendo discos».

El cantante recordó con una memoria prodigiosa aquellos años, a comienzos de la década de los 60 del siglo pasado, cuando precisamente un representante de la casa Phillips se llevó una cinta grabada con sus canciones a Madrid y casi sin quererlo lo llamaron de la capital del país para que se marchara a grabar un disco. «El mío fue uno de los comienzos menos dolorosos de la historia de la música, aunque tengo que reconocer que ya cuando estuve en Madrid fue todo más difícil, porque pasaban los días y los días y no me llamaban para grabar el disco prometido», explicó Ríos.

Rafael Cremades y Miguel Ríos protagonizaron una charla muy interesante y amena en el Teatro Cajasol juan flores

A lo largo de la charla Miguel Ríos hizo gala de su buen humor a la hora de rescatar episodios llamativos de su carrera artística y explicó cómo «llegué a Madrid en un camión que transportaba galletas, donde trabajaba mi cuñado. Fue un viaje en cierta manera literario y delirante».

El Himno de la Alegría

Corría el año 1961 cuando un jovencísimo Miguel Ríos desembarcó procedente de Granada en la gran capital, con ganas de hacer rock y de comerse el mundo, aunque la realidad que se encontró en sus comienzos fue más complicada, ya que como él mismo explicó a los presentes «nada más llegar, los que conocían la industria me decían que el rock ya había muerto y al final terminé grabando un tema que se llamaba 'Pera Madura' que me parecía una auténtica horterada».

Después de aquellos primeros años, en los que en algún momento el cantante volvió a Granada y llegó a pensar que «incluso se me había pasado el arroz», llegó un instante culminante en la carrera del cantante que como bien apuntó Rafael Cremades, «marcó un antes y un después».

Corría el año 1969 cuando Miguel Ríos grabó el conocido 'Himno a la Alegría', una magnífica adaptación de la novena sinfonía de Beethoven, realizada por Waldo de los Ríos, que lo catapultó a lo más alto. «Aquello fue un éxito completamente inesperado, ya que la canción comenzó a funcionar en lugares completamente insospechados. Triunfó porque era una canción con un mensaje pacifista y en aquellos momentos estaba teniendo lugar la guerra de Vietnam y ese mensaje caló», explicó Miguel Ríos, que también recordó como «me mandaron a Estados Unidos a recoger discos de oro en numerosas ciudades, completamente solo y sin saber apenas una palabra de inglés».

El pianista Claudio Gómez Calado abrió el acto con pinceladas musicales de canciones famosas de Miguel Ríos juan flores

Miguel Ríos dedicó bellas palabras al periodista Iñaki Gabilondo, quién lo antecedió en este Ciclo Encuentros de Cajasol, asegurando que «es un prescriptor de ciudadanía, es una persona que da la medida de la dignidad del ser humano». También se acordó de artistas con los que ha compartido numerosos momentos en los escenarios como Ana Belén, Víctor Manuel, Serrat o Joaquín Sabina, asegurando que «cuando cantas con ellos son implacables, tienes que dar tu máximo».

Actualmente Miguel Ríos está inmerso en una gira en la que está celebrando el 40º aniversario del disco 'Rock and Ríos', que ya cuenta además con un completo disco en directo y que lo va a llevar próximamente a ciudades como Sevilla, Marbella o Granada. Un momento dulce el que sin lugar a dudas vive el músico granadino, quién confesó que «no tiene sentido seguir cantando si no hay algo de tu impronta en la creación de lo que cantas». Todo ello en un acto que terminó con una bonita pincelada musical, en la que Miguel entonó algunas estrofas del 'Himno de la alegría', acompañado al piano por Claudio Gómez Calado.

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