cultura
José Luis Ferris: «Miguel Hernández subió al último vagón del tren de la modernidad y acabó siendo el maquinista»
El escritor abre un ciclo de conferencias que le dedican al poeta la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y Cajasol
Una biografía retrata el lado más humano de Miguel Hernández, en el ochenta aniversario de su muerte
![José Luis Ferris, Pablo Gutiérrez-Alviz y Alfonso Guerra durante el acto](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/03/08/jose-luis-ferris-R0YG2jWH0gIe4DtN7KGLqFJ-1200x840@abc.jpg)
El escritor José Luis Ferris ha inaugurado este miércoles el ciclo de conferencias en homenaje a Miguel Hernández que le están dedicado la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y la Fundación Cajasol en la sala Antonio Machado de esta última institución. El interviniente ha desglosado la vida y obra del autor de 'Nanas de la cebolla' a través de una charla titulada 'Mito y realidad de un poeta'.
Ferris ha presentado en Sevilla la biografía corregida y aumentada que publicó el año pasado con la Fundación Lara, 'Miguel Hernández. Pasiones, cárcel y muerte de un poeta'. «Acepté el reto que me propuso mi editora, Ana Gavín, en una época en la que ya no vivía la esposa de Miguel, Josefina Manresa, y en la que habían aparecido grandes biografías como la de Gabriele Morelli». A continuación, ha dicho que este es el poeta «con una vida más intensa, ya que está en todo lo que escribe: en sus poesías, en su teatro, en sus cartas, etc».
También ha comentado que a la hora de hacer la biografía, cuya primera edición apareció en 2002, «tuve problemas con el Obispado de Orihuela porque todavía Miguel Hernández era una deshonra para muchos oriolanos. En un mundo tan cerrado como aquel pensaban más en la pacatería que en la vivencia de este poeta. Pero este se merece un lugar preferente en la historia de la literatura española».
El escritor ha subrayado igualmente la idea de que Hernández «llegó tarde al tren de la modernidad, pero con una fuerza enorme aunque fuera en el último vagón». Asimismo ha recordado la etapa de este como pastor, entre los 15 y los 20 años. «Cuando iba a la montaña se llevaba libros de Virgilio, Garcilaso, Rubén Darío y Gabriel y Galán, entre otros». «Él es consciente de que puede llegar muy lejos a través de la poesía, que lo puede sacar de su condición social. Quería demostrarle a su padre que la literatura no era algo inútil».
Durante su discurso, Ferris ha recordado la importancia que tuvo para Miguel Hernández la figura de José Marín Gutiérrez, más conocido por el nombre que adoptó: Ramón Sijé. «Durante siete años, Sijé fue fundamental en la vida de Miguel. Él fue el que invitó a Giménez Caballero a Orihuela para hacerle un homenaje a Gabriel Miró. Se carteaba también con Juan Ramón Jiménez. Era capaz de escribir pensamientos teológicos, pero no era creador como Hernández». Debido a la influencia de Ramón Sijé, el poeta escribió un auto sacramental en plena República que fue publicado por José Bergamín en la revista 'Cruz y raya'.
Cuando Hernández llegó a Madrid tuvo como modelo a imitar a Federico García Lorca, a quien admiraba. Sin embargo, la relación que tuvo con este no fue fluida debido al «carácter difícil» de Miguel y, sobre todo, al rechazo que le provocaba a Lorca el aspecto físico del poeta de Orihuela, ya que este provenía del campo, mientras que Lorca era de clase burguesa y siempre iba con corbata. «Vicente Aleixandre le contó llorando Gabriele Morelli una anécdota. En alguna ocasión, Hernández estaba en casa de Aleixandre. Cuando Federico avisaba de que iba a ir a visitarlo, si Aleixandre le advertía que estaba Miguel allí, Lorca le decía: ‘O lo echas o no voy’», ha revelado Ferris. El autor de 'La destrucción o el amor' fue un auténtico «hermano mayor» para Miguel Hernández.
Tras publicar 'Perito en lunas' en 1933, Hernández se convirtió en un poeta de gran reputación. A finales de 1934 recibió una carta de Pablo Neruda invitándolo a venir a Madrid. El año 1935 fue «el más importante en la vida de Miguel», según el conferenciante. En esos meses trabajó en la enciclopedia taurina de José María de Cossío. En plena crisis, el poeta rompió la amistad con Ramón Sijé y empieza una relación con la artista Maruja Mayo, que era admirada por Picasso y Breton. Mientras Josefina Manresa representaba a la «musa casta y sencilla que iba a misa, Mayo simboliza el amor carnal», dice Ferris.
A pesar del distanciamiento que tenía con su gran amigo, Miguel Hernández escribió la 'Elegía a Ramón Sijé' tras el fallecimiento de este, convirtiéndose en uno de los mejores poemas funerarios de la historia de la literatura española. Esa obra se incluyó dentro de 'El rayo que no cesa'. Ese mismo año 1936 comenzó la guerra civil y el poeta combatió en el frente junto al proletariado, diferenciándose así de sus compañeros de la Generación del 27, que se mantuvieron en la retaguardia. «El poeta que se subió en el último vagón acabó siendo el maquinista del tren de la modernidad», ha concluido José Luis Ferris.
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