DANIEL ARIAS ARANDA
«Hay universitarios que traen a sus padres a las revisiones de notas y otros que los han llevado a sus entrevistas de trabajo»
El catedrático Daniel Arias Aranda alerta contra el «infantilismo» creciente de la sociedad y contra los riesgos que la sobreprotección de los padres causa a sus hijos
«Mis alumnos no leen periódicos ni saben quién es Elon Musk. Son víctimas del sistema educativo en España y de la pedagogía del entretenimiento»
El catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Granada, Daniel Arias Aranda, provocó una explosión en las redes con una carta abierta en Linkedin donde cuestionaba el nivel del alumnado universitario. El escrito de este veterano docente, que tiene una trayectoria ... de más de veinte años en la universidad pública, se titulaba «No enseñamos, engañamos» y fue leído por más de 700.000 personas en Linkedin y más de 300.000 en Twitter.
-Habla en la carta de que los alumnos no tienen «soft skills» (habilidades blandas). ¿A qué se refiere?
-A saber estar en clase. A la postura que debes adoptar cuando te diriges a una persona o cuando haces una exposición oral. Yo doy clases a futuros directivos y es preciso para ellos saber estar y saber comunicar con su audiencia. También hay que saber estar cuando vas a una entrevista de trabajo.
-¿Y la forma de vestir es importante?
-Algunos «haters» me dicen que yo no soy quién para decir cómo deben vestir mis alumnos . Y tienen razón, yo no soy quién. Pero si vamos a hacer una presentación en clase de una posible entrevista de trabajo, o de una intervención de un directivo en un consejo de administración o frente al equipo que lidera, hay que tener en cuenta esa postura y la forma de vestir. Las empresas tienen unos códigos de conducta, entre ellos de vestimenta, y los alumnos lo saben. Sería perfecto que vinieran a esas presentaciones en clase con un traje de chaqueta pero no aspiro a tanto; pero sí digo que no pueden venir con un chándal tipo Omar Montes. Si vienen así a un ejercicio de clase en la Universidad, yo puedo mirar para otro lado y hacer la vista gorda, pero les estaría engañando porque en la vida real ese chándal o esa camiseta les va a impedir salir airosos en muchos casos de una entrevista de trabajo. De modo que yo pido una vestimenta adecuada no por mí ni por la Universidad, una institución académica muy importante, sino por ellos. Por su bien.
-¿Le han llamado «facha» por decir esto?
-Sí. Y me han dicho que estamos en otros tiempos. Pero estaremos en otros tiempos en la calle o para salir de copas,pero no para trabajar en un departamento de Recursos Humanos o para ir a una entrevista de trabajo.
-Aparte de la vestimenta o ese saber estar en una exposición, ¿qué otras «soft skills» (habilidades blandas) echa de menos en sus alumnos?
-La capacidad de compromiso, sobre todo la de comprometerte a largo plazo. En el momento en que yo le digo a mis alumnos el primer o segundo día de clase que la asistencia a clase no es obligatoria, que gestionen su tiempo como les parezca oportuno, y resulta que el 70 por ciento ya no vuelve a aparecer por clase salvo para hacer algún parcial, te das cuenta de esa poca capacidad de compromiso. Y luego algunos te escriben diciéndote por correo electrónico que no pueden entregar el trabajo de equipo al que se habían comprometido porque se ha peleado con uno de los compañeros. Y me ha pasado que a la revisión de nota ha venido el alumno acompañado por sus padres. Y el otro día me llamaron de una empresa de Recursos Humanos diciéndome que un joven candidato al puesto había venido con sus padres a la entrevista.
-¿Esto no es infantilismo?
-Yo es que no lo entiendo. Ni lo de los padres ni lo otro. Es que casi ninguno de mis alumnos va a elegir con quien trabaje cuando lo contraten en una empresa. Y habrá gente que le caiga bien y otra que no le caiga bien. Y esto tienes que aprender a gestionarlo. Y hay que empezar aquí, máxime si estás cursando una titulación de Recursos Humanos.
-¿Falta tolerancia a la frustración?
-Sí, ésa es otra «soft skill» de la que carecen muchos jóvenes actuales. Ellos ven en Internet unas zapatillas deportivas maravillosas y saben que pulsando un botón las tienen en su casa al día siguiente. Han ido avanzando en el instituto con esa felicidad, sin suspender o pasando con suspensos, y cuando llegan a la universidad esperan lógicamente lo mismo. Los investigadores tenemos una parte muy árida en nuestro trabajo y cuando mandamos artículos a una revista especializada es frecuente que nos lo rechacen. Entonces los rehacemos y tratamos de mejorarlos. No he encontrado ninguna revista en la que te digan que te van a publicar cualquier porquería que le mandes.
-¿Y falta curiosidad por aprender en sus alumnos?
-Cuando tu mente está recibiendo dopamina constantemente a través de mensajes del móvil, viendo vídeos o fotos en Instagram, hay una gran disonancia respecto a lo que debe ser el aprendizaje en una universidad. Supongo que deben pensar: «Un tío nos está explicando una cosa que tenemos que memorizar y que encima dura más de treinta segundos». Y entonces se agobia y coge el móvil para recibir su dosis de dopamina.
-¿Hay demasiados alumnos universitarios desmotivados?
-La universidad es la institución académica más alta que existe y yo creo que muchos alumnos serían más felices en un ciclo de grado superior. En España hacen falta grandes profesionales y la Formación Profesional está funcionando muy bien en España con exigencias más específicas. La Universidad debe formar a las élites intelectuales. Y digo élites en ese sentido, no en el económico, evidentemente. Por tanto, los alumnos que sigan en la universidad deberían ser los más capaces, los más elitistas desde el punto de vista intelectual.
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