entrevista
Reyes Vila, juez decana de Sevilla: «Ni en mi promoción ni ahora hay jueces ricos de cuna. Irene Montero también fue osada al hablar de machismo»
La primera mujer que desempeña esta representación en la capital andaluza acepta que los jueces tienen ideología pero no que dicten sentencias conforme a ella: «Hablar de jueces progresistas y conservadores es simplista e interesado»
«En Sevilla está creciendo mucho la violencia doméstica de los hijos contra sus padres»
«Es demencial que se estén señalando juicios en Sevilla para septiembre de 2028. La Justicia lenta no es justa»
«Los jueces en Sevilla somos como las hermanitas de los pobres, órdenes mendicantes»
Reyes Vila (Sevilla, 1971) siempre quiso ser juez aunque también acarició la de convertirse en periodista idea en algún momento de su adolescencia. Venció por goleada la Judicatura, en la que lleva más de 27 años y donde acaba de romper un hito: es la ... primera mujer que se convierte en juez decana de Sevilla tras ser la primera de Jerez de la Frontera.
-¿Recuerda desde cuándo quería ser juez?
-Desde los 10 años. Mi padre era inspector de Trabajo y no tenía antecedentes jurídicos en mi familia. Una profesora de Lengua de COU me dijo que sería una buena periodista y ese año se estrenaba la Facultad de Periodismo en Sevilla, en su primera sede de la calle Gonzalo de Bilbao. Pero nunca tuve dudas, quería ser juez e hice Derecho. Aunque Periodismo me parece también una profesión extraordinaria. Recuerdo que, cuando estaba terminando la carrera, Juan Antonio Carrillo Salcedo, que era catedrático de Derecho Internacional Público en la Facultad de Sevilla, me recomendó unas becas para la Unión Europea, que entonces también estaba empezando. Pero le dije que haría las oposiciones a Judicatura. Y es lo que hice.
-¿Ha cambiado la percepción social de los jueces en España desde que usted empezó a ejercer la judicatura hasta hoy?
-Sí. A los jueces no nos tratan como entonces, hace 27 años. Institucionalmente había mucho más respeto por los jueces. Se ha perdido, en general. Los políticos nos respetaban más. Por supuesto que se puede criticar una resolución judicial pero se ha perdido el respeto institucional.
-¿Desde cuándo?
-Sobre todo en los últimos años.
-Dice el Gobierno que quiere «democratizar» el acceso a la judicatura y planea una reforma. ¿Le preocupa?
-Sí, por supuesto que me preocupa. Casi todas las asociaciones judiciales se han pronunciado en contra de esa reforma. Yo creo que el Gobierno está haciendo demagogia con esto. Con el sistema de oposición libre, puede acceder cualquiera. Suscribo las palabras de la presidenta del Consejo General del Poder Judicial defendiendo el sistema de acceso actual. Ni cuando yo entré ni ahora hay ricos o hijos de ricos. De mi promoción ricos, ricos de cuna había muy pocos. Diría uno o ninguno. Y ahora es igual. Accede gente de toda condición a la judicatura en España.
-¿Y había un sesgo de género cuando usted accedió a ella hace 27 años?
-No. Ningún sesgo de sexo y de nada. La oposición garantiza la valoración del mérito y la capacidad en los jueces, como se exige a cualquier funcionario público.
-¿Qué le parece que se potencie el cuarto turno de acceso a la carrera, sin un examen oposición?
-Esa vía de acceso me parece fenomenal y en ella también se controla el mérito y la capacidad, en la proporción en la que se determina. Esto está en la ley y en la Constitución.
-Los jueces están en el punto de mira del Gobierno.
-Yo creo que se pretende dar la imagen de politización de determinadas decisiones judiciales, cuando no gustan estas decisiones. Pero los jueces dictan sentencias conforme a la ley, no a su ideología. Los jueces estamos sometidos a muchos controles disciplinarios para que esto sea así.
-¿La etiqueta de jueces conservadores y jueces progresistas es simplista?
-Muy simplista e interesada. Todos los jueces, como cualquier otra persona, tenemos una ideología, pero esa ideología no se trasluce en las resoluciones judiciales. Los jueces en España estamos sometidos al imperio de la ley.
-¿Qué sintió cuando escuchó a la entonces ministra de Igualdad, Irene Montero, acusar a los jueces españoles de «machistas» a propósito de la aplicación de la ley del «sí es sí»?
-Creo que fue un poco osada. Tratar de decir a los jueces cómo deben aplicar una ley o cuestionar el principio de irretroactividad de la ley penal es algo de primero de Derecho. Supongo que no estaría bien asesorada. Y que era más fácil echarle la culpa a otros, en este caso, a los jueces. Creo que falta un poco de rigor técnico a la hora del desarrollo legislativo. Se está haciendo de una manera quizá un poco atropellada con un marcado signo político que sobrepasa los límites y principios generales del Derecho en España y en la Unión Europea. Me refiero a principios como el de legalidad o el de irretroactividad de las normas penales.
-El 70 por ciento de las últimas promociones de jueces españoles son mujeres. ¿Son ustedes machistas?
-No se puede denominar machista a una carrera fuertemente feminizada como la nuestra. Simplemente no lo es y tampoco hay ningún tipo de machismo en mi carrera. Prueba de ello es que yo sea juez decana de Sevilla. En Madrid, Barcelona y Málaga ocurre lo mismo. Que los jueces hombres voten a una mujer para que los represente demuestra que no hay machismo. El Consejo General del Poder Judicial lo preside también una mujer.
-¿Qué opina de la reforma de la acusación particular que ha presentado el Gobierno de Pedro Sánchez?
-Estoy absolutamente en contra de esta reforma. La acusación particular se garantizaba ya en el Derecho Romano. Yo creo que eliminarla sería una limitación clara a la tutela judicial efectiva y permitiría la impunidad en muchos casos de corrupción política, delitos medioambientales, incendios, etcétera, que pueden quedar sin defensa en tanto no se produzca una modificación del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal. Se pone de ejemplo otros países del entorno pero en esos países no existe la dependencia del Ministerio de Justicia, que aqui sí existe. El fiscal general del Estado es un señor que nombra el Gobierno de turno.
-Por cierto, imputado por el Tribunal Supremo.
-Sí. Y este caso le está haciendo un daño terrible a la institución de la Fiscalía General del Estado.
-¿No debería haber dimitido ya?
-Su permanencia le está haciendo mucho daño a los fiscales y hace que se cuestione la labor de los fiscales españoles, que hacen maravillosamente bien su trabajo.
-¿Y la disposición transitoria sobre los casos del hermano y la mujer del presidente del Gobierno?
-La disposición transitoria con carácter retroactivo que permite la impunidad de determinadas causas abiertas me parece cuanto menos escandaloso.
-Parece una ley con nombres y apellidos...
-Eso parece. Y toda ley que sea particular no es aceptable. Eso es una politización de la legislación.
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